Hollywood: Departamento de homicidios

Absurda y banal aproximación a las películas policíacas con pareja protagonista, donde participan un venido a menos Harrison Ford y la joven promesa, Josh Harnet, que más bien es una simple cara bonita, que con el tiempo quedará en bomba de humo.
De la historia no se puede decir mucho, porque no dice nada, presenta un asesinato que en ningún momento resulta interesante.
Se pierde en los entresijos de la vida personal de unos protagonistas que carecen de carisma, cuyas máximas preocupaciones son el yoga y sus ligues.
Intenta ser cómica y entretenida, pero consigue el efecto contrario de lo que pretende, pasando a ser monótona e incluso soporífera.
Una caricatura bochornosa del tradicional cine de pareja de policías, de donde salen muy mal parados sus dos interpretes principales.

A paso firme, se desarrolla este policial-trhiller protagonizado por Harrison Ford, un monstruo indiscutible del cine que tan solo con algunas muecas logra llenar la pantalla con gracia y estilo haciendo gala de su enorme talento.

Un producto típico americano con un guión bien logrado (teniendo en cuenta el género) con algunos cabos sueltos pero suficiente para entretener a los que gustan de la acción descerebrada.

¿Por qué?¿Por qué?¿Por qué de 111 minutos solo el último cuarto de hora es lo único que se espera de esta película? Hay veces que apetece ver algo para no pensar, un título así promete tiros, persecuciones, acción y con un poco de suerte algún diálogo divertido. Pues en vez de eso rellenan 100 minutos de subtramas absurdas de los dos personajes policíacos mas absurdos de la historia, en vez de centrarse en tiros y persecuciones. Que si uno es inmobiliario y el otro hace yoga, no me jodas, que interés tiene todo eso para atrapar a los malos. Entre otras cosas da pena ver a Harrison Ford correr, que parece que le vaya a dar algo. Madre mía, esta película peca de ser más de lo que es. Su función era entretener, pues dedicate a entretener y ya está, no intentes hacer otra cosa, porque pasa lo que pasa: Personajes planos que no evolucionan, la película empieza en el mismo sitio donde acaba.
A veces jubilarse es más digno.

Poli bueno, poli malo. Poli viejo, poli joven. Poli de la academia, poli de la calle... Condenados a la dualidad.
Comedia sin gracia.
El yoga frente al negocio inmobiliario. El ligón joven contra el maduro interesante. Hartnett (cara de estreñido) versus Ford (cara de asco): duelo de malos, pésimos actores, que vence el veterano (lo de Josh es el colmo del pasmarote).
La trama es ridícula, las coincidencias que la hacen avanzar son de juzgado de guardia.
Conjunto de desatinos pretendidamente graciosos. Moridero de ideas raquíticas, pírricas, en una ficción "Dios salve América" para consumo propio y vergüenza de los inocentes extranjeros que la sufran.
A pesar de todo lo dicho, si te pilla facilón y bondadoso igual hasta te saca unas risas. Si no...

Eso cantaban "Los Secretos" por 1981. Lo que no sé es si las nuevas generaciones siguen haciendo esa cosa tan tonta en la que antaño todos caíamos que consistía en escribir nuestro nombre y el de la chica (o chico, depende el caso) que nos gustaba allí donde pudiéramos, hasta con un corazón si éramos lo suficientemente cursis. Sea como fuere, el nombre de nuestra amada era una cosa casi sagrada, que recitábamos o escribíamos como una especie de mantra religioso. Supongo que todo esto le sonora a chino a un K.C. Calden (Josh Hartnett) que trata a las mujeres como auténtico ganado hasta el punto de que no es capaz de recordar sus nombres. ¿Para qué molestarse, si son meros objetos sexuales? Claro que si ellas no fueran tan soberanamente estúpidas, conseguirían un mínimo de respeto, cosa que por lo que parece, les da exactamente igual. Por cierto, que querer presentar a Hartnett como conquistador, haciendo encima una especie de paralelismo con Marlon Brando resulta de lo más penoso. Porque, o yo no entiendo de belleza masculina, o este tipo no es nada seductor y menos atractivo aún, por mucho que a algunas se lo parezca.

Yendo al tema, "Hollywood: Departamento de homicidios" es evidentemente una mala película. Admito que el planteamiento resulta curioso, que la mezcla de comedia con lo policiaco no está mal llevada y que en línea general uno se ríe. Sin embargo, la historia está tan mal hecha, está tan falta de lógica que descalifica a la película. Por ejemplo, ¿me puede decir alguien que evidencia o prueba tienen contra los malos? Pues ninguna. Si éstos en vez de hacer el idiota, se quedan quietos no los pueden ni detener. Claro que éste no es el único error. Por ejemplo, la ambivalencia entre la comedia y lo policiaco la acaba lastrando, pues es poco graciosa para lo primero y demasiado surrealista para lo segundo. Encima esta pareja de policías no tiene el gancho de otras que la han precedido en la pantalla y eso que Harrison Ford está bastante bien, salvo en la parte física donde se le nota un tanto mayor.

Por si fuera poco, la historia cuando no es convencional, poco ocurrente y tonta, es un plagio de otras películas anteriores. Así a bote pronto, hay momentos en que te recuerda a "Arma Letal", a "Dos policías rebeldes", a "El Principiante", a "Hora Punta" y tantas otras sobre el ya clásico tema de los compañeros policías. Sin embargo, este intento se queda muy lejos, estando a años luz de la acción, humor, intensidad, estilo, estética y frescura de "Bad Boys", posiblemente la mejor de todas ellas al mismo tiempo que la más parecida a lo que ha intentado y con lo que evidentemente ha fracasado Ron Shelton.