Don Jon

Tras un punto de partida supuestamente rompedor, moderno y escandaloso (supuestamente, insisto), la película va cogiendo tintes cada vez más buenistas y edulcorados. El personaje adicto al porno acaba metido en una peli de Disney con un mensaje ñoño y tradicional que de tan simple pierde el poco contenido que pudiera tener.
En definitiva, salen algunas tetas y culos prefabricados, un par de escenitas para lucimiento de la sensual Scarlett y poco más. Puede que para la moral americana esto sea transgresor, pero la verdad es que se necesitaría mucho más que eso para provocar algo más que sonrisas en un público mayor de 15 años.

Está bastante claro que Joseph Gordon-Levitt ya es por méritos propios uno de los grandes actores del panorama cinematográfico mundial; un actor con bastante carrera ya a sus espaldas, pero con tiempo por delante para dejar huella. Ahora, con su debut en la dirección, la duda era si podía ser tan solvente detrás de la cámara como delante.

La película para empezar tiene uno de los créditos iniciales más brutales que he visto de este año. Una muestra a como ciertos medios de la comunicación presentan a la mujer a día de hoy, como si solo valiera su físico, esas imágenes acompañadas de una música en tono algo burlón hace que la película ya entre bien. Después, ya entrando la película, vemos la primera muestra de lo que va a ser el guión de 'Don Jon', lenguaje directo; buena parte del guión escrito por el director y actor de esta peli es tan directo que hasta abruma a veces.

Como director, Gordon-Levitt parece saber sacar rendimiento a sus actores (ayuda que él lo sea), pero dejaré la opinión de las interpretaciones cuando lo vea en V.O.S.E. Lo que si puedo decir sobre su faceta como guionista es que va por buen camino. En esta película consigue que todos los personajes tengan su parte protagonista, que haya distintas partes para la comedia y el drama o, lo que más me ha gustado, la evolución de Jon Martello tras conocer a sus dos principales ligues con actos tan simples como si va a consultar el PC o si se masturba. También consigue construir buenos personajes como el padre de Jon (de casta le viene al galgo) o el personaje de Julianne Moore, auténtica pieza clave de la historia.

Mención aparte a la utilización de la música en la historia, empezando en los créditos iniciales y siguiendo en algunas escenas que caricaturizaban las conquistas de nuestro protagonista. Se le saca beneficio a la partitura.

Con 'Don Jon', una historia que caricaturiza y humaniza a un personaje adicto al porno, es posible que estemos ante un director y guionista que tenga bastante que decir; el tiempo lo dirá, aunque las bases son sólidas.

Nota real: 7.5

Que un guión de un novel peque de querer ir en exceso de transgresor, moderno u original es un fallo habitual pero que tampoco es un crimen, el grave problema que tiene éste es que la persona que lo escribe si se está creyendo que lo es.
Ya una vez metido en la dirección, al amigo Joseph alguien tendría que haberle avisado de que en lo que hay escrito no hay ningún tema excentrico, insólito o con alguna situación novedosa que necesitase ser explicada, por lo que no entendemos porque necesita medio metraje, voces en off, planos subjetivos, reiteraciones narrativas... para contarle al espectador como si se tratase de un visionario relato sci-fi sobre otra civilización desconocida, ¿qué es el sexo?, ¿qué es ver porno a todas horas?, ¿qué son las mujeres?, ¿qué son las relaciones sociales?, ¿qué es la superficialidad?, ¿qué es el onanismo?...; Si Joseph si, las conocemos, son cosas con las que convivimos diariamente junto con otras actividades igualmente innovadoras como respirar o comer, que no son necesarias que nos describas como un nuevo mundo de sensaciones. En cambio el director no cree necesitar perder minuto alguno en desarrollar el personaje de Julianne Moore, que como si le hubiesen pegado una patada para que saliese a escena, entra como un misil en la vida de nuestro protagonista incorporándose a ella casi practicamente a la fuerza, que si es que dicha mujer resultase ser una demente que desea abrirlo en canal con un cuchillo jamonero lo entenderíamos, pero no, nuestro querido Gordon-Levitt tiene un argumento y explicación mucho mejor para este personaje, mediante el que nos enviará un perturbador mensaje final de esos de los que nunca hubieramos imaginado... Un desastre.

Del film sólo destacar la música original de Nathan Johnson con unas piezas bastante acertadas para el tono urbano que pretendía la película.

No es un 7 que le haya concedido por ser una "muy" buena película, ni porque sea una película en sí compleja (y es cierto que en algunos momentos esta puede revestirse de cierta y sutil complejidad, pero es algo más adherido al sexo masculino). He puntuado está película así porque en el fondo, no cuenta más que la vida de un hombre más.

No es que se trate en sí de un adicto, pues creo que todos los hombres por naturaleza realizamos esa práctica. Vale, no llegamos a ese grado de exageración que nos vende Gordon-Levitt, pero en el fondo es algo que sí realizamos con total naturalidad [Señores, podremos (intentar) engañarlas a ellas, pero no a nosotros mismos y a nuestra propia naturaleza].

Y dejando de lado esa peliaguda polémica, que siempre se levantará, he de decir que como película y aún más como comedia, es todo un soplo de aire fresco encontrarse con cosas así, algo que se agradece. Las risas están aseguradas, al menos para gran parte del sector masculino, vuelvo a repetir. Y es que a veces, los hombres somos felices con nuestra rutina y nuestras pequeñas "rarezas".

Si bien es cierto que tanto su comienzo, como tronco son la mejor parte de esta comedia, donde sí que he visto un cierto fallo es en sus minutos finales, queriendo vendernos esa moraleja a la que siempre se suele tender en las comedias románticas. Eso es algo ya al gusto de cada uno.

Ópera prima del actor Joseph Gordon-Levitt en el terreno del largometraje, que narra los avatares de un joven, bien parecido, que se machaca en el gimnasio para poder presumir de un físico escultural, muy necesario para el tiempo en que vivimos, pues el físico es su mejor carta de presentación, para el éxito en sus conquistas femeninas en la discoteca, testigos presenciales son sus amigos que le llaman “Don Jon” , en clara alusión al disoluto libertino Don Juan, el amante inmortal sobre el cual escribieron: Tirso de Molina, Moliére, Lord Byron, José de Espronceda, José Zorrilla, y a quien Mozart dedicó su más grandiosa y compleja ópera con libreto de Lorenzo Da Ponte, “Don Giovanni”. Una comedia fresca, atrevida, descarada y sin prejuicios que aborda los problemas de nuestro tiempo en el terreno afectivo y sexual, el sexo virtual sumergido dentro de las nuevas tecnologías como son Internet, la telefonía móvil, así como nuestros complejos y frustraciones en cuanto a principios morales y religiosos.

A pesar de su facilidad en llevarse las tías a la cama, para luego olvidarlas al día siguiente, lo que verdaderamente le produce gran satisfacción sexual, es ver porno por Internet mientras se masturba. Aunque a primera vista pueda parecer una comedieta banal para adolescentes, el film profundiza en aspectos psicológicos que afectan a los jóvenes de hoy, tomando como ejemplo a Jon (encarnado por el propio director). Todas las semanas Jon asiste a misa junto a su padres y su hermana menor para luego comer con ellos (siempre pasta, como buenos italianos de origen), son actos cotidianos donde se va reflejando el perfil psicológico de nuestro protagonista. Confesándose cada semana ante el clérigo de las veces que se ha acostado fuera del matrimonio y las veces que se masturba cada semana, pidiendo perdón y aceptando penitencia.

Un día conocerá a la chica más atractiva de su vida, Barbara (Scartett Johansson), ella busca una relación formal y duradera, aunque ella tampoco es perfecta, quiere cambiar la vida del impulsivo Jon, al cual sólo le satisface sus fantasías con el porno, por lo que sus aficiones poco o nada recomendables, su rechazo a vivir sus experiencias habituales y una mujer madura, Esther (Julianne Moore) que ha conocido mientras estudia y que mantendrá con el joven una relación muy diferente a la de su novia, le van a plantear muchas dudas. “Don Jon” es una de las más agudas digresiones que se hayan planteado últimamente sobre la moral en los tiempos actuales, la posibilidad de renunciar a la libertad individual frente a compartir vida y compañía amorosa renunciando a esa libertad a veces difícil de olvidar.

Gordon-Levitt, asimismo autor del inteligente guión, cuenta todo mediante un brillante estilo visual y narrativo, si bien a veces se le nota su falta de experiencia abusando de encuadres recurrentes (el gimnasio, la iglesia, su cama), y que se van repitiendo a lo largo del film, para expresar la rutina y el tedio que marcan la existencia de Jon. El realizador recurre a un montaje musical de planos cortos para expresar la facilidad del joven en sus conquistas y hace otro tanto para mostrar las sesiones de sexo ante el ordenador, poniendo en estrecha relación ambas manifestaciones de la sexualidad del joven. Un film que bajo la apariencia de una divertida comedia esconde un drama del hombre de hoy: las “virtudes” del placer solitario, la tristeza de esa soledad y una cierta melancolía de no sentirse realizado.