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El club de la lucha

Drama. Thriller Un joven hastiado de su gris y monótona vida lucha contra el insomnio. En un viaje en avión conoce a un carismático vendedor de jabón que sostiene una teoría muy particular: el perfeccionismo es cosa de gentes débiles; sólo la autodestrucción hace que la vida merezca la pena. Ambos deciden entonces fundar un club secreto de lucha, donde poder descargar sus frustaciones y su ira, que tendrá un éxito arrollador. (FILMAFFINITY)
Críticas 595
Críticas ordenadas por utilidad
8 de agosto de 2010
148 de 164 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me veo en la obligación de decir que todo esto es subjetivo, aunque también me veo en la obligación de decir que me parece que de esta forma todo cuadra perfectamente 8)

En la película, el narrador (el cual NO se llama Jack) está evolucionando hacia el superhombre según como lo entiende Nietzsche. En el camino hacia el superhombre, el hombre experimenta 3 etapas: camello, león y niño:

- El camello representa al hombre sumiso, el que se carga con el peso de la moralidad y de lo que debe hacer, de lo que los demás esperan de él, representa el "yo debo". El narrador al principio de la película está en este estado, ha hecho todo lo que "debía hacer" para ser feliz (esto se ve en un diálogo, en el baño, cuando hablan de sus padres), pero no lo ha conseguido. El camello se rige por una voluntad puramente racional, al igual que el personaje.

- El león representa el nihilismo, el destruir para crear y el "yo quiero". Irracionalidad pura, el subconsciente llevado al extremo, sin las correas de la moral o de la razón. Esto es Tyler Durden en la película, hace lo que quiere sin preocuparse de las consecuencias: la libertad extrema. Este mensaje es muy atrayente, se ve en la película cuando forman su "ejército" y se ve en algunos fans de la película, incapaces de ver más allá del mensaje de Tyler.

INCISO: como "persona que cree haber entendido la película", me duele en el alma ver a personas que critican el "mensaje de Tyler" como si ese fuese el mensaje final. Pero más me duele ver a personas que DEFIENDEN el "mensaje de Tyler". ¿Cómo alguien puede defender un mensaje tipo "yo hago lo que quiero sin que me importen las consecuencias"? Por atractivo que sea, es completamente egoísta e inviable en cualquier sociedad civilizada, y adoptarlo como modelo de vida te traerá muchos problemas. La película no va de eso.

- El niño representa, a su vez, al superhombre nietzscheano (entendiendo superhombre como "por encima del hombre", algo superior y mejor que él. Nietzsche criticaba duramente a los "hombres", los veía como algo que "debía superarse"). En la película, el protagonista llega a este estado tras destruir a su primer yo-camello y a su yo-león-Tyler, siendo este paso el verdaderamente difícil de dar, ya que el león se cree el rey, el ególatra, el que todo lo puede y el que ya ha visto la luz, pero tiene que dar un paso de humildad para convertirse en ese niño, en el superhombre que simplemente disfruta de la vida, sin odio, sin rabia. Una vez dado este paso, una vez efectuado el disparo final (el cual ha sido criticado por personas que no entienden de armas, de retroceso y de que si te atraviesas la mejilla de un disparo no morirás desangrado), camello y león mueren, para dejar paso al superhombre.
Dahk
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5 de septiembre de 2009
117 de 149 usuarios han encontrado esta crítica útil
- La primera regla para filmar El Club De La Lucha es que se debe hablar del Club De La Lucha, dividiendo a la crítica y fastidiando al Carlos Boyero de turno.

- La segunda regla para filmar El Club De La Lucha es que se debe hablar del Club De La Lucha, dividiendo a la crítica y fastidiando al Carlos Boyero de turno.

- La tercera regla para filmar El Club De La Lucha es que se debe contratar como narrador a uno de los mejores actores de su genereación antes de que los entendidos lo confirmen como tal. (Norton)

- La cuarta regla para filmar El Club De La Lucha es que se debe contratar como Tyler Durden al actor que mejor relación poopularidad/físico/calidad interpretativa tenga. (Pitt)

- La quinta regla para filmar El Club De La Lucha es que los canis que, atraídos por el título, vayan a verla con sus cordones de oro y sus chandals Nike, pensando que van a ver una peli de tíos cachas dándose de ostias, con coches caros, acción por un tubo y pibones descomunales se sientan estafados y a la vez les pique la conciencia.

- La sexta regla para filmar El Club De La Lucha es que sus fans se lo piensen dos veces antes de comprarse unos calzoncillos Calvin Klein, ojear un catálogo de Ikea o apuntarse a un gimnasio. Luego, harán lo que quieran, pero con remordimientos.

- La séptima regla para filmar El Club De La Lucha es que, con los años, Tyler Durden deje de ser un personaje para convertirse en una ideología cuya mayoría de adeptos no comprenderán o practicarán, pero que seguirán por ser tremendamente "cool".

- La octava regla para filmar El Club De La Lucha es que se debe proveer al público de información del tipo "el oxígeno te coloca" o el jabón no vale sólo para ser usado dos veces a la semana. Los usuarios de dichos datos podrán transferirlos a sus colegas en conversaciones rutinarias e intrascendentes y quedar la mar de bien.

- La novena regla para filmar El Club De La Lucha es que los fans y no tan fans deben llenar sus nicks de sus diferentes redes sociales con algunas de las muchas incendiarias frases de la película, violando así el mensaje de la misma.

- La décima regla para filmar El Club De La Lucha es que si sois nuevos (es decir, no habéis visto aún la peli) debéis pelear (verla) hoy.
Sodapop
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5 de diciembre de 2005
120 de 170 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenida, espectacular, vigorosa y, en última instancia, desaprovechada. La película iba a algún lado, eso se nota, pretende decir algo, y algo dice, pero finalmente opta por la vía fácil (demasiado peso de la sorpresita final, corre corre que te pillo etc). Por el camino nos deja interesantes reflexiones que son abandonadas cuando apenas habían sido esbozadas.

La realización exagerada de Fincher (planos secuencia imposibles, efectos de ordenador cada dos por tres, planos subliminales...) entretiene como suele ser normal en él (creo que exageran aquellos que le critican por sus excesos, pero es cierto que le resta algo de calado a su cine ya que el opta por el puro divertimento), incluso esta vez encaja con la visión nihilista del treintañero actual que no sólo piense en amasar dinero y en eso otro, pero al final queda también en purito ejercicio de estilo al no haber un auténtico compromiso en el guión ni por parte del director en reflexionar sobre esas patadas y puñetazos. Sí, Pitt nos suelta algún discurso de vez en cuando pero no basta, se nota demasiado que el objeto último de la cinta no es usar un vehículo comercial para lograr una auténtica reflexión sino al revés, se emplea un buen punto de partida para hacer una cinta comercial con cierto sustento.

Para nada he visto una loa a la violencia, más bien una crítica tramposa a la misma. Tramposa por recrearse estéticamente (cosa inevitable viendo la estilizada realización de Fincher) a pesar de que los que recurren a ella son desquiciados. Pero pedirle a Fincher (incluso al grueso de los cineastas norteamericanos actuales) que adapte su estética a lo que está contando es como pedirle a AC/DC que hagan jazz.

Fincher mezcla humor negro, sangre, espíritu gamberro... (hay otro director por ahí que hace esto especialmente bien) pero lo hace superficialmente, consiguiéndose un resultado sólo entretenido (¡entretenida es maldita sea!, si absurdas son las opiniones sobre que el cine es sólo para entretener también los son aquellas que menosprecian lo puramente divertido). Y, por lo visto, hoy día el entretenimiento es suficiente para levantar grandes alabanzas (al número de personas que consideran el Señor de los anillos como la mejor peli de la historia me remito). Yo creo que es mejor no pasarse y puntuarla como puntuaría una película que busca "molar mogollón" más que otra cosa.

Al menos en The Game no hay dudas sobre su objetivo festivalero y por ello hasta te tomas con humor el final. Pero aquí había para más, el tío nos pone el caramelito en la boca para acabar con un final tópico, predecible y que traiciona la “guerra contra Ikea” (llamémosla así) y las reflexiones que de esa vuelta a los instintos más primitivos podrían haberse sacado. Alguna frase ingeniosa y ya está. Edward Norton y ya está.

Fincher en su descargo podría decir -bueno, es que el libro es así-. No lo sé, no lo he leído.
-¿Y qué?- le diría yo.
Bloomsday
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1 de febrero de 2009
137 de 210 usuarios han encontrado esta crítica útil
El norteamericano David Fincher, director proveniente de la publicidad y los vídeo-clips (como tantos otros) se dio a conocer mundialmente en 1992 con la injustamente despreciada Alien 3, para luego meterse al público en el bolsillo con Seven en 1995, la cual sería seguida en 1997 por la interesante The Game. Un simple vistazo a esta filmografía nos indica que una constante en Fincher es el gusto por la nocturnidad y los ambientes sórdidos y cierto aire existencialista, lo cual, a priori, podría hacer de él el director idóneo para escarbar en las contradicciones de nuestra sociedad.

Bien entrado 1999, Fincher nos legó El Club de la Lucha, un film de pretensiones contra-culturales y espíritu incendiario, que lograría un enorme calado entre el público juvenil.

Jack (Edward Norton) es un oficinista acomodado económicamente, pero sufre insomnio y recorre una a una todas las terapias de grupo habidas y por haber. Presa del sedentarismo y la abulia, fundará junto al extravagante Tyler (Brad Pitt) un “club de la lucha”, en el que soltar adrenalina y buscar emociones fuertes.

Ahí comienza la diatriba que Fincher mantiene contra el adocenamiento de la sociedad actual, contra el consumismo y todo tipo de convenciones. Lástima que tan buena premisa se ahogue ante una realización auto-complaciente y una confusión ideológica que lleva a ensalzar aquello que se critica y criticar aquello que se ensalza. Véase a Brad Pitt, que tras descalificar a los “cuerpos danone” de los anuncios, no para de exhibirnos su torso desnudo; al igual que repudia la moda gasta un peinado de lo más in, y defiende su condición de outsider con asertos tan simplones como: “No eres tu trabajo. No eres el dinero que hay en tu cuenta. No eres el coche que conduces. No eres el contenido de tu cartera...” Y, por no quedarse atrás, ilustra tan juiciosas afirmaciones con transgresiones de la norma tan escandalosas como orinar en la sopa que van a tomar los clientes de un lujoso restaurante (toda una pataleta digna de un punk de guardería).

Lo más molesto reside no ya en la superficialidad otorgada al tema, sino en el desenlace de la película (que no destriparemos), que deja a las claras lo lejana que se haya ésta de una mínima coherencia o lógica interna.

En el apartado de la realización, Fincher erige un film meramente decorativista, buscando la mayor complicación posible a la hora de rodar un plano, simplemente para impactar y aparentar complejidad, e igualmente abusa de las imágenes generadas por ordenador, meros insertos que nada aportan.

Por cierto, la música es de The Dust Brothers, tecno y dance de lo más estridente, que no entra ni con calzador.
Panadero
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24 de agosto de 2007
100 de 150 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una auténtica maravilla es como catalogo esta película, a muchos críticos y a mucha gente no les gustó solo porque no fueron capazes de ver mas allá de sus narices, El Club de la Lucha es algo más que una visión violenta y confusa "sin sentido", es una crítica sobre la antiglobalización, el consumo y la vida del hombre en el tercer mundo... y una crítica sobre la violencia aunque no lo parezca. Una película que deja un buen sabor de boca para algunos y un dolor de tripa para otros. Nunca la filosofía se podrá explicar tan bien como lo explica Chuck Palahniuk en su novela.
No recomendada a débiles de estómago, de mentes cortas o amantes de la publicidad(asco me dais).
Lo mejor: Norton y Pitt, el mensaje, la dirección, el sorprendente(muy sorprendente) final y bla bla bla...en defínitiva la película.
Lo peor: Que no la entienda todo el mundo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Batan Libre
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