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Mar de plástico (Serie de TV)

Serie de TV. Thriller Serie de TV (2015-2016). 2 temporadas. 26 episodios. En el sur de España, en una región mediterránea repleta de invernaderos, se comete un crimen. Durante la investigación, surge una historia de amor entre Lucas, un joven con prejuicios raciales, y una inmigrante negra. Es una historia sobre los trabajadores ilegales y su relación con los agricultores que prosperan gracias al boom de la agricultura de invernadero; sobre los matrimonios ... [+]
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Críticas 32
Críticas ordenadas por utilidad
25 de febrero de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El principio es algo prometedor pero enseguida empiezan los despropositos , las fantasmadas y la inverosimilitud mas delirante, las subtramas que no aportan mas que una duración excesiva a cada capítulo, para que la historia se eternice hasta la exasperacion, por otro lado buenos actores desperdiciados en papeles caricaturescos y tontorrones, duele ver a un gran actor como Pedro Casablanc hacer un papel tan lamentable o Rodolfo Sancho que tiene una buena presencia fisica, pero es mas inexpresivo que una piedra y su personaje no se lo cree ni el. No nos olvidemos de Jesús Castro haciendo de si mismo, como siempre y el pueblo mas mal echo y mas de cartón piedra no puede ser , con guiones asi no vamos a plantarles cara a los americanos en la vida . Al final tienes mas ganas de que se acabe que de averiguar quien es el asesino.
zuriman
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5 de enero de 2016
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
211/13(22/12/15) Hacía años no dedicaba tiempo a una serie actual española, su calidad deja mucho que desear, se he lo dado a esta por la única razón que acontece en Almería, rodada en exteriores conocidos por mí, lo confieso, mis prejuicios eran notorios, me fastidia decir se han cumplido mis aciagos augurios. Producto thriller cortado por un molde muy ajado en la televisión patria, importa poco la calidad, la veracidad, de lo que se cuente, la composición de personajes sólidos, se busca impactar con truculentas historias, que intentan sorprender, solo que en base a llenar las tramas de agujeros, cual queso gruyere, con todo lo más indignante para mí, por la parte me toca es el reflejo se hace de esta mi tierra, un insulto a la inteligencia, no sé si por falta de documentarse o porque lo porfían todo a los tópicos y clichés. No suman unos intérpretes en su mayoría de una mediocridad que llamarlos actores da grima. Me salto la sinopsis por falta de espacio.

Se alargar demasiado, 13 episodios de setenta minutos, ha sido estirar un relato que no daba más de sí, tanta vuelta y revuelta ha resultado cansino. Sigue el clásico patrón creado por Agatha Christie de un crimen y alguien investigando posibles culpables, van saliendo sospechosos, siendo descartados por obvios uno tras otro, jugando al despiste una y otra vez con el espectador, patrón seguido últimamente por series como “The killing” o “Broadchurch”, y una ambientación y puesta en escena que beben indefectiblemente de “True Detective” y “La Isla Mínima”, esto no tendría por qué ser malo si se desarrolla con inteligencia. No es el caso, todo para discurrir a trompicones, con personajes más planos que una mesa, con situaciones bastante torponas, escenas de acción sonrojantes por lo precariedad que esbozan, y con un retrato geosocial nauseabundo. Esto mezclado con subtramas chirriantes, pareciendo solo están para dar minutos al metraje, como la almibarada relación entre un supuesto racista Lucas y la mujer negra Fara, pastiche a lo “Romeo y Julieta” chusco, desarrollado entre situaciones que van de lo insípido a lo ridículo, con un grupo de “actores” que lo mejor que se puede decir de ellos es que están penosos. O la que parece va a ser el centro de la segunda temporada, la del marido de marta muerto en Afganistán, aparatosa historia con elementos muy estridentes en lo que a credibilidad se refiere. No ha habido el menor destello en la construcción de personajes, muy acartonados, incoherentes, pasados de vueltas, cayendo en estereotipos simplistas, con lo que te da igual lo que les pase a los protagonistas, si viven mueren o son medio-pensionistas, cuando llega la resolución final la sigues por curiosidad, pero en ningún caso por arraigo emocional, de hecho mi juego era ver todas las lagunas que dejaba la serie episodio por episodio, un océano, y por supuesto el final debía ser el Everest de los errores, no defraudó, aunque siempre podría ser peor.

Como he dicho la gran mayoría de las actuaciones resultan bochornosas, no todas, salvo a tres. Pedro Casablanc, dignifica con su carisma la profesión que la enrome mayoría de los que le rodean ensucian, aporta raza, viscerabilidad, pasión, emociones, lástima que su papel esté regularmente escrito. Nya de la Rubia resulta un soplo de aire fresco, deja apostura, garbo, sensaciones, actriz a seguir. Lisi Linder, deja luz de ser una superviviente, siendo gaditana hace muy bien de rusa con su acento, da emocionalidad y aristas a su Agneska. El resto son un puñado de cuerpos a exhibir, un Rodolfo Sancho tan frío como inexpresivo, que decir de Jesús Castro, alumno aventajado en la Academia Chuck Norris de la actuación, de Luis Fernández, más soso que la sal, de una Belén López a la que solo le supera (en malo) su fatal escrito rol, Will Shepard como el negro siempre estreñido, Yaima Ramos tan guapa como horrorosa actriz, o Fede Aguado haciendo de deficiente mental, lo más deficiente es su caricaturesca recreación, Andrea del Río tan nefasta actriz como el patético rol que tiene, que chunga, o el guaperas Patrick Criado con una actuación pasada de vueltas, premio debería tener el que escogió a Máximo Pastor como chaval hijo de Marta, premio y despido, menuda actuación tétrica.

También la ataco por el retrato que hace de la zona, despropósito de principio a fin, no me vale aquello de que es una historia de ficción, entonces no haberle puesto el titulo referente al territorio. Los acentos de Almería nada tienen de los andaluces sevillanos, gaditanos o malagueños, esto poco les ha importado 0, “semos” andaluces, hablamos “sevillano”; El título es “Mar de plástico”, se supone hablará algo de los agricultores de aquí, de las duras condiciones en las que nos movemos, habiendo gentes de todo tipo en la industria del invernadero, hacendados con varias hectáreas, con decenas de trabajadores, y otros con sus pocos miles de metros en explotación familiar, pues de esto nada, el único agricultor que aparece es un ricachón, corrupto, putero, asesino, traficante de prostitutas, menuda imagen se da, bien se pueden pensar desde fuera que todos los agricultores de aquí son como este, que no aparezca si quiera otro agricultor, solo uno, nauseabundo; Lo del racismo latente en el pueblo, con banda de jóvenes nazis es muy didáctico (ironía), menudo fresco torticero del lugar, vomitivo; Modismos al hablar que dan grima a los de aquí, como lo de ir <a los plásticos>, nadie dice eso, <vamos al invernadero>, y punto; A Ainhoa la asesinan a medianoche, Kaled da de coartada estaba en el invernadero trabajando a esas horas, idiotez e insulto a la inteligencia, nadie trabaja por la noche en invernaderos; Indignante, Lucas le dice a Fara que vaya al médico por una herida en su hombro, le dice no va porque no está legal, menuda estupidez, aquí se sabe que ir al médico para un “sin papeles” no es problema, además le servirá esta visita como prueba de arraigo en caso de poder pedir legalizarse;... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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24 de septiembre de 2015
11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desastre. Lo mínimo que podemos exigir a una historia de ficción es que tenga un contexto de verosimilitud. Por eso cuando un personaje francés habla español, ha de hacerlo con cierto acento francés. Quedaría ridículo un edificio de 8 plantas en una peli de romanos. Pues eso, un desastre. En los invernaderos jamás se trabaja por la noche. En Almería no hay, ni por asomo, acento sevillano, ni vasco. Las expresiones "vamos a los plásticos", y similares, no son de Almería, son estúpidas y ridículas. En fin, un despropósito.
Pero como es ficción, que dicen estos, pues todo cabe. Pues no. Es chapucero y un insulto para los que son de la zona. Esto es cine Español, que pena.
Un Salmantino de toda la vida, que conoce bien y ama Almería.
munosan
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3 de enero de 2016
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una serie digna, tan interesante como cualquier otra y tan irregular como cualquier otra.
Obviamente esta serie, al ser española, no es apta para los "patriotas" de banderita de España en la correa del reloj o cualquier otra prenda de vestir que prefieren la Cafetería Starbuck a las Chocolaterías Valor para así demostrar su "patriotismo"..
La serie tiene, como dije, cosas buenas y malas, actores buenos, regulares y deficientes, destaco entre los buenos a Belén López, Pedro Casablanc y un magnífico y, para mí, desconocido Fede Aguado en un papel más difícil de lo que aparenta. Los regulares y deficientes ya los irá descubriendo el espectador y los calificará según su criterio.
La serie, como casi todas las series, es como una cuenca hidrográfica, hay un río principal, en este caso un misterioso asesinato, donde confluyen sus afluentes que tendrían su importancia si se desgajasen del río principal y se les dedicase el tiempo suficiente para que no queden en afluentes o pinceladas.
El racismo, la explotación, el caciquismo, los inevitables celos, las envidias, el poder, el conflicto generacional, la trata de blancas, incluso los yihadistas y la guerra en Afganistán se van incorporando a la serie sin ser la trama principal, pero ahí quedan para que cada cual saque las conclusiones que la serie no ofrece.
Acabada la primera temporada (ignoro si habrá más) deja una sensación de buen ritmo cinematográfico pero de un guión que deja cantidad de fisuras, de ahí que mi puntuación la rebaje hasta el 6.
No quiero decir decir cuáles son esas grietas porque tendría que utilizar el spoil, pero una vez revisados los 13 capítulos quedan piezas que no encajan bien, quizás los guionistas al dar en el último capítulo el veredicto final se olvidaron de otros planos del inicio de la serie que no encajan.
REPITO: Ni mejor que otras series comerciales americanas ni peor que ellas. Quizás ocurra que yo no sea tan universalista, pero siempre entenderé mejor lo que pasa en Almería que lo pasa en Baltimore.
estaeslacosa
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26 de septiembre de 2015
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sietesalas.com

Mar de plástico, producida por Boomerang TV, encargada de dar vida a proyectos como Tierra de lobos, Los misterios de Laura o Acacias 38, presenta una historia que recuerda bastante a Twin Peacks. Una joven querida en el pueblo que desaparece en extrañas circunstancias. Su novio macarrilla -y actor pésimo- se entera por una imagen, en el caso de la serie de David Lynch un video, que Ainhoa estaba viéndose con otro chico, mientras que un joven y misterioso detective investiga su desaparición.

La serie posee una bellísima factura técnica que viene de la mano de Alejandro Bazzano, los planos respiran y poseen una estética preciosa que, en ningún caso, entorpece la narración, el montaje se convierte en el complemento ideal de esta situación. La inclusión de los silencios en los diálogos es uno de los puntos a reforzar en la ficción nacional, aunque aquí están incluidos con un muy buen acierto. La música crea el ambiente envolvente preciso aunque no es suficiente para hacer olvidar las múltiples insuficiencias que tiene la serie.

Los actores suspenden en sus actuaciones. Rodolfo Sancho consigue mantenerse mientras el resto de actores actúan en un nivel muy bajo. Nya de la Rubia está muy irregular en su debut en la ficción de primer nivel, así como el resto de actores y del que solo se salva, con una actuación sublime, Patrick Criado. Además se pueden ver detalles muy buenos de Lisi Linder, aunque su personaje sea uno de los mas ridículos que ha dado la ficción española. Mención aparte merece Jesús Castro, el futuro Goya a Actor con cara de sobrado sin merito con morritos respingones 2016, hace una actuación insultantemente mala. La dicción, no solo del actor gaditano, es un problema muy serio que empieza a ser preocupante a nivel nacional, hay que enseñarles a abrir la boca para que el sonido salga bien, en muchos caso, parece que les pesa las encías.

Todo producto es grande cuando se cuidan los pequeños detalles. Rusas hablando entre ellas en español; acento de los personajes andaluces que no termina de ser ni almeriense, ni andaluz, ni castellano; Rodolfo Sancho convertido en Karate Kid mientras que actúa como un Sex Simbol de anuncio de los años 60; ¿A nadie se le ocurre mirar en el distribuidor de agua antes de que lo haga él? Pequeños detalles que sumados a las deficiencias en el guión, en los diálogos, y a situaciones ridículas, como las palizas de la Naranja Mecánica, hacen de Mar de Plástico una oportunidad perdida para subir un peldaño el nivel de la ficción española. Habrá que esperar que esos aciertos técnicos se impongan a los elementos artísticos y que los nervios de los primeros capítulos dejen paso a unas actuaciones mucho más creíbles.
Antonio Mateos
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