Detroit

Nunca había visto una película de esta directora; no me pareció nada del otro mundo pero la tendré en cuenta.
Nunca había escuchado sobre los disturbios de Detroit en el 67 y a modo informativo e ilustrativo la película ha cumplido su función. Pero se podría haber abarcado más ampliamente lo sucedido, aquí sólo se relata una de las historias que pasaron de manera muy extensa y repetitiva. Creo que falla el guión al centrarse en un solo hecho habiendo tantos por contar.
La dirección "nerviosa" como le han llamado muchos, me pareció correcta.
Las actuaciones muy buenas, tanto las de los músicos como la del policía blanco.
La ambientación genial, realmente sientes que estás en los 60.
Buen drama y momentos de tensión y violencia, aunque no la vería otra vez. No es una película que recomendaría pero no está mal.

Algunas cosas sorprendieron; sigo en spoiler por si acaso.

Película desgarradora y dura con unos hechos ocurridos entre la realidad y la ficción que dibujan de manera perfecta lo que fue la persecución racial de finales de los 60. Las escenas ocurridas en el motel (aún sin la confirmación oficial de que fueron reales) te hacen sentir rabia y empatía. Sus personajes realizan actuaciones severas y llenas de realismo, como el oficial de policía o el grupo de cantantes de The Dramatics. Es una obra brutal de concienciación histórica en el profundo Estados Unidos, en una ciudad netamente industrial, que aún no ha olvidado ese pasado violento.

Vista una tercera vez, creo afirmar. Detroit es fácilmente identificable y, tal vez, precisamente por eso, toda su labor de metraje en el hotel sea las más peliaguda e interesante. Donde realmente habita la película. Que incluso digo, que esa afirmación, tiene trampa.

Lo digo porque los actores están presentes en todo momento, pero...no sabiendo explicarlo de otra forma que explicándolo, nos gustan verlos haciendo una serie de cosas. Y mucho (sigo sin entender que no obtuviera ninguna nominación).
La cámara es siempre inestable y acalorada. Favorece la tensión que quiere transmitirnos Bigelow durante toda la cinta. Decía que la parte del hotel es la más interesante e insana, pero creo que su prólogo y desenlace lo son de igual forma. Y dicho esquema no es un trabajo nada fácil de conseguir. Requiere de mucho trabajo y sobretodo de un portentoso talento, como pienso que ya viene demostrándolo Bigelow desde hace un tiempo.
Los buenos son muy buenos y los malos muy malos. Esto como primer apunte. Y decir que este aspecto no es algo necesariamente negativo.
El segundo sería, siendo siempre honesto con mis palabras, que a pesar de lograr transmitirnos la injusticia y odio que puedan fabricarnos sus antagonistas, y de ser un producto, al menos para mí, previsible en su planteamiento y desarrollo (y añadiría conclusión), decir que yo por lo menos me dejo arrastrar sin ningún problema dentro de un relato que, aunque el objetivo pueda ser muy obvio, y muy frecuente de hecho, no deja de ser aplaudible. Creo, siempre, que es necesario tratarlo para tener un punto de vista de lo que sucede aún hoy en nuestros días. Por mucho que el terreno norteamericano nos quiera vender lo que no es.

Todo ello, es cimentado por un buen guión, una historia bien oxigenada (por paradójico que pueda leerse esto) que es alambrada con actores al mismo nivel que su dirección y fotografía, y de un libreto, nutrido por Mark Boal, que es también el responsable de "La noche más oscura", y "En tierra hostil". Todas ellas edificadas por este monstruo que es Kathryn Bigelow. Autora que no le importa lo más mínimo meterse de lleno en auténticos charcos.

Detroit es una bomba sociopolítica que puede estallar en cualquier momento.

No es de las mejores de Kathryn Bigelow ya que peca por mostrar solo los hechos como una especie de documental, sin serlo, no dando su toque personal del tema. Tal es así que para adentrarnos realmente en la trama pasa casi una hora mostrándonos los disturbios ocurridos en varios barrios de gente de color después de que la policía hiciera una redada sobre un club, provocando todo tipo de desmanes, golpes y robos en la zona. El film ambientado en el año 1967 en donde la segregación racial todavía estaba a flor de piel crudamente retratada en la redada de un grupo de policías en un hotel queriendo saber sobre unos supuestos disparos provenientes de ese lugar mostrando todo el odio y provocando todo tipo de humillaciones a un grupo de personas de color. La película es fuerte, en donde los malos son realmente malos, provocando la empatía del espectador hacia las víctimas de las agresiones. Es un film para ver especialmente para conocer los disturbios que realmente ocurrieron en la ciudad de Detroit y que están acompañadas en la película con imágenes reales de lo que pasó. Dentro de las actuaciones todas son convincentes. Para ver.

Un testimonio 'documentalista' sobre unos sucesos acaecidos en Detroit en 1967. Rodada con extraordinario realismo, con la cámara siempre al hombro, no fija, incluso en los tiros largos no se encuentra aposentada en el suelo.
Un compromiso con la verdad, un reencuentro con un suceso que seguramente causa un gran revuelo en la sociedad de la época. Veinte años después del fin de la guerra no había llegado a la población negra el sueño de un estado del bienestar y el confort (tal y como allí se entienden ambas variables).
La dramatización de algunas personajes es un poco impostada, especialmente de las chicas blancas que juegan a ser prostitutas, pero la verdad es que consigue crear el ambiente requerido para contar la historia.
Disturbios, saqueos, intervención de la guardia nacional, abusos policiales. Lo que comenzó siendo un disturbio en un motel, con disparos de un arma de fuego casi como una broma -estúpida, obviamente- se convierte en un abuso policía en toda regla. Un mando policial se vuelve completamente loco y amenaza con matar a todos los huéspedes del hotel si no le dicen quién ha disparado. Una auténtica locura, que, obviamente, no podía acabar bien.
Directora ya muy versada, muy trabajada, comprometida y eficaz. Las dos cosas que he visto suya: La noche más oscura (2012) y K-19: The Widowmaker (2002) me han gustado mucho.
Divertido el diálogo sobre Coltrane, que acababa de fallecer, sobre si había sido asesinado por el F.B.I. y si era sobredosis o no de heroína, a la que era adicto desde joven.