La casa de la esperanza

La lista de Schindler en versión femenina. Manteniendo las distancias con la obra maestra de Spielberg, por supuesto. Protagonizada por Jessica Chastain, principal atracción y motivo más que suficiente para visionar la película de Niki Caro. Una vez más, Chastain hace suyo el personaje.
Ambientada durante la ocupación Nazi en Polonia durante la Segunda Guerra Mundial y la creación del gueto de Varsovia, tenemos ante nosotros una historia más intimista de lo que viene siendo habitual en el cine sobre el genocidio al que fueron sometidos los judíos.
El papel de la mujer adquiere en este drama una importancia fundamental en la historia del Holocausto. Manteniendo su propia lucha interna, no tan visible como la del hombre. Y enfrentándose a la amenaza nazi desde otro punto de vista, más cotidiano pero de esencial valor. No siempre visto así desde el enfoque masculino, haciendo frente más directamente al enemigo alemán. Johan Heidenbergh se hace cargo de esta otra perspectiva, como el marido Johan Zabinski. Esto es quizá lo más interesante del film y no tanto el Holocausto y el gueto en sí, que son posiblemente los elementos menos (o peor) tratados de la película, pasando de puntillas y apenas esbozados más que lo necesario, al servicio de la trama principal.
Por otra parte no deja de ser un film menor. Achaca un ligero tono bienintencionado y una estética de telefilm de lujo con una buena dirección artística y un reparto de primera.

Es de sobra conocido el riesgo que asumieron muchas personas durante la II Guerra Mundial ayudando a huir a cuantos judíos pudieron. Multitud de valientes historias que en ocasiones han sido llevadas al cine con bastante éxito (“La lista de Schindler”, “Resistencia”).

Y a pesar de que “La casa de la esperanza” también narra un argumento cuyo núcleo es ese mismo objetivo, no tiene la complejidad de la primera ni disfruta de la acción de la segunda. La historia comienza en 1939, poco antes del estallido de la II Guerra Mundial, en un zoólogico de Varsovia. En un momento de frágil tranquilidad, vemos a la protagonista asistiendo en un parto de elefante, una declaración de intenciones de su aparente ternura.

La sencillez de la trama contrasta con lo que debió ser en realidad, y el guion de Workman no ayuda siendo previsible y repleto de situaciones anteriormente vistas. Unos lugares comunes que restan tensión dramática y gracias a los cuales el espectador se siente alejado de la historia. Ni siquiera vemos alguna secuencia de acción con la que romper la rutina, de esas en las que los protagonistas se encuentren en verdadero peligro.

Tampoco la dirección encuentra su tono en toda su duración. Caro, que carece de experiencia en este tipo de narración, parece mantenerse al margen sin demasiada implicación, y su trabajo no compensa el esfuerzo de un reparto que brilla en su justa medida. Chastain y Brühl cumplen en sus roles, pero sus personajes llenos de clichés tampoco ofrecen más.

Seguramente esta historia se merecía haber sido mejor desarrollada, con un guion que hubiese detallado mejor el riesgo que corrían los protagonistas y lejos de lo puramente esperado o de esperados golpes de guion, y una dirección con más experiencia que se hubiese mostrado más arriesgada. A pesar de ser correcta en los aspectos básicos, “La casa de la esperanza” decepciona en su conjunto final.

Hay varias maneras de reflejar una de las épocas más oscuras de la humanidad como fue el holocausto judío. En el extremo más cruento, que busca remover las entrañas del espectador, tenemos "La lista de Schindler". Y en el lado totalmente opuesto se sitúa esta colorida película demasiado amable para tratar un tema tan serio y trascendental en la que salvar vidas es el objetivo de sus protagonistas.

Quizá lo ideal sería encontrar un punto medio entre ambos modos, pero si hay que elegir, es mejor salir perturbado u horrorizado por culpa de Spielberg que indiferente tras haber visto este largometraje en el que no son suficientes las buenas intenciones de las que hace gala.

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Un matrimonio que regenta el zoológico de Varsovia se ve comprometido a raíz de la invasión nazi y la creación de ghetto judío en la capital polaca. LA CASA DE LA ESPERANZA no resulta novedosa ni presenta una factura notable, pero es muy digna y convincente; Jessica Chastain aparece como una actriz madura, superada la fase de cara/cuerpo bonito que Hollywood siempre exige a las mujeres.

Coincidiendo con el aniversario del fin de la segunda guerra mundial, me he encontrado con esta maravillosa historia real de la que no tenía conocimiento y que fue revelada gracias al descubrimiento de un diario personal escrito por Antonina Zabinski, la mujer del cuidador del zoo de Varsovia en Polonia y a la que da vida aquí la maravillosa y bella actriz Jessica Chastain, de lo mejorcito de la película junto a la ambientación y a los maravillosos animales a los que da cobijo dicho establecimiento.

A pesar de estar ambientada en esa capital europea, todo el rodaje se realizó en Praga. Junto a Chastain tenemos al actor belga Johan Heldenbergh como su marido y responsable del zoo, un actor al que no conocía y que está francamente bien, al siempre interesante e internacional Daniel Brühl, actor de padre alemán y madre española que cada vez está mejor y que interpreta aquí a un militar nazi, al competente actor irlandés Michael McElhatton como trabajador del zoo y a una joven actriz israelí llamada Shira Hass como refugiada judía, muy correcta en su actuación.

Maravillosa la historia de bondad, sensibilidad, coraje y valor de esta pareja que arriesgó sus vidas y la de su hijo por salvar a sus vecinos judíos del guetto de Varsovia. Con su sacrificio llegaron a salvar a 300 almas, algo de un valor incalculable. Además de todo ello está el enorme amor y respeto que la familia profesaba a los animales de su zoo a los que también intentaron salvar enviándolos al zoo de Munich en Alemania antes de que las bombas nazis destrozaran todo el zoo. Para los que como yo aman los animales, ésto es un punto más a favor de tan interesante película. Si algún día voy a la capital polaca no dejaré de visitar este lugar con tanta historia.
Un saludo,
Tess
"Nunca puedes decir quiénes son tus enemigos, o en quién confiar. Tal vez es por éso por lo que amo tanto a los animales. Les miras a los ojos y sabes exactamente qué hay en sus corazones. No son como las personas".