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Pleasure

Drama La joven Jessica deja atrás su vida en un pueblo sueco para ir a Los Ángeles y convertirse en la próxima gran estrella porno. El camino hacia su objetivo será más accidentado de lo que había imaginado. (FILMAFFINITY)
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Críticas 37
Críticas ordenadas por utilidad
29 de enero de 2022
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ninja Thyberg estudió el género y las representaciones de la mujer, además de hacer un cortometraje con el mismo título y temática: Pleasure (2013). En una entrevista realizada por El País, aclaró que entró a su estudio de la pornografía con muchos prejuicios, pero que poco a poco descubrió tanto las sombras como las luces de la industria. En Pleasure (2021), eso es lo que vemos. Posiblemente en nombre de la denuncia social sería muy fácil caer en los estereotipos, pero Thyberg entiende muy bien la humanidad detrás de todo y que en la industria hay tanto gente buena como gente mala. Por ello entrega una historia con personajes matizados, tanto los amigos que apoyan como los directores y actores violentos, que solo buscan el dinero.

En forma, la película es naturalista pero efectiva y propositiva cuando necesita serlo, sobretodo desde el principio en el que, mientras pasan los créditos iniciales oímos a actores porno teniendo sexo y diciendo diálogos genéricos de películas porno. Esta manera de comenzar nos introduce al tono (elevado y realista) del film; Thyberg nos dice que esta no será una película en donde desvíe la cámara, sino que la dejará lo que sea necesario y sin embargo, el film es tan autoconsciente de no enaltecer la pornografía. La dirección de Ninja es muy pulcra, porque generalmente cuando se denuncia algo, caer en lo contrario (la exaltación de ese algo) es muy sencillo y peligroso, para muestra ver Saló, o los 120 días de Sodoma (1975). En Pleasure Thyberg es más inteligente que hacer una película de denuncia, y ofrece su interpretación de la verdad, lejos de moralismos o prejuicios. Cuando hay escenas de sexo no vemos el acto, sino que todo se ofrece desde una mirada subjetiva, la mirada femenina, la mirada de Linnéa (Sofia Kappel) nuestra protagonista. Esta mirada no es una mirada erótica, tampoco es una mirada pornográfica en donde el morbo y la sexualización esté presente, sino que es una mirada realista en donde vemos como es todo detrás de cámaras. Los actores se conocen unos momentos antes de grabar, el director "dirige" y le da unas cuantas indicaciones a los intérpretes, un camarógrafo con una cámara no mayor a una DLSR o una XDCAM graba con cámara en mano, mientras el director mira.

"¿Estás aquí por negocios o por placer?" pegunta el hombre. "Por placer" responde ella. Con este diálogo empieza la película, solo que en un contexto muy diferente al del resto de la película: un aeropuerto. Al final, placer es lo que menos hay en la película, solo una inalcanzable búsqueda de la fama, del éxito. Bella (Linnéa) no está por placer como realmente dice estar, está por el éxito, por el prestigio, por ser "la mejor". Pero la industria matizada de Thyberg nos muestra lo difícil y unilateral que es ser la mejor: solo hay un camino, ser capaz de hacer "todo, todo". Y en este limbo, en dónde "No tienes que hacer nada que no quieras" se mueve Bella, en donde nadie la obliga, en donde no hay violencia aparente, pero todo es violento, todo es dominación. No es casualidad que los únicos directores que se preocupan por Bella y su bienestar sean mujeres, en un mundo masculino donde las mujeres son un objeto y donde la satisfacción masculina, la dominación y la violencia explícita y simbólica domina. Y a pesar de eso, Thyberg no cae en la caricaturización de lo que quiere decir, ni tampoco en un panfleto feminista. Simplemente es, la reflexión, el juicio moral es individual, pero no te deja indiferente, aunque sería casi imposible con escenas como la segunda experiencia de sexo rudo de Bella, más parecido a una película de terror que a lo que esperarías de una experiencia profesional.

Eso sí, se necesita tener estómago para verla.
Patricio Escartín
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15 de octubre de 2021
24 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Cuestión de poder

La verdad es que es de celebrar que películas como Pleasure salgan a la luz, ya no tanto por la calidad final del film, sino más bien por los temas que aborda tan abiertamente. Es aún más de agradecer, cuando son gente de la propia industria pornográfica estadounidense, los que participan en este proyecto; visibilizando de esa forma, la parte menos amable y totalmente normalizada de la industria.

La cinta comienza con un espíritu algo naif, que enseguida acaba estallando a la protagonista; es decir, el film parte desde esa ingenuidad que mucha gente comparte en relación al cine porno. Una vez transcurrido ese arranque, la película es como una bola de cruda realidad que se va haciendo más y más grande para la protagonista. No obstante y esto es un punto a favor del film, todo está llevado con mucha sutileza, sin caer en ningún momento en un tono frívolo o pueril. Está tan bien llevada, que la incomodidad que va incrementándose en el sentir de Bella, como en el del espectador que está asistiendo a ello, se consigue trasmitir sin hacer uso del histrionismo.

Una de las cuestiones que aborda Pleasure, tiene que ver con el abuso de poder; un abuso de poder propio del heteropatriarcado, en el que las mujeres tienen que ser las sumisas y las frágiles. Esto se llega a exponer con mayor agudeza, que con la simpleza con la que la estoy reflejando en esta crítica, demostrando la gran determinación y conocimiento de causa con la que ha realizado este film Ninja Thyberg.

*Cultura de la violación

El tema en el que más se hace hincapié en Pleasure, es probablemente el más delicado de todos ellos. En un primer momento, nos lo presentan como los sacrificios a los que debe de hacer frente una joven para convertirse en una actriz porno de renombre, pero al final lo que está evidenciando la película es la normalización de la cultura de la violación dentro de la industria.

Pese a contar con un consentimiento previo, Pleasure refleja un sistema de trabajo poco sano de la industria, donde las mujeres no pueden sentirse en ningún momento protegidas. Se amparan en dar la libertad absoluta a las mujeres que quieren dedicarse al porno de decidir qué hacer y que no, pero solo son aquellas que están dispuestas a realizar las prácticas sexuales más extremas, las que acaban por convertirse en estrellas de la industria; es decir, la industria del cine porno en Estados Unidos está construida de un modo, en el que se acaba explotando a la mujer prometiéndola que va a ir escalando y haciéndose más popular.

En ese sentido, hay escenas bastante incomodas y poco gratas de ver, que evidencian y denuncian esta parte de la industria; algo que como he dicho antes, viene impulsado por los propios actores y actrices de la industria. Viendo la mayoría del elenco de Pleasure, uno se da cuenta de que casi todos son actores que se dedican al mundo del porno y que han querido participar en este largometraje.

*¿Qué clase de contenido para adultos consumimos?

Otra cosa que se aborda y también de manera muy inteligente en el film, es sobre el tipo de contenido para adultos que se demanda. Pleasure muestra sin miramientos, como no hay límites dentro de la industria, aún si ese contenido supone humillar a la mujer sistemáticamente. Hay que aclarar, que la película refleja el cine porno más comercial o mainstream; luego dentro de este mundo, habrá productoras más independientes, que apuesten por un contenido diferente.

Desgraciadamente y se lleva a ver en muchas escenas de Pleasure, el cine porno más comercial ofrece un contenido que prácticamente alienta a la cultura de la violación; literalmente, se recrean violaciones a mujeres en este tipo de webs para adultos. Por lo cual, encuentro este film como una gran reflexión en torno a la industria porno, muy sagaz y que se le muestra al espectador sin contemplaciones.

Lo que deja a uno algo frio de la película, es el ritmo narrativo que tiene; siendo este muy pausado, haciendo que la cinta se haga algo pesada en algunos tramos. Luego las interpretaciones si es verdad que no son estelares, pero también es entendible al no contar prácticamente con actores de cine convencional. Tampoco es un aspecto al que criticar con dureza, ya que se cumple dignamente con el cometido interpretativo que asume todo el cast.

*Conclusión

Pleasure es una cinta inteligente, valiente y comprometida, que muestra sin ningún tipo de miramientos la parte menos amable de la industria del cine porno norteamericano. Una película que aborda varios temas con mucha brillantez, como son el abuso de poder que aún existe dentro de la industria del entretenimiento para adultos , la explotación de la mujer por el propio sistema heteropatriarcal en el porno y sobre el tipo de cine para adultos que la mayoría llega a consumir. No destaca por sus interpretaciones ni por su ritmo narrativo, pero es una cinta que en líneas generales encandila y convence, a partes iguales.

Escrito por Daniel Jimenez
Cinemagavia
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7 de marzo de 2022
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que reconocer que la propuesta es valiente y original. Su visión descarnada del mundo del porno resulta hasta cierto punto impactante, pero la verdad es que me esperaba algo más.

Creo que la peli se queda a medio camino, ya que realmente no suceden muchas cosas, lo que unido a un ritmo lento, hace que llegue a aburrir en algunos momentos. Los pequeños conflictos que se narran no han llegado a tocarme la fibra, por lo que he visto el film con una cierta indiferencia.
Ottis B Driftwood
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15 de octubre de 2021
17 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ninja Thyberg se estrena como directora de una producción arriesgada desde muchos frentes.

La película recorre la iniciación en el sector del cine porno de una joven que quiere triunfar y ser reconocida. Thyberg estructura esta premisa en un guion y puesta en escena descarnadas, donde se reconocen las fragilidades éticas de esta industria. Pero, a la vez, su modo de narrar y colocar la cámara no pretender ser de denuncia directa.

Esta ambivalencia y la preponderancia de los entresijos eminentemente masculinos de este sector dejan poco margen para que la audiencia sea amplia o descubra algo que ya no sepa.

La directora sueca afirma (además de ser partidaria del polémico porno ético) ser consciente de haber rodado en la era del #MeToo y, sin embargo, poco se aprecia en no pocas de sus decisiones.

Quizá su propuesta cae en hacer opaco lo que es transparente, a base de hacerse explícita. De hecho, a excepción de la protagonista, la mayor parte del elenco pertenece al mundo del porno y se representan a sí mismos o a otros personajes reales.

www.contraste.info
Revista Contraste
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14 de febrero de 2022
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vi en Octubre, en unos días que pasé por Madrid, y la verdad es que salí conmocionado del Renoir, embebido por la experiencia audiovisual que acaba de presenciar. El impacto sin duda no fue superficial, tal es así que cuatro meses después el recuerdo del largometraje sigue palpitando con vivacidad.

Sin duda se trata de un título poco corriente y no me refiero a lo explícito de sus imágenes, en todo caso lo es el hecho que de esa sexualidad tan gráfica se conforme algo realmente artístico, una visión humanística y empática que viene a dar buena cuenta de la situación actual de la sociedad occidental.

En buena parte la narración intenta conciliar opuestos. La imágenes más groseras con una visión sutil y reflexiva de la sociedad estadounidense, aunque extrapolable a todo Occidente. Es decir, hay numerosas escenas de sexo en la que vemos a Bella, la joven actriz sueca, participar en pequeños rodajes de películas porno y sin embargo ninguna tiene el objetivo de provocar excitación sexual, en verdad tienen una función narrativa o bien son útiles para componer su visión del mundo laboral neoliberal en general y de la la industria del porno en particular. Las primeras, las de aprendizaje, tienen incluso cierta connotación humorística, pero conforme avanza la historia se explicita la cuestión de la explotación laboral, un mundo de competitividad feroz entre actrices y en la que productores y agentes intentan exprimir laboralmente a sus actrices, que deben desarrollar sus habilidades en un mercado que está construido para una visión masculina muy específica y que exige de ellas una imagen impostada, basada en nociones sumamente sexistas.

Su visión del porno es crítica, aunque matizada. Por ejemplo, en la escena dónde Bella rueda con un trío de "actores" obsesionados con el sexo duro y sádico, vemos la manipulación y el maltrato, el miedo tangible a ser "violada durante horas", mientras que en otro rodaje, encabezado con una directora que se maneja en el bondage, se establecen reglas y límites muy claros para que la experiencia sea lo menos dañina e incómoda posible. Fue una de las cosas que más me llamaron la atención, lo matizada que es esa representación, ya no sólo porque veamos a gente que trabaja en la industria del porno, también porque no cae en moralinas fáciles para llevarse el aplauso fácil de las grandes audiencias, al contrario, prefiere arriesgar en el matiz y mostrar como incluso dentro de las cosas más turbias existen islas razonables. La obra denota un trasfondo notoriamente feminista y sin embargo también hay personajes masculinos positivos dentro de la industria pornográfica, como es el caso de Bear, con quien Bella establece una relación de igual a igual.

Y en ese conciliación de opuestos, en medio de ese mundo duro y corrosivo, hay espacio para cierta luz reconfortante. Dentro del mundillo de aspirantes a actriz, de una forma muy natural y sincera, Bella y Joy se encuentran, se conocen, y establecen una amistad que es la nota de luz en medio de tanta explotación. En el caso de Bella, está tan comprometida con esa idea de convertirse en la principal estrella porno que le cuesta comprender lo importante que Joy es para ella, en ciertos momentos incluso la percibe como un lastre cuando su carrera está finalmente despegando. Más adelante Bella descubre las verdaderas proporciones de las cosas que le rodean y el lugar que ocupan dentro de sus prioridades personales, se percatará que por un lado tiene momentos de verdadera comunión con la vida mientras que en su sueño implica una lucha cruel. Batallan ahí esa necesidad interna suya con la lucha en un mundo conformado al gusto de los consumidores.

Así, "Pleasure" ofrece momentos poco corrientes. Sin ir más lejos, cuando Bella se propone rodar una penetración doble para dar un golpe de efecto, tanto la preparación como la filmación de dicha escena se ofrece como un ejercicio de perfección física y espiritual, una preparación concienzuda y una ejecución que le exige gran resistencia física y mental, a un nivel casi espiritual (con planos del cielo intercalados en los momentos del clímax). En fin, no creo que vayamos a ver cosas así muy a menudo, y menos en una industria como el cine, dónde el coste de las películas es tan alto que se prefiere por la simplificación o la desnaturalización en aras de adquirir una forma más digerible para alcanzar audiencias más amplias, al fin y al cabo se debe amortizar su elevado coste. "Pleasure" en cambio arriesga y trata al espectador como un adulto: lo que es duro se muestra como duro pero lo que es hermoso también se muestra como tal. Y precisamente por ese juego de contrastes, sientes que sus aspectos más positivos y bellos tienen relieve y consistencia. Es una alegría sin fin. A mí, de momento, me está durando meses.
Jean Ra
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