De repente, el último verano

«Película toda ella de tipos anormales, que se desarrolla en un clima morboso hasta en los más mínimos detalles –la decoración– y que nos presenta unos personajes dominados, en virtud de esta anormalidad, del homosexualismo, el complejo de Edipo, etc. La considero irrepresentable, sin posibilidad de arreglo».

«Pese a la turbiedad de la trama –desviaciones sexuales: sugerencias incestuosas y homosexualismo– esta película podría autorizarse para un público adulto; pero lo que es totalmente inadmisible es la localización española, y más concretamente, catalana, de la parte final de este filme donde el autor desarrolla la secuencia de canibalismo por parte de unos pilletes, de una chiquillería depauperada y miserable, y que, como es natural, es intolerable».

Con estos dos informes de la censura española de la época (el último, de 1969; el primero es anterior a esa fecha), la película prometía.
¡Y vaya si promete!. Con Tennesse Williams, Gore Vidal, Joseph Leo Mankiewitz, Katherine Hepburn, Elizabeth Taylor y Montgomery Clift... era imposible que saliera mal.
Le he puesto un 9. Por una única razón: sobra la escena inicial del hospital y la operación . Es innecesaria.
El resto, excelente.

Atractivo, intrigante, complejo e inquietante cuadro familiar, en el que Joseph L. Mankiewicz, consigue enmudecer al mundo que se atreva a descubrir y comprender lo que ocurrió el último verano.

Es una de esas producciones clásicas que enganchan de una forma rápida y que hacen que no puedas parar de querer verla hasta llegar a su desenlace.

Los responsables de la película ofrecen un viaje de lo más inquietante y psicodélico, alejándose de lo políticamente correcto.

El ambiente enrarecido de la familia y la situación social del mundo que presenta, junto con su temática intimista, convierten a "De repente, el último verano", en todo un retrato psicológico de un alma atormentada por el amor y la inocencia.

De repente, el último verano;, queda como una producción psicológica digna de analizar en profundidad.

Tenessee Williams y Gore Vidal: con estas dos mentes creando, ya nos podemos imaginar que la historia no será una comedia. Si a esto le añadimos la dirección de Mankiewicz, el resultado final no dejará indiferente a nadie.
Los personajes son muy, pero que muy especiales: una Katherine Hepburn que da mal rollo cada vez que aparece en escena, una Elisabeth Taylor torturada por no recordar lo que pasó, sin olvidarnos de los familiares que pululan por el jardín de la casa y de Sebastian, que bien podría ser primo de Rebeca, porque todo el mundo habla de él pero en ningún momento le vemos el rostro. Añado un Montgomery Clift intentando descubrir qué sucedió aquel último verano. Sin duda alguna los 10 minutos finales pasarán a la historia, ya que a día de hoy no creo que ningún director se atreviera a contar algo tan truculento y con tanta elegancia.

Con el gusto aún en la comisura de mis labios del placer que deja el buen cine, me dispongo a plasmar en este trozo de papel en blanco el impacto que ha tenido para mí su visualización. Admiro las películas que logran meterte dentro de ellas desde el principio, y esta lo es. La siempre misteriosa interpretación de Montgomerie Clift te deja embaucado. No sabes de lo que va, pero te vas adentrando con esa música que te penetra el corazón en el manicomio con caras absortas. Tratas de buscar entre sus caras a dos de las grandes actrices: la Hepburn y la Taylor. Pero no: apareces en una mansión con un jardín trasero que poco tiene que envidiar al más sofisticado de los jardines botánicos. Para entonces, descubres que, para no perderl hilo de los diálogos, no es una película para ver en Versión Original. Son muchos diálogos y cuesta seguirlos y mirar a los ojos de los personajes.

La emoción te va envolviendo, poco a poco, hasta caer absolutamente prendado de Liz Taylor. Quieres y deseas parar el tiempo y mirarla, disfrutar de tan magnífica actuación. Para entonces vuelvo a poner VO para escucharla a ella… Que se pone sus mejores galas para recibir al doctor. “¿qué es locura?”, te preguntas, mientras vas disfrutando de un crisol de creación bestial: Williams, Mank, Clift, Taylor, Hepburn… es soberbio. De fondo, bastante explícito, un complejo de Edipo bestial y la homosexualidad. ¿Cómo diablos burlaron a la censura? Culmina la creación unas escenas de Bagur (Gerona) que, a modo de moraleja, muestran al ser humano en su más cruel panorámica.

Todo un análisis psicológico de lo que fue un sueño, con consecuencias. Muy buena dirección de actores, con interpretaciones excelentes, todo un recital. El duelo es admirable entre las dos protagonistas femeninas.

Tomas, decorado y fotografía perfectos.

La historia muy bien conducida y con emoción, todo un relato modélico. No cabría hacerle ningún reproche a esta cinta extraordinaria. Verla y disfrutarla.