El sirviente

Conviene no saber nada de la película para entrar en la trama especulando sobre lo que esconde el misterioso sirviente que entra a trabajar en la choza del segundo protagonista, un irritable y estúpido personaje perteneciente a la clase pudiente inglesa. El misterio que envuelve a Bogarde es lo más llamativo, ignorar qué hilos está moviendo y qué estará buscando lo hace más atractivo. En mi opinión Joseph Losey realiza un excelente trabajo en la primera parte, consigue recrear una extraña atmósfera opresiva puertas adentro. Lo más destacable es el trazo de la relación rara, sobre todo a partir de la segunda parte, que tienen los dos personajes, la fuerza y el peso de la película residen en esa relación caótica.

Al que no le gusten los dramas psicológicos que no lo intente. Yo creía que la gracia de la película estaba en descubrir los intereses ocultos del sirviente, cuando me he dado cuenta en esa segunda parte que el tema real era la misma relación entre ambos mi interés ha decaído. No hay más que eso, lo que se lee en la sinopsis, la relación, no me atrevería a llamarla de amistad, sencillamente rara, entre dos tipos muy raros. Está bien hecha, de eso puede darse cuenta cualquiera, pero no es para todos. La última media hora es un desvarío exagerado, y el final deja demasiados cabos sueltos.

Si hay una palabra que resume las sensaciones que me provocó esta película, ésa es "desconcierto". Gracias a mi ignorancia (por fortuna decidí no leer críticas ni comentarios en ninguna parte), el guión y el director jugaron conmigo. En un principio quería anticiparme a las intenciones del sirviente y de su lasciva hermana; llegué a barajar dos posibilidades: que ambos formaran una pareja de estafadores o que fueran hermanos incestuosos, aunque en ambas estaba presente la intención de robarle algo al señor dela casa. Pero lo que nunca pude imaginar fue la forma en que se sucedieron finalmente los acontecimientos, esa confusa relación que se establece entre dos hombres de diferente estrato social y que sería un error reducir únicamente a la atracción homosexual, pues también hay drogas, amistad (bastante infantil), compasión, desquite... El caso es que todo termina y las posibilidades son infinitas: la mayoría de los cabos quedan sueltos; y, si lo pensamos bien, incluso serían válidas las suposiciones iniciales.
Lo único que lamento es el toque "chic" pasado de moda.

¿Por qué nunca se programan en la televisión películas de Losey?¿Por qué raramente se encuentran en las tiendas especializadas y nunca en las grandes superficies? Los nuevos cinéfilos no conocen a Joseph Losey. Pienso que Losey es un director que no siempre ha alzanzadado el nivel de "El sirviente". "El muchacho de los cabellos verdes" y "El mensajero" por ejemplo están bastante lejos de esta pequeña joya.
Los críticos han dicho que Losey nos llega más a la inteligencia que a la emoción, me resulta difícil pensar que no nos afectan emocionalmente las vivencias de Tony y su sirviente. Es imposible no verse involucrado afectivamente en el proceso de dominio, sumisión y degradación de estos dos seres. La película avanza inexorablemente apoyada en los diálogos de un Harold Pinter en estado de gracia hasta un desenlace que de no entenderse como onírico sería lo más flojo de la obra. Es en este final donde quizás Losey deje de emocionarnos para sacar el microscopio y mostrarnos a sus protagonistas con toda frialdad, como insectos que se mueven con toda libertad por el salón de la casa de Tony.
Pese a estar basada en una novela del sobrino de Somerset Maugham, la mano de Pinter (uno de los pilares de la "Angry generation") se deja sentir a lo largo de toda la película y hasta tenemos la sensación de que estamos asistiendo a una obra de teatro donde lo que prima son los diálogos, las interpretaciones y una brillante puesta en escena. La verdad es que una buena película poco más que esto tiene, y si todas cumpliesen a la perfección con esos requisitos bien contentos nos veríamos.
Cuatro personajes protagonistas perfectamente creados, pero todos son de echarles de comer a parte. Imposible identificarnos con ninguno de ellos, de ahí que pueda decirse que Losey influenciado por Bertold Bracht, con quien trabajo en USA, busque un distanciamiento con el espectador tratando de que este piense en vez de emocionarse. Nunca Bogarde ha estado tan bién, una interpretación llena de matices a años luz del acartonado nazi de "El portero de noche". Sarah Miles siempre está bien. James Fox hasta hay momentos que logra una buena actuación y Wendy Craig con su mirada de chibirita loca compone un buen personaje.
La fotografía expresionista, principalmente en el interior de la casa, es otro punto a favor de esta película, lo mismo que la banda sonora: jazz, pizquita de blues y toquecito de pop primitivo.
Película totalmente recomendable para las nuevas generaciones que quieren ver cine de verdad y absolutamente obligatoria para los que piensa que el cine lo ha inventado Tarantino, Almodovar o algún ortro segundon ascendido gratuitamente a genio de la postmodernidad..

Muchas virtudes y otros tantos defectos en este clásico del cine inglés, que ha sido elegido entre los 100 mejores de su historia nacional por el Instituto de Cine Británico. De entrada, dos pedazos de actores, Dick Bogard y James Fox, una historia llena de intriga, un director, Joseph Losey, que sorprende por su creatividad, sus encuadres y su uso de la cámara, una atmósfera viciada y claustrofóbica, la aparición de temas de interés como la sumisión, el dependencia, el deseo o la ¿bisexualidad? por más que ni se aclaren, ni se profundicen en ellos, para terminar con otros aspectos como la acertada fotografía o el blanco y negro. "El sirviente" podrá ser muchas cosas pero nadie podrá negar que sea decadente, extraña y muy diferente a la gran mayoría de películas.

Dicho esto parecerá que nos hemos encontrado con una obra maestra. Pues no, precisamente porque hay unas cuantas cosas que no cuadran, siendo la principal, que no queda nada claro porqué depende tanto al amo de su criado. Nos faltan muchas explicaciones sobre Tony (James Fox) que justifiquen su comportamiento: añoranza de una figura paterna, tendencia a la depresión, carencia de vida social, carácter taciturno, enamoramiento de Hugo (Dick Bogarde). De lo contrario, parece rematadamente tonto. Tampoco queda claro cual es el plan del sirviente. Además, las cosas pasan porque sí, pero sin verdaderos motivos, y el desarrollo, a veces brusco, de la trama está cogido con pinzas, hasta desembocar en una recta final bastante bizarra. Aún así, merece la pena verla.

Es entretenida pero nada más. Me pregunto dónde está el estudio de la psiquis o lo de la lucha de poder y no se cuantas otras cosas más raras e inteligentes que escribieron algunos camaradas por acá. Perdón que sea tan bruta, pero para mí ésto la va de un tipo medio lelo con un buen pasar económico que contrata un mayordomo pérfido que después se quiere quedar con su casa y está dispuesto a arruinarle la vida. Película apenas correcta con un guión flojito y buenas actuaciones, Todo lo demás que dicen que tiene yo no lo encontré. No comprendo tan altas calificaciones.