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Decálogo 7 (TV)

Drama "No robarás": Ania, que tiene seis años, es hija de Majka, pero ha crecido creyendo que su madre es Ewa, la madre de Majka, es decir, su abuela. Séptimo de los diez mediometrajes que constituyen el llamado "Decálogo" y que están inspirados en los Diez Mandamientos (Kieslowski los llama "mandamientos sin moral"). (FILMAFFINITY)
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Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
3 de junio de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Capítulo 7. "No robarás".
Normalmente ante este mandamiento se tiende a pensar en bienes materiales que les son extraídos a sus propietarios y las consecuencias de dicho acto delictivo. Pero Kieslowski, como de costumbre, reinterpreta la escrituras a su manera y lo que se "roba" aquí no es un objeto, sino una niña que es el involuntario centro de un grave conflicto familiar.
Las frustraciones por las expectativas truncadas con respecto a su maternidad, así como el temor al qué diran y su egoísmo condujeron a Ewa a cometer un error considerable al negarle a su propia hija su derecho a ser madre e impedirle encauzar su vida como la chica deseaba. No valen las excusas. "Majka era demasiado joven para hacerse cargo de una criatura". Es el pretexto que se repite Ewa para convencerse de que es lícito "robar" a tu nieta y hacerla pasar por hija tuya.
Pero Majka ya no es una chiquilla de dieciséis años y ahora reclama su derecho y saca a flote toda la ponzoña acumulada, los traumas, el dolor de "no haber estado a la altura" y que por ello Ewa siempre la haya tratado con frío desapego y se obsesionara con volcar en la nieta lo que no le dio a la hija.
No se puede robar lo que ya es tuyo. ¿Está una madre robando a su propio hijo cuando se lo han quitado y exige que se lo devuelvan?
Con su sobriedad de medios habitual y fuerte carga psicológica, el director polaco habla sobre algo mucho peor que robar una simple cosa: arrebatarle a alguien el afecto, su sangre y sus sueños.
Vivoleyendo
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14 de enero de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
371/28(31/12/11) Séptimo capítula de la serie de esta serie polaca de culto creada por Kieslowski donde da su particular visión sobre los mandamientos, en este caso versa acerca sobre el de <No Robaras>. Comienza con unos quejidos que salen de una habitación de un piso de bloques de Varsovia, son de una niña de seis años, Ania (Katarzyna Piwowarcczyk), que al parecer sufre pesadillas, una muchacha, Majka (buena Maja Barelkowska), que luego nos enteramos es su verdadera madre intenta consolarla sin resultado, llega la abuela, Ewa (buena Anna Polony), que legalmente es su madre y la calla, al día siguiente vemos a Majka sacando un pasaporte para Canadá para ella y Ania, pero requiere la firma de su madre legal, Majka a continuación secuestra del colegio a Ania y huye con ella a casa del padre biológico, Wojtek (buen Boguslaw Linda), este vive en el campo en una cabaña y se dedica a hacer peluches, aquí nos enteramos que este era profesor en el colegio que estaba Majka y que lo dirigía su madre, con 16 años la dejó embarazada y Ewa lo forzó a dejar el trabajo y a Majka la convenció para que la inscribieran a ella como su progenitora, Majka con el paso del tiempo se siente angustiada y asfixiada por una madre dura que no le muestra cariño, la considera la causa de no poder tener más hijos, el amor lo tiene lo tienen reservado para Ania a la que adora, ahora Majka pretende chantajearla desde el secuestro para que firme la autorización para que las dos se vayan a Canadá. Este argumento sirve para retorcer temas universales como el amor, el rencor, las relaciones familiares, la desesperación, en el centro el robo de algo que por naturaleza le pertenece, de cómo una madre con problemas psicológicos y una abuela autoritaria se disputan una niña que se siente perdida. Es una historia dolorosamente compleja, donde la empatía inicial que surge por Majka, al verla como una indefensa mujer a la que prepotencia de su madre ha anulado la personalidad y provocando que su pequeña hija sea fría con ella, pero poco a poco nos damos cuenta que no está preparada para ser madre, y aquí la perdedora es Ania. Kieslowski traslada por primera vez en la serie la acción fuera de Varsovia, lo hace a un idílico entorno de una cabaña en medio de un bosque, una especie de alegoría de cuento de hadas, donde incluso hay una especie de Mago que hace peluches para que los niños disfruten, para luego retorcerlo todo con su turbador pasado. Hay en la cinta diálogos de gran fuerza dramática, sobresaliendo el duro y asfixiante que tienen Majka y Ewa por teléfono donde de la hija sale un odio enfermizo hacia su madre, hay una tensión agobiante en sus palabras. Como en casi todos los capítulos de lo que se habla en el fondo es de la soledad y de la eterna búsqueda de alguien con quien destruirla. El final es de gran ambigüedad, tiene muchas lecturas y es de una sequedad y aspereza punzante. Recomendable a los que gusten de buenos dramas cargados de lirismo melancólico. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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15 de mayo de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decir que es uno de los capítulos más flojos puede ser injusto, ya que al que lea esta crítica le podría conducir a pensar que no merece la pena y nada está más lejos de la realidad. Por otra parte, en una obra por capítulos como es “Decálogo” resulta casi imposible no entrar en comparativas entre unos y otros, ya que sus diez historias, son en esencia independientes entre sí, pero presentan muchísimos nexos en su temática, en su forma e incluso presentan numerosas conexiones entre sus personajes, el entorno que habitan y sus vivencias, dentro de un fascinante microcosmos ficticio. De hecho, este episodio muestra nuevamente preciosas imágenes, notables actuaciones (magníficas la abuela-madre y la niña, que muestra un candor especial), un guión muy redondo que maneja hábilmente los momentos en que va añadiendo capas de información y esa maravillosa música que mantiene el soberbio nivel de toda la saga.

En cuanto a la historia en sí, “No robarás” es un brillante drama familiar que gira entorno al robo, pero no de posesiones materiales, si no de una condición, la maternidad. El caso que se presenta es un tanto estrambótico, pero perfectamente posible y las motivaciones de los personajes se comprenden perfectamente, de la misma forma que se entiende el callejón sin salida al que han llegado sus vidas tras una pasada mala decisión que supuso un punto de no retorno y que ha condicionado notablemente sus vidas y las de otras personas. Es un notable ejemplo de cómo ciertos rasgos de personalidad y determinadas frustraciones pueden llevar a personas de buen corazón y perfectamente competentes, a cometer, amparados en su autoridad, gravísimos errores de difícil solución y hacer daño a los que más quieren por medio de la alienación. Precisamente, una de los rasgos del cine de Kieslowski es la capacidad de contarnos historias sobrecogedoras sin necesidad de recurrir a la tendencia de la mayoría de los autores de presentar personajes extremos (héroes o superhéroes, criminales, locos, etc.).

En resumen, otra maravilla de capítulo, que, sin llegar al nivel de otros de la serie (por lo menos en mi opinión), no defraudará a los seguidores del cine de este excepcional autor. Ya sólo me quedan tres mandamientos para completar el decálogo y tengo la impresión de que, cuando termine, la visión de conjunto me deparará alguna sorpresa. Ya les contaré…
P466S
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3 de septiembre de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y vamos con la séptima entrega del Decálogo, un dramón familiar en toda regla con su momentito de suspense y un gran final.

Opino, al igual que Raúl Eugenio Zaffaroni, gran conocedor de la obra kieslowskiana, que el tema central de la película no es el instinto de amor maternal (cosa que la comunidad científica no tiene claro que exista) sino algo mucho más bajo: el instinto de posesión de la personita amada.

Nos encontramos con una abuela dominante que ejerce de madre, y una madre biológica que quiere serlo en la práctica. El abuelo, poco pinta en todo esto, es un mindundi, y el padre biológico casi lo mismo.

Sin destripar nada para los que no hayan visto el capítulo, diré que el momento de suspense (a Kieslowski le gusta poner algún momento de incertidumbre en muchas de sus pelis) viene en la orilla del rio. Aquí Kieslowski, que de vez en cuando nos cuela un guiño cinéfilo, se ha inspirado en el "Frankenstein" de James Whale (1931). Recuerden la escena del rio, la niña y la flor...
cherburgo
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18 de octubre de 2009
10 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
En su séptimo capítulo, Kieslowski saca por primera vez la acción del gris bloque de edificios de Varsovia y huye con ella a territorios que parece desconocer, o que al menos no se le dan tan bien. A lo largo de su Decálogo, ha demostrado construir con trazo firme a sus personajes de cara a adaptarlos con acierto a la idea inicial y dejar que fueran sus motivaciones las que dibujasen la temática central de sus pequeños ensayos.

Pero no siempre iba a ser así, pues el polaco saca el manual de arquetipos y lo sigue al pie de la letra, creando una sensación de falta de recursos, de ideas y de objetivos alarmante. Si bien es cierto que se nota su mano en los momentos de mayor carga dramática para hacer que acaben funcionando de una u otra manera, este particular No robarás resulta, sin duda, de lo más flojo de lo visto hasta ahora en la serie.
aka IDIOT
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