Spy Kids

Papás, mamás, abuelos, tíos, hermanos mayores, canguros, profesoras y demás, ponedle a vuestros críos "Spy Kids" porque estoy seguro que se lo pasarán pipa. Robert Rodríguez sorprendió a medio mundo con este trabajo que catalogaría de ciencia ficción y que parodia con cierta gracia el género de espionaje y al mismísimo James Bond. Lo mejor es que hay mucha aventura, servido con agilidad y salpicada por constantes bromas bastante simpáticas. En el reparto destacan Antonio Banderas y Carla Gugino, aunque los verdaderos héroes son los niños, Carmen (Alexa Vega) y Juni (Daryl Sabara)

Cierto que podemos criticar que sea demasiado infantil, que la historia, diálogos y situaciones sean tan simples o que a veces tenga uno la sensación de que está viendo una enorme tontería. Sin embargo, como he dicho otras veces, me gusta el género infantil, por lo que no me molestan estos supuestos errores. Definitivamente "Spy Kids" es una propuesta ideal para grandes y pequeños, cine familiar palomitero que ofrece diversión sin parar y una inyección de valores morales que no va mal. Con razón fue uno de los éxitos del 2001 en Estados Unidos (la 17 en taquilla) y en todo el mundo (la 27).

Al fin he visto la mítica película infantil de Robert Rodríguez que de niño dejé pasar, y me ha sorprendido para bien! Engancha desde el primer momento, tiene colorido, frescura y sentido del humor; he vuelto a pensar como un niño durante un rato. La trama, aunque típica, está bien llevada; y si bien hacia la mitad la historia se diluye un poco, no deja de ser divertida, original y acertada en ciertos detalles como los gadgets de agente secreto, los chistecillos malos y los guiños latinos del director. No sé qué me habría parecido a los 10 años que tenía cuando se estrenó, pero me encantaría comprobarlo.

Más allá del entretenimiento está lo que cuenta en sí, los valores y el mensaje. Es genial que la historia toque temas sociales interesantes, y los cuenta además de forma bastante inteligente. Es aún más genial por dirigirse a los niños! Acertada y sencilla la crítica social implícita en el villano Floop, acerca del entretenimiento y la T.V. (esfera pública para los seguidores de Kluge), la obsesión por la fama y el poder. El otro tema importante que trata es el de la familia! Los secretos, compartir el tiempo, conocer a parientes desconocidos... Pocas películas para niños tratan de verdad estos temas, lo cual es una lástima y un mérito para Spy Kids.

La acción y los efectos especiales son atrevidos y han envejecido mal (aunque no tan mal), pero no es necesario comentar lo obvio. Más allá de la calidad y nitidez visual, el diseño de los espacios y situaciones no reales de la película logran una de las cosas más importantes en el cine: transportarte, soñar.

Esta es sin duda una de las películas infantiles más completas que he visto (entretenimiento + mensaje + cinematografía) y una de mis favoritas de Rodríguez; por ello me ha sorprendido la baja puntuación que encontré en filmaffinity, incluso por parte de amigos y almas gemelas. Voy a terminar un poco más radical diciendo que le dá choporrocientasmil vueltas (dejando al margen el factor imitación) a la aclamada Los Increíbles.

Resulta ciertamente curioso que una película reciba tan buenas críticas de los expertos, y a la vez, sea valorada tan negativamente por los usuarios de FA. Muchos que la han visto consideran, algo totalmente comprensible, que se han encontrado con un pasatiempos fallido.
Buena parte del éxito de la película recae en una estética y una ambientación que no desentonan en el conjunto. Ese colorido que acompaña al film es de agradecer, aunque a veces es demasiado llamativa en este aspecto. En cuanto a la ambientación, pues se pueden apreciar lugares y sensaciones ópticas que no defraudan. No obstante, se hace demasiado simplona, su guión es bastante malo. Los efectos especiales son mejorables, pues chirrían un poco, aunque ya haya llovido bastante desde entonces.
En lo que respecta a los personajes, llama la atención que el padre de los niños sea representado por Antonio Banderas, a quién solemos ver en otro tipo de films.
El lema de esta película de aventuras podría sintetizarse en "niños separados por su padres por culpa de los villanos de turno". Por cierto, que uno de ellos, al final resulta ser bueno sin dar explicaciones, explicaciones las cuáles no se dan durante el visionado y que tampoco merecen ser atendidas dada el escaso nivel al que nos aferramos tras la película.
En el apartado de actuaciones, los villanos secundarios no molan mucho, aunque hay que decir que el toque simpático lo aportan en todo momento y en general, la película no es muy mala tampoco, simplemente se trata de un film infantil que aunque se puede ver, no logrará satisfacer las pretensiones al menos de quien, teniendo más de 16 años, se embarque en la aventura.
Recomendable, eso sí, para los amantes del cine de espionaje y de la parodia (de ambas cosas mejor). Para niños puede pasar igualmente. Ellos podrán ver aquí un producto simpático. El resto mejor, con muchas reservas.

Robert Rodríguez mezcla los conceptos del cine de espías con el de ciencia ficción, el de acción y el familiar.

Le sale una película redonda titulada "Spy Kids" que gracias al éxito que tuvo hubo 3 secuelas más, incluyendo informes que dicen que están preparando la quinta.

Yo no sé. Pero, a mí, esta primera película me encantó y me parece un concepto muy rompedor para el cine de aquel momento. Con unos Banderas y Carla Gugino que se salen, unos jóvenes Alexa Vega y Daryl Sabara que son una gozada, un villano sorprendente y otro sorpresa, que nadie se espera y unos secundarios de lujo, esta película es disfrutable hasta decir basta.

Así que, ahí va mi 10.

Cuando los más infalibles e implacables espías del Mundo están en apuros, ¿en quién podemos confiar para que sean rescatados?
Sorprendentemente sus hijos pueden ser la mejor opción, aunque se trate de unos simples niños...

Esa es una cuestión que, extrapolada al argumento de una película, terminaría por convertirse en la típica producción infantil idiota con chistes de vergüenza ajena para tirar de efectos especiales y de la fama de algunas nuevas estrellas del momento, la típica que años después terminaría como carne de emisión televisiva de sobremesa...sin embargo la cosa parece cambiar, o por lo menos resulta más curiosa, cuando en los créditos se lee "Dirigida por Robert Rodríguez". En efecto el cambio de siglo pareció afectar al mexicano en términos de dar un vuelco absoluto a su carrera y su reputación a los ojos de Hollywood.
Hasta ese momento, "The Faculty" era lo más comercial que había rodado, pero entonces le sobreviene el impulso de dejar atrás su estilo habitual y rendir un homenaje a la esencia del cine familiar, inspirándose en sus propios congéneres, cuyos nombres usaría para su nuevo proyecto. Tal vez el nacimiento de su tercer hijo, Rebel, tuviese algo que ver en su cambio de miras, pero esto era más bien un sueño nunca cumplido, deseado desde hacía mucho tiempo, que por fin podría tomar forma, aun con ciertas negativas de los Weinstein (quienes no aprobaban las ascendencias mexicanas de la familia protagonista)...

Lo primero que hay que hacer al encarar "Spy Kids" si nunca se ha visto, o si se ha vuelto a ver en recuerdo de los tiempos nostálgicos de la niñez (como es mi caso particular), es tenerlo en cuenta no sólo como un producto dirigido a un público infantil, sino como la obsesión personal de un cineasta. De hecho sólo el principio deja claras sus intenciones, cuando Ingrid se dispone a contar un cuento a sus hijos Carmen y Juni, empleando, para más inri, sus propias experiencias de un tiempo pasado que se vislumbra muy lejano: aquella época en la que servía al Gobierno como una de sus mejores espías internacionales.
Cerca de la idea de "La Totale" (y su "remake" "Mentiras Arriesgadas") tenemos a unos progenitores (Gregorio, el padre, un agradable Antonio Banderas demostrando que sus mejores actuaciones se las reservó para Rodríguez) retirados y a la vez aún dentro del mundo del espionaje de alto standing, en anhelo de volver a sentir la emoción de antaño. Los niños son una bendición pero a la vez un estorbo para ello, si bien aquí se presenta un núcleo familiar bastante luminoso (pese a ciertas riñas y traumas), olvidándose el guión de cualquier rastro de drama turbio que se pudiese incorporar.

Lo malo es la manera de desarrollar el imaginario en el que los niños habrán de colarse cuando los padres decidan salir a cumplir una nueva y peligrosa misión y sean capturados en el proceso. El director parodia y homenajea tanto el alocado cine de espías de James Bond como las series de dibujos que disfrutó en su infancia (en especial los "Power Rangers" y los animes), y su concepto se apoya en "una película que habría hecho un niño". En base a esto se nos presenta un villano ridículo (Fegan) cuyo proyecto de crear poderosos agentes espía se junta con su exitoso programa de televisión infantil.
Esto se escora a la fantasía, pero a una fantasía extraña. En sus derroches de color, efectos especiales imposibles y desvíos chiflados en la línea de la entonces reciente "Austin Powers", Rodríguez enfrenta a los niños (Alexa Vega y Daryl Sabara con una buena química en pantalla y cayendo más simpáticos de lo que los actores de su edad suelen caer en este tipo de cine...) a una serie de enemigos que se debaten entre más espías torpes en exceso, monstruos aberrantes, cyborgs con aspecto humano y otras criaturas en una historia sin pies ni cabeza (pero llena de dedos con vida, y sé lo que me digo...) con cerebros electrónicos, inventos estrafalarios y mutaciones genéticas de por medio, más horripilantes que las de Cronenberg.

También entran en liza las fortalezas de suelos de puzzle, salas de realidad virtual, personas convertidas en bichos repelentes y experimentos que dan a todo un tono más bizarro e infantiloide, similar al que por aquellos comienzos del 2.000 empezaría a frecuentar también Takashi Miike, y más en deuda con las locuras surrealistas de Akira Toriyama (en especial las que imprimió en "Dr. Slump"), pues la imaginería del manga siempre ha estado muy presente en este cine fantasioso de Rodríguez. Quizás por eso su "Spy Kids" no parece muy recomendable para un público infantil estándar.
Todos esos elementos garantizan un universo psicotrópico demasiado absurdo en su espectro siniestro como para, en opinión de quien escribe, no permitir su visionado al público al cual va supuestamente dirigido, más bien al preadolescente. En este aspecto, los chicos son los protagonistas y el poder de su bondad, inteligencia y pureza es la que ayuda a resolver las situaciones (y no la violencia, como suele suceder en el cine del mexicano); pero los adultos también tienen su parte de importancia, desde un genial, como siempre, Danny Trejo, a Cheech Marin pasando por Robert Patrick, Tony Shalhoub y Teri Hatcher. A Alan Cumming dan ganas de ver cómo esos "mano-pulgares" le desatornillan la cabeza.

A pesar de lo descacharrante de su guión, su mal gusto, sus bromas (caídas, carantoñas y ocurrencias por el estilo) sin gracia y algunas actuaciones que retuercen el hígado de la vergüenza, el ritmo desenfrenado y la propia locura consigue que la película se pase en un santiamén.
Así Rodríguez termina de romper los esquemas de una inmensa mayoría de detractores que sólo lo veían aún como un insignificante director independiente. El bombazo en taquilla fue tal que también significó el principio de una tediosa saga (la cual de niño disfruté de lo lindo, por supuesto) que viene a extenderse hasta nuestros días...