Frágil equilibrio

Otra propuesta que cabe rescatar es el debut en el largometraje de Guillermo García López. El filme cuenta diversas historias: un ejecutivo japonés en Tokyo, cuya vida se basa solamente en su trabajo para una corporación; una comunidad subsahariana en el monte Gurugú, en la frontera entre África y Europa, que se juega la vida una y otra vez intentando cruzar al Primer Mundo soñando con un futuro mejor; una familia en Madrid que, pese a los esfuerzos por tener una vida que el sistema entiende como “normal”, acaba desahuciada de su propio hogar. Estas son tres historias de contradicciones que se desarrollan en distintos lugares del planeta, en ámbitos socioculturales diferentes. Sin embargo, esas contradicciones se pueden ver en cualquier otro lugar o otra cultura. Este es un interesante documental que parece realizado como si fuese una película de ficción, que tiene imágenes con fuerza y hace pensar al espectador sobre la pobreza y la riqueza en nuestro planeta. La cinta logró con cierta sorpresa estar nominada a los premios Goya en las categorías de mejor documental y canción y se alzó con el Goya a mejor documental, algo que tendría que servir para dar más visibilidad a un filme apreciable, que ya destacó en su paso por el festival de Valladolid donde obtuvo el primer premio DOC España.

Documental que parte de las enseñanzas casi filosóficas de José Mújica (el ex-presidente de Uruguay perrofláutico) para ilustrar algunos de los principales males que asolan al mundo a través de tres historias paralelas en distintos países.

Estos males que toca se resumen en dos que son egoísmo y alienación. Temas bien conocidos pero muy bien presentados. La parte que transcurre en Japón cuesta creer que no sea actuada.

Gustará a: los que se creen de abajo
No gustará a: los que se creen de arriba

Prestigioso documental construido en base a las maravillosas reflexiones y comentarios del adorable y ejemplar ex-presidente uruguayo Pepe Mújica. Se intercalan tres historias con más o menos fortuna, con el objetivo de explicitar las contradicciones del sistema capitalista que nos maneja y/o asola: una en Madrid (desahucios), otra en el monte Gurugú (frontera entre África y Europa, el sueño trágico de tantos inmigrantes) y otra en Tokio (no me la creo, un ejecutivo sin vida más allá de su trabajo, que desmerece al conjunto por su falta de naturalidad). Todo guiado por el sentido común del narrador Mújica.
Recuerda a un buen programa del gran "Salvados" de Jordi Évole.

¿Que tienen que ver los intentos de atravesar la verja de Melilla o los desahucios o las contradicciones de un ejecutivo japonés atrapado en su trabajo? Quizá nada, pero acompañados por la voz del ex presidente uruguayo José Múgica y una excepcional banda sonora nos permiten viajar a un destino no tan lejano como a veces parece, También nos permiten hacernos preguntas que por la falta de tiempo no queremos hacernos.

Mientras un ejecutivo japonés se debate en si su vida tiene sentido en su cómoda vida occidental unos subsaharianos lo dan todo precisamente para llegar a ese mundo, y ese llegar a un mundo mejor es el que da sentido a su vida. Un mundo en el que los que viven en él andan despistados sin saber cual es su destino o como tu vida apacible se va al garete si te van mal las cosas.

Una película o documental excepcional, muy recomendable, lleno de violencia apacible que no asusta pero te hace meditar. Increíble el tono de voz de Mújica, que acompaña en todo momento las imágenes. Por cierto no se deben perder sus palabras tras los primeros títulos de crédito.

El equilibrio no es que sea frágil, es que ya hace tiempo que ser rompió del todo. Y o no nos damos cuenta o como ocurre con la mortalidad pensamos que nunca nos va a tocar a nosotros, no queremos pensar en ello o miramos para otro lado. Claro que siempre está ese desalmado que lo tiene muy claro y a vivir a costa de lo que sea que son dos días. La cuestión es que el ser humano como sociedad es un cáncer que no puede parar de devorarlo todo hasta que lógicamente acabe con el cuerpo (la Tierra) en el que habita y ponga paradojicamente fin a sus propia existencia. Podemos y debemos seguir poniendo parches de humanidad todos los días pero la metástasis ya no tiene vuelta atrás.

Sin ser tan pesimistas como un servidor Guillermo García no cierra del todo las puertas a ese ungüento de fierabras que es la esperanza en el ser humano individual a través de las lúcidas reflexiones del ex presidente uruguayo José Mújica (“el presidente más pobre del mundo) que añade a su sabiduría el plus de la edad, del que ha vivido mucho y sabe de lo que habla por experiencia. Edad y experiencia, valores que hoy día cotizan a la baja y forman más parte del problema, para aquellos que acumulan el poder, que de la imposible solución que no les interesa.

Acierta García en su cata de tres estratos o estados del problema: quien nada tiene (los emigrantes africanos), quien tuvo y lo perdió porque se lo arrebataron (las clases medias) y los que aún gozan de ·privilegios” a cambio de esclavizar sus vidas por prebendas materiales, sucedáneos de la auténtica felicidad (si es que existe).

Lo cuenta su director con desenvoltura fílmica dentro de los cánones de la ficción documental apoyado por una notable fotografía y una buena utilización de la bso. Se llevó el Goya en la pasada edición, aunque su mejor premio sería una buena distribución, sobre todo en institutos. Aunque sea tarde sigue siendo necesario.

cineziete.wordpress.com