El profesional (Léon)

Una película muy interesante, la trama demuestra la inocencia de una manera cruel, pero sin perder la esencia de esta, en donde a pesar de sentimientos como la venganza esta característica se siga reflejando. Otro punto que puede que generar polémica es la relación de los personajes principales, se puede ver como algo inmoral o una relación entre padre e hija, causando que la trama se vuelva mas emocionante y se centre en un interés de evolución de personajes.
Se refleja la influencia francesa del director Luc Besson, detalles como las elecciones de encuadres, la escenografía y hasta la música hacen guiño al cine francés, a pesar de que este director se conoce por estar muy "americanizado", estos detalles logran conectar mas con esta cultura en la película.
Las actuaciones son ejemplares, se ve el debut de Natalie Portman, en donde a pesar de su corta edad denota mucha madurez en su actuación, y logra encarnar el personaje de Mathilda de manera icónica. También el actor Gary Oldman el cual transforma a su personaje en uno que no se olvida, ya que demuestra una naturalidad al representarlo y a la hora de improvisar ciertas escenas genera que estas tengan mucha mas impacto en la película. Al terminar de verla te llevas una sensación de que acabas de ver una muy buena película.

Puede que a simple vista parezca una película de acción, pero de hecho, se trata de mucho más que eso. La acción está muy bien hecha. El trabajo que realizan los personajes crea una gran cantidad de tensión, muchas veces, simplemente por entregar un mensaje. La principal virtud de la película es la relación que se forja entre personajes, una especie de mezcla única pero que funciona y sirve como referente para aquellos que se ven obligados a crecer mucho en un corto tiempo. Cortes limpios y gama de colores de las que "atrapan y no sueltan".

La vi en el cine hace muchos años, probablemente cuando se estrenó en España. Me pareció estupenda. Debut de Natalie Portman, casi una niña, con un consolidado Jean Reno que le dió mucha visibilidad, y un Gary Oldman absolutamente maravilloso, todo expresividad, aunque poca contención. A Danny Aiello cuesta verle en un papel que no sea de mafioso, con una fisonomía perfectamente reconocible.
No la recordaba tan de "acción", es realmente una cinta con mucha violencia, asesinatos, sangre y todo lo demás. Es una película muy potente, tremendamente impactante.
La enseñanza de un 'oficio' tan peculiar como el de asesino a sueldo es tratado con gracia, garbo, profesionalidad y empatía. Además la enseñanza es a una niña. La chica tiene algo de la niña de Taxi Driver, esa sexualidad infantil tan a la vista, tan desagradable en su visualización, tan sumamente anti erótica, tan poco adulta y madura. También tiene algo de Nikita, cosa lógica por otra parte. El juego de las armas, la erótica de las pistolas.
No es la primera vez que se enseña el oficio de matón, ni tampoco la primera vez que se transmite de chico a chica, pero esta cinta es todo un canon, por lo bien que se hace y lo bien rodada que está.
No sé qué dirá la crítica, pero puede ser la mejor película de Besson.
La música es estupenda, a cargo de Eric Serra, uno de los de la nueva ornada, de los que han puesto música a decenas de películas.
Dos cosas llaman la atención de la cinta, dos detalles. La constante ingesta de leche (además de la misma marca y en el mismo envase de cartón) y el cariño que le tiene a una planta.
La versión que he visto dura 133 minutos, la comercial de las salas, al parecer, 106. En esos 25 minutos se narra la historia de amor entre el profesional y la niña, la parte más tierna y divertida de la cinta, la que explica muchas cosas de cómo funcionan las cosas y su razón.
Una gran película, muy reconocible y recordada.

Otro diamante en bruto, ame a leon desde la primera escena, más allá de buscar taras al rodaje y demás, esta historia transmite con grandiosa naturalidad, sin querer competir con nadie, a su rollo.

Me recordó lo maravilloso de las diferentes personalidades humanas, sobremanera las que NO son habituales.

Más allá de escenas de acción, (bien recreadas además), esta original historia habla de cómo un metódico y solitario asesino a sueldo, puede ser en verdad, entrañablemente sensible e inocente y como una aparentemente dulce niña incomprendida, puede derrochar personalidad y decisión.

La famosa escena eliminada, roza lo que es aceptable socialmente y lo que no, creo que tiene dos formas de enfocarse.
Bien, desde mi manera de verlo, esa escena es brillante, sobre cogedora y dulce, pero entiendo que existan personas que le den otro enfoque, y crean ver apología de algo inmoral, por lo que lógicamente en su año de lanzamiento fue censurada.

Como iba diciendo, si sabes apreciar lo que este arte nos regala tendrás una gran joya cargada de todo tipo de emociones que no te dejará indiferente, desde luego este film pasa a uno de mis favoritos.

Es una película que me acompañó desde que era una tierna infante. La habré visto ya no sé cuántas veces de lo mucho que me gusta. Sin embargo, sólo hoy caí en la cuenta de algo que "Léon" contaba y yo no había sido capaz de comprender.

Empiezo por el principio. Era una niña de menos de diez años, creo que apenas ocho, cuando la vimos mi hermana y yo por la TV por primera vez. Me quedé encandilada con la estética tan... cómo decirlo... tan de "casa" (me daba la sensación de que todo lo que pasaba en la película perfectamente podía haber pasado en mi propia casa, en las calles de mi ciudad) y el estilo de narración tranquilo y cargado de momentos íntimos que te convierten en cómplice sin querer. Pero, por encima de todo, me encantó Mathilda. Era una niña alocada y traviesa, como lo éramos todas las niñas. Y además era súper guay, vestía de manera fenomenal. Me dieron muchas ganas de hacerme su mejor amiga y pasármelo bomba con ella (evidentemente con ocho años yo era incapaz de verla como una "lolita", de hecho sospecho que en realidad jamás lo fue, siempre fue una niña que interpretaba a una niña, punto).

Lo que vi era la historia de una niña que vivía aventuras con un asesino profesional del que se enamoraba, y aprendía a vivir una vida sin familia. Una historia cruda, ciertamente, pero desde mi punto de vista infantil, era la fantasía que cualquier niño quería vivir (quién no quiso alguna vez huir de su casa para recorrer mundo... sobre todo de niño). En resumen, una historia apasionante y envidiable.

Luego, ya un poco mayor, en la temprana juventud, empecé a darme cuenta de lo mucho que Mathilda sufría realmente. Ya no parecía una aventura apasionante aquello que le pasaba, sino una desgracia de la cual conseguía sobreponerse de forma casi milagrosa, sin perder jamás, eso sí, su esencia de niña. Empecé a sufrir por Mathilda cada vez que veía la película. Me identificaba con sus momentos de pesar, con sus llantos, con sus súplicas.

Pero ahora... Ahora...

Ahora que perdí mi alma de niña, ahora que soy una persona madura en todos los sentidos de la palabra (por desgracia...), ahora veo la película de manera totalmente diferente.

Sigo viendo a Mathilda, pero ya de manera secundaria. Ahora entiendo por qué la película se llama "Léon" y no "Mathilda". ¿Por qué? Porque la historia es sobre lo que representa Léon realmente. Sobre cómo es vivir sin amor, sin nadie a tu lado, sin una persona a la que querer y entregar tu vida con pasión y fervor. Sigo en spoiler porque, bueno, porque voy a espoilear.