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España España · madrid
Críticas de Beccaria
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
3
14 de junio de 2008
16 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace tiempo que Garci nos ofrece más de lo mismo. La "Luz de domingo" es una mezcla de "El Crack" y "El abuelo", pero mucho peor que cualquiera de las dos, porque aquéllas (sobre todo la primera, aunque se haya quedado algo "vieja") aportaban algo novedoso y distinto, y sobre todo iban dirigidas a una sociedad muy diferente.
Vestir a los personajes de levita o con gorra, según la clase social, y hacerles hablar como hace un siglo, no es bastante para hacer buen cine costumbrista. A lo sumo, podrá servir para que las instituciones asturianas subvencionen las películas, y para que el personal se crea que le están contando la historia de España. Pero ni esto cuela, ni la buena fotografía y un par de actores consagrados resuelven una película que: a) cuenta un hecho mil veces relatado en la literatura y en el cine, casi siempre mejor que aquí; y b) es predecible, lenta y artificiosa: rezuma el cartón piedra por todas partes. Con Germán Areta vivíamos mejor.
Beccaria
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2
2 de enero de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sería injusto no reconocer a los autores de este dislate el mérito de haber encarado un dificilísimo reto. Por eso les doy un 2, y no un 1, que es lo que se merece el resultado obtenido. No creo que vulgarizar a los clásicos sea un sacrilegio, pero conviene hacerlo con una mínima dignidad. A veces incluso te dan el guión hecho (que le pregunten a Garci, por ejemplo), pero, insisto, conviene tener un mínimo de respeto por el autor... y por los espectadores. Es verdad que la historia del cine está plagada de tentativas fallidas de cambiar de formato y de soporte la obra magna de Cervantes. El problema es que su "gracia" reside en el lenguaje que maneja con maestría inigualable, y pasar ese lenguaje escrito al lenguaje visual -e incluso simplemente al lenguaje hablado- nunca ha terminado de salirle bien a ninguno de los que hasta ahora lo han intentado, incluso en aquellos casos en que de alguna manera directores o actores participaban, en su ámbito, de la genialidad del autor (el caso, por ejemplo, de Orson Welles, entre los primeros, o Fernando Rey entre los segundos).
Pero lamentablemente en esta película se junta todo: a la dificultad del reto se une la falta de ingenio y de la más mínima solvencia narrativa. Más que una cinta de cine parece una sucesión de secuencias preparadas para intercalar en un videojuego. Plano y ridículo, ajeno no sólo al espíritu de la obra en la que supuestamente se inspira (en realidad, de cuyo nombre se aprovecha en vano), sino también al carácter de los personajes.
Cuando uno no domina la técnica propia de su profesión (ojo, digo la técnica, no la tecnología, que eso no lo discuto), debería al menos respetar un poco a los que fueron grandes maestros de otras artes. Y si uno no tienen ideas para concebir un guión que no parezca pensado por y para retrasados mentales profundos (con los que a veces, injustamente, se suele confundir a los niños) por lo menos debería no tocar el patrimonio cultural, aprovechándose obscenamente, con fines exclusivamente lucrativos, de una referencia literaria que demuestra no entender ni ser capaz de transmitir a los pequeños. Cervantes habría mandado esta película a la hoguera, con los libros de caballerías que quemó en la primera parte. ¿Qué hacen esos fundamtalistas defensores de los derechos de autor (SGAE y demás) que, en lugar de andar persiguiendo manteros, no les ponen una demanda a los autores de este engendro?. ¿O es que los derechos (morales) de autor de don Miguel no valen nada?
Beccaria
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2
9 de noviembre de 2009
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre he pensado que Almodóvar era un gran "bluff", de cuya carrera se salvan, como mucho, los orígenes ("Qué he hecho yo...", "Mujeres.."). El resto es puro marketing inteligentemente orientado a un mercado snob poblado por gentes capaces de aguantar impertérritos un auténtico coñazo de dos horas para acabar declarando, solemnes, que "el genio está sublime". A mi hija de siete años le encanta un viejo cuento, "El traje del emperador", que describe perfectamente esta "pasión almodovariana". Dos pillos convencen al emperador de que le van a hacer un traje que es invisible para los tontos. Simulan tomarle medidas, coser el traje, etc. Al final, el emperador se pasea en pelotas por todo su reino, y nadie se atreve a decir que está desnudo por miedo a parecer tonto. Sólo un chavalillo, partido de risa, osa gritar en medio de la multitud: ¡pero si el emperador está desnudo!. Pues eso. Las viejas rijosas de la Academia de Hollywood, los heroicos luchadores de la SGAE, el colectivo intelectual de la movida, babearán sin duda con este nuevo traje del emperador. Yo, por mi parte, veo a Almodóvar en pelotas: me aburro con este coñazo inconexo, incompresible y mal interpretado. ¡Ah!, y por cierto, para que nadie sospeche lo que no es, soy de izquierdas, no soy homófobo, me encanta el (buen) cine español y lloro con las películas de Frank Capra. Pero llevo gafas, y veo al emperador desnudo.
Beccaria
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2
27 de septiembre de 2009
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me puse a ver la película sin haber leído el libro, porque mi paciencia no alcanza ya para digerir semejantes tomos. Gente que consideraba solvente me había hablado bien de la historia, y me puse a ello. Me dormí tres veces, después de adivinar a los diez minutos cuál era el final. La película parece ser para "iniciados", o sea, que tienes la sensación de no entender casi nada si no te has leído el libro, aunque llega un momento en que llegas a sospechar que tal vez el libro sea tan malo como la película. O bien el autor (el laureado Larsson) escribe mejor que Góngora, lo que explicaría que con semejante argumento haya conseguido hacer una obra -con dos secuelas, además- que se ha convertido en un best seller, o el personal está (perdón por la expresión) decididamente gilipollas. Prefiero no inclinarme por ninguna de las dos posibilidades, para no deprimirme. En todo caso, en el fondo no me importa si el libro es bueno o malo: notables ladrillos se han convertido en grandes películas (ejemplo: Lo que el viento se llevó), de manera que no hay justificación ni excusa -aun suponiendo que la novela sea tan plana, tan pueril, tal simple y tan pobre como la traduce la película- para rodar y exhibir al público una pestiño semejante. Si no han leido el libro, no vean la película: a lo mejor el libro es bueno. Pero si lo han leído, ven la película y se parece al libro, entonces háganme caso: lean a Ágatha Christie, o a Georges Simenon. En muchas menos páginas, cuentan cosas infinitamente más entretenidas. No pierdan el tiempo: la vida es corta.
Beccaria
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5
27 de agosto de 2008
10 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
En realidad se trata de un film basado en una serie de televisión (moda extraordinariamente extendida en nuestros días) que en España se exhibió, con el mismo título, a finales de los años sesenta. La serie (serie B, valga la redundancia) tenía su gracia, sobre todo al principio, es decir, cuando era en blanco y negro y el cartón-piedra cantaba que daba gusto, sobre todo si el espectador andaba por los diez años (como era el caso del que suscribe). Sin embargo, su traslado a la gran pantalla, con cambio de actores, deja mucho que desear, entre otras cosas un guión un poco más elaborado y un montaje a algo menos lastimoso. Hay planos, y yo diría que hasta escenas enteras, exactamente calcadas de algunos capítulos de la versión televisiva. Pero como son capítulos distintos, eso se nota en la inconsistencia de lo que posiblemente pretendía ser un guión. Los actores sí cambian por completo, y creo que a peor, porque ni Walter Pidgeon ni un Peter Lorre en evidente y triste decadencia encajan en los personajes... sobre todo cuando uno tiene grabada en la retina a los genuinos héroes de la caja tonta.
Así que los nostálgicos que vieron en su niñez las aventuras de "Sea-view" podrán disfrutar de sus recuerdos, pero más allá de ese baño de nostalgia, no esperen mucho de la película. Aunque no deja de tener el toque ingenuo y entrañable de aquel cine pre-tecnológico. Lo que también se agradece.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Beccaria
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