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Pánico en Needle Park

Drama Retrato de un grupo de adictos a la heroína que vagabundea por el "parque de la aguja" en la ciudad de Nueva York. Una de las películas preferidas por el propio Al Pacino de toda su carrera. (FILMAFFINITY)
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Críticas 20
Críticas ordenadas por utilidad
5 de agosto de 2010
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seria, sombría y sincera aproximación al mundo del caballo por parte de Schatzberg o como se escriba, que no escatima en mostrarnos las crudeza, las motivaciones y las miserias de un grupo de yonkis perdidos en la gran ciudad, sin rumbo y sin ninguna motivación vital, a través de primeros planos escalofriantes de chutes en vena y de situaciones desesperadas por el jako. Tiene bastante mérito, porque fue el primer realizador que se atrevió a mostrar el mundo de la droga de esta manera tan personal e intimista, sin alardes, apartando todos los estereotipos sobre los drogadictos. No los juzga, simplemente nos enseña sus razones. Me cae bien el tal Schatzberg.

Entre pico y pico, se desarrolla una interesentísima historia de amor, necesidad y traición, entre Al Pacino y Kitty Winn, sobre cuyos hombros descansa todo el peso de la película y consiguen tapar las lagunas del guión. Cuando Al Pacino no era nadie, 40 años después, decir que su interpretación es rompedora e insuperable, suena a ventajismo, pero realmente es una actuación magistral, sin duda de las mejores de su carrera. Pero tampoco hay que desmerecer a una Kitty Winn desgarradora, magnífica, fantástica... qué habrá sido de esta tía. Una pequeña joya de película que no puede faltar en tu videoteca.
hate
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8 de marzo de 2009
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay algo que tiene este drama sobre las drogas es que tiene calle, es que muestra como viven todas estas personas cuya principal meta en el día a día es su dosis, pueden padecer, sufrir, pensar en su familia y enamorarse, pero sólo cuando han matado el mono y aquí queda bien plasmado eso sí, recurriendo a tópicos dramáticos y es que la cinta no va más allá de eso, de rodar un documental callejero con Al Pacino genial.
Seguro que todos los fans de Al ya la han pinchado alguna vez y lo saben, para el resto es una buena película y, aunque nunca sea imprescindible e inigualable, creo que se puede decir que ha sido pionera.
stikma
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30 de julio de 2018
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo lamento, pero no siento ninguna empatía por los personajes de las pelis de adictos y menos aún por este típico producto de los años 70, aburridamente áspero, innecesariamente descarnado y agotadoramente pesimista, en uno de los primeros papeles de un Al Pacino que ya mostraba su ambivalente talento tanto para la interpretación como para el histrionismo. Menos mal que se ve acompañado por la reconfortante labor de Kitty Winn –cuya carrera, incomprensiblemente, no fue mucho más allá- que se zampa con patatas al bueno de Pacino en esta monótona especie de Romeo y Julieta de la heroína, relato cansino e irritante del descenso al infierno de su propia idiotez de esta autodestructiva pareja. Un año después Pacino protagonizaría “El Padrino” (1972) pero esa, desde luego, es ya otra historia.
Gould
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2 de septiembre de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inspiradora de películas posteriores, como Candy, Pánico en Needle Park es un retrato realista del mundo 'yonqui', capaz de contar la historia de una pareja con una relación que podría haber sido firme, pero que por culpa de las drogas se deteriora hasta que solo les une el dinero que necesitan para pagarse una nueva dosis. Buen guión, que logra muy bien transmitir lo que pretende.

Lo mejor: La genial actuación de Kitty Winn, y Al Pacino demostrando que ya era un gran actor desde sus comienzos en el cine.
Lo peor: Hum, yo diría que nada. La película consigue ser lo que pretende, y nada más y nada menos.
Nota exacta: 7'5
Alba Ght
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7 de julio de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Panic at Needle Park (1971), ópera prima de Jerry Schatzberg, muestra la vida de un grupo de adictos a la heroína en Nueva York. Es referencia obligada para otras películas sobre el tema. Fue el primer papel protagónico de Al Pacino.

Por Nicolás Bianchi

En la primera toma, Helen (Kitty Winn) viaja en el metro neoyorquino, repleto de gente. Su expresión angustiada indica que necesita drogarse con urgencia. La adicción no deja de quemar por dentro a los personajes de The Panic at Needle Park en ningún momento, los acorrala, los hunde sin llegar nunca al fondo.

Ya en la casa de Marco (Raúl Julia), un artista plástico bohemio, Helen está acostada e ida. Debe haber conseguido lo que estaba buscando. Pero se acabó, porque siempre se acaba. Llega Bobby (Al Pacino) con más droga pero Marco no tiene cómo pagarle. Así se conocen los protagonistas de este drama que también es romántico. Bobby la arropa a Helen, que parece no estar pasándola del todo bien en su viaje narcótico.

Entre la resaca y la desesperación, Helen va a un hospital porque sufre de constantes sangrados vaginales. Al día siguiente Bobby la visita y ya no se separan. La película, con dos breves secuencias, ya está en marcha. Helen es una adicta consumada que sufre de los efectos del consumo. Bobby es un dealer, que en la primera escena dijo que no consumía, pero hay lugar para la duda.

El Needle Park nunca existió formalmente con ese nombre. Se trata de algo menos que un barrio. Son dos parques y unas cuadras a la redonda que servían de parador para un grupo de adictos, ladrones y prostitutas que vivían en las pensiones que rodean el lugar. El pánico sucede cuando la droga escasea y los precios suben.

Schatzberg muestra la adicción de la forma más cruda posible. No hay música en la película, ni un solo tema. Los sonidos están dados por el ambiente de la calle en los exteriores y por la respiración de los personajes cuando consumen heroína en los departamentos roñosos en los que habitan. No hay efectos ni alucinaciones. Los rostros de los adictos no dejan de estar en foco cuando se inyectan y comienzan el viaje. Hay un retrato hiper realista que deja algo en claro: la vida del adicto es una mierda hasta cuando está drogado. El proceso, además, es doloroso.

Es una época de jeringas de vidrio y largas agujas. Luego de pinchar la vena hay que golpear el artefacto suavemente para que los fluidos se intercambien. A veces la droga hace efecto muy velozmente por lo que la jeringa queda pinchada en el brazo del usuario ya desvanecido.

La crudeza que se ve responde a una búsqueda intencional de la película. Schatzberg investigó en hospitales de qué manera se lastimaban los brazos de los adictos y contrató una enfermera como asesora para que esté en el set y supervise las escenas en las que hay pinchazos. La adicción lleva a los personajes al delito, a los hombres a robar y a las mujeres a prostituirse.

The Panic at Needle Park no fue la primera película sobre la adicción a las drogas pero sí es referencia para otras obras contemporáneas. Aquí vemos el bebé que luego se utilizó de manera crucial en Trainspotting (1996) y, sin dudas, muchas ideas que fueron presentadas con otra estética en Requiem for a dream (2000), por nombrar algunos ejemplos.

Para Al Pacino fue un papel consagratorio, su primer protagónico. Francis Ford Coppola usó parte del material de la película, que todavía no había sido estrenada, para convencer a los ejecutivos de la Paramount y lograr darle el papel de Michael Corleone a Pacino en The godfather (1973).
El Golo Cine
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