Dobles parejas

Entretenida película cuyo atractivo principal y mayor mérito es tener al frente a un trío protagonista más que competente, dos actores como Kevin Kline (siempre me ha gustado) y Kevin Spacey (qué bueno eres) y Maria Elizabeth Mastrantonio (siempre correcta ).
Se deja ver.

Klute (1971), Todos los Hombres del Presidente (1976), El Informe Pelícano (1993) son las cotas más altas dentro de la filmografía de Alan J. Pakula (1928-1998); director de renombre del que uno siempre espera lo mejor al ver que se encuentra tras las cámaras. En el caso de la Dobles Parejas que dirigió en 1992 hay que sumarle el plus de contar con un reparto de muy buenos actores -los tres oscarizados-, Kevin Kline, Kevin Spacey y Forest Whitaker, y dos actrices del momento que no lograron acabar de despegar, Mary Elizabeth Mastrantonio (Abyss) y Rebbeca Miller -esposa de Daniel Day Lewis-.

Los Parker (Kline y Mastrantonio) son una pareja de casados que llevan una vida de lo más monótona y aburrida. Sus nuevos vecinos son los Otis (Spacey y Miller), que llevan un estilo de vida diametralmente opuesto, arriesgada y llena de emociones fuertes. Ambas parejas estrechan lazos, en especial los dos varones, que admiten sentirse atraídos por la pareja del otro. De esa manera ambos aceptan intercambiar de parejas una noche en la oscuridad -pretendiendo que sus esposas no se den cuenta-.

Este argumento, que parece ir encaminado hacia un drama sobre los intercambios de pareja, celos e infidelidades se convierte en un thriller cuando una de las esposas, la de Otis/Spacey, aparece muerta a la mañana siguiente, y el principal sospechoso es Parker/Kline. A partir de entonces empieza una película estilo falso culpable, en el que este último ha demostrar su inocencia y que le han tendido una trampa. Quién es fácil de adivinar, con suerte salen cinco actores con frase en Dobles Parejas y solo uno da el perfil de villano.

Es Dobles Parejas una película de nulas aspiraciones artísticas, y dudo que pretendieran mucho más que crear el thriller del montón que acaba por ser. Un primer acto bastante anodino, y un giro de guión que le da un empujón a la trama para animarse un poco los dos actos restantes, mejores pero ciertamente previsibles. Es correcta pero un film menor dentro de la filmografía de Pakula y resto de involucrados.

Guión que va ganando a medida que va desarrollándose la trama en esta cinta de intriga de dobles parejas, dónde el reparto está perfecto sin excesos pero con complicidades que nos atrapan.
Como siempre este director tiene propuestas que se salen de los tópicos convencionalismos, siempre brillante en la puesta en escena.

Con un guion irracional con casi absolutamente nada de misterio, ya que participan muy pocos personajes, se desarrolla este film que por supuesto nadie recordó demasiado de ese buen director que fue Alan Pakula. Aquí la historia se centra en la amistad de dos parejas vecinas que poco a poco van adquiriendo confianza y afianzando su afecto hasta llegar el punto donde uno de los esposos le propone, la irrisoria tarea al otro, de intercambiar sus esposas por una noche, sin que ellas se den cuenta. El problema, mas allá de la estupidez de la propuesta, es que una de las mujeres al otro día aparece muerta acusando del asesinato al vecino que había pasado unas horas con ella. A partir de allí veremos todo lo que hace por descubrir la verdad de algo que al tener tan poca intriga ya sabemos como va a resolverse, solo nos falta saber de que manera. Dentro de las actuaciones Kevin Kline sostiene como puede el film al igual que un joven Kevin Spacey, en tanto que Mary Elizabeth Mastrantonio nunca fue una gran actriz, aquí apenas cumple y en un papel irrelevante para la trama encontramos a Forest Whitaker. Desechable.

Pakula está constantemente referenciando Vertigo y a Strangers on a Train, también hay unos toques de Rear Window y de Double Indemnity.
Kevin Spacey otra vez construye un villano perfecto, un diabólico sociópata tentador: se gana la amistad, endulza el oído, agranda el bolsillo, ofrece cosas prohibidas e incorrectas y después arrebata todo de un golpe con el propósito de obtener (como los mejores villanos) el vil metal.