Leonera

Desconozco la filmografía anterior de Pablo Trapero (“Mundo grúa”, “Familia rodante”…). Aunque uno ya puede imaginarse un poco lo que le espera cuando se mete a ver una película sudamericana (argentina en este caso) de género carcelario: poca blandura y bastante inclemencia, por no repetir el adjetivo “perro” que a menudo le aplico al cine latinoamericano.
No es algo malo en principio, y de hecho es la falta de dureza lo que lastraba algunos intentos de drama carcelario femenino rodados en nuestro país, como “Entre rojas” de Azucena Rodríguez (no he tenido tiempo de ver la más reciente “El patio de mi cárcel”, pero he leído que también peca de dulcificación inoperante).

Todo lo contrario ofrece “Leonera”: una cosa a destacar, y que me parece que a menudo se descuida, es la excelente elección de secundarias y extras, que dibujan a la perfección el paisaje carcelario-marginal con sus rostros curtidos, cuerpos orondos (o en cualquier caso alejados de todo glamour) y modos incívicos. Imagino que se trata de actrices no profesionales, y pienso que esa “leonera” no sería lo creíble que es sin ellas. Sólo se me ocurre una actriz de las de verdad que habría podido dar el pego en esa tesitura: Anna Magnani.
La sensación de encierro está muy lograda gracias al empleo del sonido (los golpes metálicos de las puertas que se cierran), y gracias a planos-secuencia en los que vemos sin cortes el enorme trayecto que puede mediar desde una celda hasta la salida del centro penitenciario.
Las alambradas que circundan el presidio terminan de ataviar la trena a modo de dolorosa corona de espinas. Colabora la sucia fotografía, mugrientamente cárdena.

Pienso que esa creación del “ambiente” es lo mejor de la película.
En cuanto al guión, se quiere jugar a la ambigüedad a la hora de abordar el delito que lleva a la protagonista a ese calvario, pero lo que se genera es una confusión algo insatisfactoria. Además hay un momento (antes del giro final en que la película remonta) en que casi llega a cansar. Es lo que tienen estas películas con unidad de espacio casi total, y que encima son deprimentes: que llega un momento que dices “que sí, que es terrible, pero ya está, ¿no?”.

Las actrices profesionales están bien, tanto Martina Gusman en el complicado papel principal, como Elli Medeiros en el papel de su madre, con un cierto parecido razonable con la gran Charlotte Rampling.

Se deja ver la película, es interesante. La temática carcelaria siempre rinde y la puesta está bien. Una muchacha entra a prisión por un homicidio que no sabemos si cometió o no, cargando su pequeño vientre embarazado. Da a luz estando presa y ahí arranca la historia y los cuestionamientos. Que es lo mejor para un niño si estar en prisión en condiciones paupérrimas pero con su madre; o ser criado por la abuela y en libertad. Lindo material para un film, pero en este caso no termina de cerrar. Martina Guzmán está correcta y el resto del reparto no desentona. De a ratos se vuelve un poco aburrida, y tiene mecetas en la narración. Se nota el oficio de Trapero, pero creo que el error radica en que trató de contar la historia sin golpes bajos, pero no supo encontrar el equilibrio y por momentos la película se pone fría. El final demasiado previsible le resta un punto. Simplemente correcta.

“Leonera” es un drama carcelario un tanto singular, ya que no vemos en la gran pantalla muchos productos como este. Sin duda que hay mucho donde escoger a la hora de ver algo del género, pero desde luego que no es muy habitual una cinta sobre cárceles de mujeres y que encima estén presas con sus hijos dentro del penal. Así pues, la propuesta llama la atención a priori porque sabes que no va a ser una historia supertrillada.

Quiero advertir de antemano un par de cosas a los espectadores que quieran verla. La primera es que no esperen un producto del estilo de “Celda 211” o la serie “Prison Break”. Este es un filme que basa todo su potencial en el día a día de las internas y en las relaciones entre ellas y sus hijos. Así que no esperen brillantes planes de fuga, motines espectaculares, escenas de acción, intentos de violación o abusos entre las condenadas. En este sentido, se aleja por completo de los tópicos propios del género. La segunda es la absoluta apuesta por mostrarte todo con un descarnado realismo, prácticamente no verás ninguna escena inverosímil ni tampoco ningún giro brusco de guión buscando sorprender.

Una vez dicho lo anterior, tengo que decir que este filme lo encuentro solamente pasable, sin más. He puesto en una balanza sus cosas buenas y malas, de las cuales luego hablaré, y a mí no me parece un peliculón ni nada que se le acerque. Y me da igual los premios que pueda ganar la película o las maravillosas críticas que escriba nadie. Mi opinión es que se merece un aprobado y ya está.

Últimamente, he notado que se sobrevalora a todo filme que sea de corte realista y, por el contrario, se degrada ferozmente a cualquiera que sea inverosímil o que lo parezca. El realismo no es sinónimo de buen cine sino algo simplemente real, nada más. Y esto lo digo porque parece ser que para una gran mayoría de espectadores cualquier cosa que se filma con tintes realistas les parece el no va más y no tiene por qué ser así por defecto.

Ahora os hablo de lo bueno y de lo malo que he visto en “Leonera”. A su favor destacaría la interpretación de Martina Gusman, la cual sufre una transformación sobrecogedora de chica inocente y “normal” a dura interna con una fuerte convicción en sus ideas, y también su fantástica ambientación carcelaria, ya que se nota que se han usado centros penitenciarios reales como, por ejemplo, el de Olmos, el de Los Hornos, el de San Isidro y la cárcel de mujeres de San Martín (incluso apostaría que más de una extra o secundaria son presas de verdad). No obstante, le encuentro dos pegas principales: la cinta simple y llanamente aburre (y de lo lindo durante buena parte del metraje), y no se aclara nunca lo que pasó el día del asesinato, es decir, se quiere jugar a la confusión con este asunto y el tiro les sale por la culata (¿ninguno de los dos sospechosos, Julia y Ramiro, se acuerdan de lo que pasó ese día? ¡Qué no se acuerdan de un asesinato!... no me jodas, vamos).

Leonera" es por lejos, dentro de territorios argentinos, el mejor film del año. Pero en mi humilde opinión lejos está de la profundidad y la delicada dirección de "XXY" de Lucía Puenzo (film que representó a Argentina en la preselección para el Oscar en 2007), no digo que la película de Pablo Trapero sea peor o merezca menos nota, pero entonces ¿por qué lo digo? La cuestión es que "Leonera" pretende hacer una crítica acerca de la imposibilidad de elegir de un niño (¿estar con su madre en prisión... ó en libertad con su abuela?), y a diferencia del film que mencionaba, aquí no hay tanto una visión infantil sino más bien que se concentra todo en el punto de vista de la madre. Es en esto que se le va poco más de un punto.

Sin embargo es imposible negar todo lo que tiene de bueno la cinta, que además de una detallada fotografía de lo que son las correccionales argentinas, logra compenetrar emocionalmente al espectador con su perturbadora dirección (un tanto arriesgada en su crudeza) de Trapero. Y otro factor determinante para que la historia funcione es la actuación estelar -y cósmica- de Martina Gusmán, cuya escala interpretativa logra un grado de credibilidad impactante que hace temblar en más de una ocasión al público. Creo que sin Trapero, a pesar de ciertas flaquezas en su visión, la película hubiera resultado un culebrón de mediatarde... Pero con los diálogos perfectamente copiados de la realidad de estas cárceles, sumados a actuaciones y fotografías tan creíbles, "Leonera" puede escapar al encasillamiento del género y aspirar a grandes cosas, sin dejar de ser a su vez entretenida y de fácil lectura.

Tal vez, no sea el tipo de film que a muchos les guste ver, o quizá no comprometa sentimentalmente al espectador extranjero que poco pueda -y no está obligado a- conocer sobre la situación penal en la Argentina, pero la real y tierna historia de amor entre un hijo y su madre ansiosa de criarlo es algo que de seguro conmoverá hasta el corazón más duro. Y pese a sufrir durante gran parte del metraje, la redención no tarde en llegar con lo que seguramente será reconocido como uno de los mejores finales del año.

Tres días después de haber visto "Celda 211", la espléndida película de Daniel Monzón, no parece el momento adecuado para realizar una crítica de esta "Leonera", más que nada porque, aunque ambas se desarrollan en el mismo escenario, nada tienen que ver entre sí, y, sin embargo, es inevitable compararlas, como dramas carcelarios que son, y en esa comparación esta cinta sale perdiendo.

Quiero decir con esto que, si no tuviera tan reciente la película española, mi votación por este filme hubiera sido un punto superior. Y es que nos hallamos ante una historia que, por encima de otras consideraciones, desprende verosimilitud en cada fotograma, en gran medida debido al extraordinario trabajo de todo el elenco, pero especialmente de las dos protagonistas femeninas, realmente estupendas.

Por su parte, la dirección de Trapero es sutil, poco estridente, rehuyendo remarcar los pasajes escabrosos que una historia como esta podía haber generado en otras manos, y, aunque en cierto momento la película pierde ritmo y se hace algo repetitiva, el director sabe llevar su nave a buen puerto, merced a un guión que toca todos los palos posibles a la hora de conmover, pero en el que se evita la sensiblería fácil.

Muy recomendable.