Torso: Violencia carnal

Torso: Violencia carnal (1973) se trata de uno de los giallos más célebres de toda la década de los años setenta. La película fue dirigida por Sergio Martino, uno de los directores artesanos más reconocibles del sistema de explotación italiano, y se ha convertido con el paso del tiempo en una de las películas mejor valoradas del subgénero.

Muy pocos años separan Torso: Violencia Carnal (1973) de la película que históricamente se ha considerado como la iniciadora del género del gialli en el cine, como es el Pájaro de las plumas de cristal (1970). Apenas tres años. Y sin embargo, las diferencias entre una y otra son más que notables. En la célebre película de Dario Argento, la sensualidad quedaba relegada en un claro segundo plano, mucho más cercana a la fuente literaria de la que surgieron los gialli (novelas de segunda categoría deudoras del estilo policíaco inaugurado por Agatha Christie)  que no de la realidad sociopolítica del momento. En cambio, en la película de Martino, nos encontramos con una obra que refleja la realidad de una sociedad que estaba abriéndose a temas sobre sexualidad y erotismo.

De tal manera, que toda esa sexualidad que estaba latente en la atmósfera y en el contexto sociocultural del momento, aparece en la película. Está claro que en gran medida, muchos de estos giallo se sirvieron exclusivamente de la sensualidad y del erotismo como un elemento comercial más, y en Torso: Violencia carnal es bastante palpable todo esto. Se incluyen escenas de desnudos femeninos (básicamente senos) que están mal encajadas y que únicamente tienen la intención de despertar un interés comercial. Se comenta que muchos de los insertos fueron más bien idea de la productora, y no del propio Martino.

Torso: Violencia carnal es una de las películas donde se puede ver de manera más clara el impacto que tuvieron los giallos como predecesores del subgénero del slasher, que tan popular sería en la década de los años ochenta. Aquí nos encontramos con un asesino enmascarado, y la película se detiene en muchos momentos a mostrarnos precisamente este macabro detalle, con primeros planos de la máscara y el asesino. La iconografía de la película está muy sustentada en el miedo que inspira la figura de este personaje. A diferencia de los primeros giallo, donde la identidad del asesino era totalmente invisible (fuera de campo, y solo con planos subjetivos), aquí Martino resuelve este recurso mostrándonos un rostro aterrador.

Como sucede en muchas películas del subgénero giallo, la obra presenta numerosas variaciones del tema del falso culpable, tratado ampliamente por el director británico Alfred Hitchcock. Así, para engañar al espectador, nos encontramos con un guion que primero parece dirigir las evidencias sobre la culpabilidad hacia uno de los protagonistas, al cual vemos agredir a una prostituta, para poder posteriormente girar completamente las acusaciones. Para un fan del giallo, en realidad este giro de guion no le pillará desprotegido, porque se trata de un recurso habitual en este tipo de películas.

A pesar de que la trama se ve interrumpida por los insertos de escenas eróticas que no aportan nada a la trama, visualmente la película cuenta con destellos de gran nivel, especialmente a nivel visual. A la ya comentada creación de un asesino inquietante, le podemos añadir también fragmentos que transcurren en la parte final del metraje, donde nuestro asesino se divierte torturando a sus víctimas, y Martino relega al espectador a la condición doble de voyeur, primero siendo testigos de los actos criminales del asesino, y segundo observando a la única superviviente, que como el espectador, también observa al asesino. Un doble juego de miradas, que Martino trata acertadamente.

Conclusión

Torso: Violencia carnal no es una de las cúspides del giallo, pero si una película que resulta interesante por configurar la identidad del asesino en el slasher norteamericano. Recomendable para todos aquellos que disfruten leyendo a Agatha Christie pero se queden con ganas de algo más explícito.


Crítica escrita para cinemagavia.es

Si el giallo en general influyó en películas yankis como "Halloween", "Viernes 13" y los cuarenta mil clones de estas, esta cinta en particular fue copiada casi al pie de la letra por toda una generación de cineastas gringos dedicados a esto de los asesinos enmascarados y sus cosas.
Aquí hay un jambo enmascarado con una especie de careta de tela blanca, que embosca a unas estudiantes bastante memas (que ya de paso andan de acá para allá medio en pelotas) en un caserón en un bosque y las va matando y descuartizando minuciosamente. Pero una de ellas escapará por los pelos y tendrá que meterse en un peligroso juego del gato y el ratón con el enmascarado para sobrevivir. Seguro que te resulta familiar, aunque no hayas visto la película, aunque no hayas visto una película de terror o suspense italiana en tu vida. Pues eso.

Aparte de su valor como precursora de un archiconocido subgénero, Torso es muy buena en lo que es buena: la fotografía y la puesta en escena son muy buenas, los momentos de suspense son acertadamente tensos, las escenas de violencia son bastante brutas, los giros del guión son tramposos pero efectivos y el desenlace es medianamente sorprendente. Claro que también es bastante mala en lo que es mala: los diálogos son bastante tontos, las interpretaciones son bastante irregulares, y las escenas en las que no pasa nada sádico ni escabroso dan la sensación de estar hechas con cierta desgana. Por suerte, no son muchas.

Recomendable.

No sé el motivo, pero este es el último giallo de Sergio Martino, uno de los máximos exponentes del subgénero. Quizás no consiguió que otro se interesara en producirlo, en realidad el giallo más del estilo Argento tuvo un auge tan rápido como su caída, se podría decir que el 72 fue el pico, ya en el 73 empezó la decadencia o transformación/sustitución hacia otro tipo de thrillers y películas de terror, como el gore y el slasher, de los cuales esta película adelanta muchos elementos. Se podría decir que en parte es una bisagra. También para el tipo de tramas de Martino, la mayoría centradas en esposas burguesas de entre 25 y 30 años y las tramas iban por otro lado, donde el misterio y lo pesadillesco pesaba mucho más, acá es más gráfico, brutal y simple.
Lo peor: la primera parte donde ya muestra algo que se convertiría en una de las fórmulas/clichés del slasher unos años después, la mujer que después de tener sexo o drogarse, es asesinada, el asesinato como castigo a su "transgresión".
Los elementos exploitation, cada vez más presentes en Martino, como la desnudes gratuita.
El concepto de que siempre las mujeres necesitaban que alguien las rescatara y tuvieran un rol pasivo.
Lo mejor: era excelente creando atmosferas. La previa al tercer asesinato en el monte con humedales, la niebla, está muy logrado.
La última parte, toda la tensión que se logra y el poco tiempo que le dedican a la explicación del asesino, por suerte, ya que era una constante de los giallos que se enredaban un montón con eso, acá es mucho más simple.

"La primera regla del Giallo es que no se puede saber quién es el asesino". Sergio Martino, otro de los "capos" del género amarillo junto a Bava, Argento y Fulci, trajo su último film del subgénero en la época dorada del mismo "Torso: Violencia carnal". La universidad de Perugia, se ve involucrada con un asesino vestido de negro que da rienda suelta a su ira debido a su trauma infantil contra alumnas que osan cruzarse en su camino, siendo estranguladas con un fular "rojinegro" para su posterior descuartizamiento con una sierra de arco.

Este film fue mirado con lupa por Hollywood para sus posteriores incontables Slashers e introdujo "reglas" nuevas que quedaron ya para siempre, respetando algunas de las ya establecidas en el Giallo. En el spoiler hablaremos de como quebranta la primera, de todas formas.
La película cuenta con un alto contenido erótico y lo que más puede fascinar y desmarcarse hasta la fecha del film, es como el asesino, se recrea con sus víctimas y porta una máscara a veces, que si bien no es extraña o extravagante, cumple con su cometido aunque da demasiadas pistas de la identidad del malhechor/a. El juego queda muy reducido y Martino se centra más en las muertes, con todo lujo de detalles en algunas y otras que no son mostradas a cámara, aunque no escatima en hemoglobina.

En el reparto tenemos a Suzy Kendall bastante crecidita para hacerla pasar por universitaria, Tina Aumont y un habitual del director, el francés Luc Merenda. El film se divide en dos partes, una transcurre en Perugia y en la segunda mitad nos iremos al mundo rural como si de "Angustia de silencio" se tratase. Los planos son bastante por encima de la media, gran fotografía y muy buen aprovechamiento de los espacios donde se nota la experiencia de Sergio Martino en el género (luego tocaría prácticamente todos, asi como los directores italianos de la época).

Un film destacable del subgénero pero con algunos lastres como; banda sonora indiferente, móvil del asesino agarrado con pinzas y quizá la que mas duela, es el prácticamente inexistente juego de descubrir la identidad del mismo. Apenas hay intervención policial y pese a haber muchas pistas falsas, no consiguen desviar la atención del espectador por ser tan obvias.

Para iniciarse en el género o para rememorar de cuando en cuando por qué nos gusta tanto el Giallo empañado de "rosso".

Una excelente película italiana, próxima al giallo, pero realmente no es un giallo como muchos anuncian, es más bien un thriller de suspense que un giallo propiamente, porque aunque sí que contiene algunos de los elementos del subgénero no se centra por ejemplo en las investigaciones policiales en caza del asesino ni tiene giros argumentales ni una trama tan compleja como la de un giallo propiamente dicho. No obstante el estilo visual es muy cercano al mejor de los giallos, la dirección es muy buena, idem la fotografía, repleta en general de paisajes rurales que crean una gran sensación de desolación e intranquilidad. Claramente es una gran precursora de los slashers posteriores que harían grande al género véase "La matanza de Texas", "Halloween" o "Viernes 13" (no por ello estas obras han de ser menores como he leído en otra crítica ya que ellas mismas asentaron todos los clichés y se convirtieron en piezas de referencia). "Torso" tiene una historia simple, repleta de escenas impactantes, muertes sangrientas y una atmósfera excelentemente conseguida que crea una gran tensión. Efectivamente los efectos son tan artesanales que se notan bastante falsos (algunos de ellos) a día de hoy, pero muchos parecen no darse cuenta que este film se hizo en 1972 y que tiene 40 años. Aún así no deja de ser impactante por la imaginería del director a la hora de crear escenas aberrantes, llenas de gran crueldad y sadismo que la hacen convertirse en una gran joya del género. Lo mejor sin dudas, es el angustiante final. SUPREMO. Un grandísimo filme, desconocido pero importante por lo precursor que fue y por las influencias que creó.