Viaje al fondo del mar

En realidad se trata de un film basado en una serie de televisión (moda extraordinariamente extendida en nuestros días) que en España se exhibió, con el mismo título, a finales de los años sesenta. La serie (serie B, valga la redundancia) tenía su gracia, sobre todo al principio, es decir, cuando era en blanco y negro y el cartón-piedra cantaba que daba gusto, sobre todo si el espectador andaba por los diez años (como era el caso del que suscribe). Sin embargo, su traslado a la gran pantalla, con cambio de actores, deja mucho que desear, entre otras cosas un guión un poco más elaborado y un montaje a algo menos lastimoso. Hay planos, y yo diría que hasta escenas enteras, exactamente calcadas de algunos capítulos de la versión televisiva. Pero como son capítulos distintos, eso se nota en la inconsistencia de lo que posiblemente pretendía ser un guión. Los actores sí cambian por completo, y creo que a peor, porque ni Walter Pidgeon ni un Peter Lorre en evidente y triste decadencia encajan en los personajes... sobre todo cuando uno tiene grabada en la retina a los genuinos héroes de la caja tonta.
Así que los nostálgicos que vieron en su niñez las aventuras de "Sea-view" podrán disfrutar de sus recuerdos, pero más allá de ese baño de nostalgia, no esperen mucho de la película. Aunque no deja de tener el toque ingenuo y entrañable de aquel cine pre-tecnológico. Lo que también se agradece.

Una chufla psicotrónica que de mala que es te da la risa felina felisa, con los pulpos octopus crees morir una jartá panzá de reír y no partir. Pero no menos con la espía saboteadora que me amó o las islas marianas que nos vamos pallá o Peter Lorre mírame el más grande siempre, Sonar y Radar aka Elcano y Magallanes, piedras o minas, tiburón de melón, nada es imposible, nothing, qué calor hace vivan las mama chicho me toca, el motín del caine y las bolas chinas en la mano, Vini, Vidi, Verne, los militares nadan como peces que se mueran los feos qué cabrones y un sinfín inaudito inopinado de enormidades disparates entre granujientos criminales abismales y sandungueros dicharacheros no tan saduceos de no te menees, tente mientras cobro, majo, hermoso, lo logramos y yo de un metro nada menos un puro me fumo lo celebro, dios modo.
Es como una peli de Elvis y un documental de Jaques Cousteau que no sabes si ponerte a cantar con un camisa jaguallana a cuatro patas o irte a mirar cachalotes molones qué cucos cuando se ponen, dame carne y tomate, arroz con habichuelas.
Es torrente cruzado con el submarino de Wolgang Petersen.
Es James Bond y Alfredo Landa de grumete haciendo la mili en el Ferrol del Caudillo. Levando anclas y bajando pasiones toreras. Babor a cateto.
Botón de ancla y la tormenta perfecta. El terror rojo y Topaz.

Pasable película de aventuras.
El reparto es de primera, pero la historia aburre un poco, pues tiene poco que contar.
Sin embargo, tiene para mí y muchos espectadores de la tele de mi generación mucha importancia, fue la antesala de la magnífica (en aquél lejano entonces) serie televisiva.

http://filmsencajatonta.blogspot.com.es/2016/09/recordando-irwin-allen-1916-1991.html

Voyage to the bottom of the sea es cine de aventuras/catastrofes/scify de corte clásico que ha envejecido mal.

Irwin Allen empezó con este film (del cual también es guionista) toda un filmografía de películas de catástrofes que dió notables films como The Towering Inferno (1974) o The Swarm (1978). Es la típica trama en la que Estados Unidos salva al mundo de una amenaza de destrucción (recordemos que la película se ubica en un contexto histórico de plena guerra fría).

Los efectos especiales son encomiables, con numerosos gadgets y el diseño de un curioso submarino, lleno de enormes ventanales y con más superficie que una nave industrial gigante. El problema es que el desarrollo dramático carece de garbo y el interés va decayendo conforme avanza el metraje.

En cualquier caso una muestra de cine clásico que envejece mal aunque su visionado puede ser entretenido por anacrónico.

No había visto esta película ni la serie en la que se basó. Me ha parecido llena de tópicos, con ese mensaje que nos repiten hasta la saciedad en millones de ellas, en las que aparecen personas dispuestas a dar su vida por la patria (los EEUU). Con escenas tan edificantes como un militar abofeteando a otro de menos graduación.

Durante su visionado tuve serias dudas de si iban en serio o se trataba de una parodia.

Nunca un submarino fue tan amplio.

Supongo que la magnífica "the live aquatic" es una parodia de ésta. Casi recomendaría ver este "Viaje al fondo del mar", para después disfrutar más de "the live aquatic", y valorarla con toda su ironía y su sentido del humor.