Haz click aquí para copiar la URL

El bazar de las sorpresas

Romance. Comedia Alfred Kralik es el tímido jefe de vendedores de Matuschek y Compañía, una tienda de Budapest. Todas las mañanas, los empleados esperan juntos la llegada de su jefe, Hugo Matuschek. A pesar de su timidez, Alfred responde al anuncio de un periódico y mantiene un romance por carta. Su jefe decide contratar a una tal Klara Novak en contra de la opinión de Alfred. En el trabajo, Alfred discute constantemente con ella, sin sospechar que es ... [+]
<< 1 9 10 11 12 13 >>
Críticas 63
Críticas ordenadas por utilidad
11 de agosto de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El destino puede dar muchas vueltas a lo que nos ocurre y hacer que las cosas más inesperadas sucedan, sobre todo en lo concerniente a las relaciones amistosas y, especialmente, al amor, porque puede darse que una persona se enamore de alguien que normalmente no le atraería de esa manera por su forma de ser. Pero también hay que tener en cuenta varias cosas en lo referente al caso a tratar en esta película: el conocimiento que puede tener una persona de otra cuando trabajan juntos es relativamente limitado, más aún cuando sus iniciativas laborales chocan entre sí; en las relaciones a distancia, al no tener contacto conscientemente con la otra persona, y sólo saber de alla a través de sus escritos (casi o tan capaces de enamorar como un buen físico y una bonita sonrisa), se tiende a idealizar el sujeto que es objeto de ensoñaciones, pensamientos y reflexiones; y por último, hay que dejar un hueco al componente "sorpresa", que hace que si dos personas están predestinadas se acaben reuniendo contra todo pronóstico.
Efectivamente, es ese componente el que hace que en torno a dos personas aparentemente opuestas y son concepciones muy dieferentes del otro, como son Klara Kovak y Alfred Kralik, dependientes en una misma tienda de Budapest, surja gracias a la correpondencia anómima e intelectual que mantienen, un afecto, fruto de su aprecio mutuo tras los primeros roces y desavenencias, que los llevará a descubrir al gran amor de su vida, que se escondía tras las hermosas líneas que se intercambiaban.
Mientras la veía he ido comparando las imágenes de esta cinta de los años 40 y de " Tienes un e-mail", remake de la misma estrenado en 1998, y he llegado a la conclusión de que, aunque la segunda no me disgustó y me hizo pasar un rato entretenido, la primera la supera ya desde sus credenciales, pues con un reparto como James Stewart y Margaret Sullavan, y un director como Ernst Lubitsch (autor de otras joyas del género como la anterior " Ninotchka", " Ser o no ser" y " El diablo dijo no"), el resultado debía ser una comedia encantadora, agradable, con mezcla de enredo y un sutil dramatismo para acentuar su romanticismo, como al final ha resultado ser. Una buena película para disfrutarla.
david panadero moya
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de marzo de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viendo esta película la relación que surge entre Margaret Sullavan y James Stewart me resultaba familiar por sonarme de otros films, pero sobre todo de la película de Nora Ephron “Tienes un e-mail” , (ahora sé de donde saco la idea para su película), no solo porque los dos protagonistas que trabajan en la misma tienda se cartean sin saber que quien tienen al lado es el mismo al que escriben, sino por algunas situaciones y diálogos que son prácticamente calcos de la película de 1940, como la parte en que uno de los compañeros de James Stewart en el bazar, le acompaña a su primera cita con ella para que le diga que aspecto tiene temiendo que no cumple sus expectativas, a partir de ahí la sensación de ya visto es bastante notable.
El personaje del repartidor es el que me pareció más divertido, todos están bien en la película, el jefe buenazo o el empleado trepa , pero yo hubiera preferido para el personaje de ella a una actriz más guapa tipo Ginger Rogers o Priscilla Lane
tito
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
22 de febrero de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
25/02(03/02/20) Notable comedia realizada por el maestro de la sutilidad Ernst Lubitsch. Película inspirada en la obra “Illatszertár” (1937, conocida internacionalmente por su título francés: Parfumerie), del escritor húngaro MiklósLászló, inspirándose además el director en su propia vida, y es que el botones PepiKatona(personaje del film encarnado por Wlliam Tracy) tiene elementos autobiográficos (ingenuidad, suficiencia, ambición, etc.), y es que Lubitsch trabajó en el negocio de confección de su padre Simon. No siendo una obra de carcajadas, pero sí te dejará una mueca de satisfacción durante todo el metraje. Ello en un desarrollo ingenioso, con un ritmo constante, componiendo situaciones imaginativas, con diálogos incisivos, con una manejo brillante de las elipsis, jugando con habilidad con los fuera de campo, ello con mordacidad, delineando personajes que transpiran humanidad, con sus defectos, anhelos e ilusiones. Y todo con el sello de elegancia y sofisticación del maestro berlinés, abordando con chispa temas como la lucha de sexos (screw-ball), el clasismo, la precariedad laboral, el consumismo, echando mano de recursos como las confusiones, las falsas apariencias, los malentendidos, o el manejo de puertas dramática o cómicamente. Con una estructura teatral, donde hay prácticamente un único escenario (la tienda de elementos de cuero de Matuschek), donde se cruzan diferentes historias, todas interconectadas entre los trabajadores del comercio, habiendo romance, adulterios, traiciones, miedos, picaros, todo con el famoso ‘Toque Lubitsch’. El film ha sido declarado "culturalmente significativo" por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y escogido para su conservación por el National Film Registry.La película fue rehecha por Nora Ephron en 1998 con el título “You've Got Mail” con protagonismo para Meg Ryan y Tom Hanks.

Tiene un inicio excelente en la presentación de personajes (aunque aún falta por entrar en escena Margaret Sullavan), todos ellos esperando a la puerta de su trabajo a que llegue el jefe a abrirla y dar comienzo su jornada laboral. Escasos minutos aprovechados de modo excelso en diálogos y pensamientos punzantes, donde queda expresada con síntesis el carácter de todos ellos, sus ilusiones, anhelos, miedos (como aclaran con virulencia a Vadas situaciones, cual pensando que puede chivar algo al jefe que los ponga en entredicho), obsesiones, etc. Para a continuación entrar en este núcleo que será la historia, la tienda Matuschek, donde las vidas de estas figuras despliegan sus encantos, apoyándose en una dirección hábil e ingeniosa, puesta al servicio de atrapar al espectador en esta madeja deliciosamente hilada. Donde hay cajas musicales, billeteras, o cartas románticas.

Lubitsch se denota en la elegante ambientación, en las mencionadas geniales elipsis, en los atractivos fuera de campo, en el cariño con que son tratados los secundarios (Ese hilarante Pirovitch [FelixBressart] que cada vez que piden opinión huye del lugar para posicionarse y de ese modo poder poner en peligro su empleo; ese pícaro chico de los recados; ese serpentil y sibilino Ferencz Vadas).

La maestría del director germano tiene recursos estilísticos que lo engrandecen como el magno manejo de las elipsis de Lubitsch, ejemplo: Matuschek (las ve como un buen producto a vender) y Alfred (las ve un mal negocio) discuten sobre unas cajas de música para cigarros, entonces una joven (Klara Novak encarnada por Margaret Sullavan) entra en el local e intentando le den trabajo ‘coloca’ una de estas cajas a una clienta por un precio mayor que el propuesto por Matuschek (5,50 en vez de 4,25), con lo que es contratada ante la mala cara de Alfred. Entonces hay un corte y pasamos a un travelling en el exterior de la tienda, ahora nevada como reflejo del paso del tiempo, la cámara se posa en el escaparate y vemos las cajas cigarreras, y pone un cartel con: “antes 5,50, ahora 2,29”.

Lubitsch y el uso del plano secuencia: Vemos el plano general del interior de una oficina de correos, hay un travelling siguiendo a un empleado que llega a la parte trasera del casillero de apartado de correos 237, que se ve vacío de contenido, por la parte opuesta se abre la puertecita y una mano se introduce buscando cartas, la mano es sacada y tras ella vemos a una entristecida Klara, cerrando pesarosa el casillero.

La historia se bifurca en dos subtramas que se retroalimentan. Por un lado está el screw-ball con protagonismo para Alfred y Klara, una relación de odia-amor, con diálogos incisivos, mordaces, con réplicas y contrarréplicas, al que se le añade el ‘enredo’ de las correspondencia anónima con el mediador de un periódico, que da un cariz más divertido al haber por un lado esta tirantez personal, y por otro lado esta relación romántica epistolar platónica entre anónimos, esto con el acicate que uno de ellos se entera quien es el otro, jugándose con esta ventaja con mucho humor(el encuentro en la cafetería; o el modo en que se ‘conspira’ para haya un regalo de billetera’); Por otro lado está la subtrama del patrón Matuschek (Frank Morgan), con tintes caprianos, donde este tiene la sospecha de que su esposa le es infiel (‘Durante veintidós años hemos estado casados. Durante 22 años me he sentido orgulloso de mi mujer. Bueno, ella… simplemente no ha querido envejecer conmigo’), y sospecha de un empleado, lo cual le lleva a una depresión de cuasi-trágicas consecuencias, entroncando esto con la posterior “Que bello es vivir” (de ahí la referencia al director siciliano). Tipo afable que mantiene una relación cuasi-paternal con sus empleados, pero que esta situación le agria el carácter hasta el momento de estallar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5 de diciembre de 2022
Sé el primero en valorar esta crítica
Me encanta verla en Navidad. Es una película muy mona. El ambiente está muy logrado. Y la historia en sí está bien, la idea, pero el desarrollo del personaje de Klara flojea. Iba a decir que por la época en que se hizo no se podía pedir más pero luego he recordado a Katharine Hepburn, y me he convencido de que sí que falla algo. A mí Klara me parece una niña consentida, queriendo ser adulta intentando parecer inteligente. James Stewart está muy bien, y creo que sí que responde algo más inteligentemente a las circunstancias que se le presentan. Además la voz al traducirla tampoco ayuda mucho. La hace más pánfila, damisela en apuros.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Verónica Ruth
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
11 de junio de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
'El bazar de las sorpresas', dirigida por Ernst Lubitsch en 1940, es un encantador clásico del cine que se destaca por su elegancia y su cuidada ejecución. Esta comedia romántica nos transporta a un mundo lleno de vida y objetos peculiares, brindando una experiencia cinematográfica realmente satisfactoria.

La dirección de Lubitsch es notable, capturando de manera brillante la esencia del bazar y su ambiente vibrante. Con un enfoque sofisticado, logra crear una estética visualmente atractiva, aprovechando el espacio de manera inteligente. La atención a los detalles y la composición de las escenas demuestran la habilidad de Lubitsch como director.

El guion es una delicia, con diálogos ingeniosos y llenos de humor sutil. Las situaciones cómicas se desarrollan de forma natural, y los personajes cobran vida gracias a las líneas bien escritas. El equilibrio entre los momentos divertidos y los momentos de ternura y romance es manejado con maestría, lo que permite una experiencia emocionalmente satisfactoria.

El elenco brilla en cada interpretación, con James Stewart y Margaret Sullavan destacándose por su química en pantalla. Su desempeño natural y encantador aporta credibilidad a sus personajes y hace que sea fácil conectar con ellos.

En resumen, 'El bazar de las sorpresas' es un clásico encantador del cine, con una dirección notable, un guion bien elaborado y actuaciones cautivadoras. Ernst Lubitsch logra crear una experiencia cinematográfica que perdura en el tiempo, transportándonos a un mundo lleno de sorpresas y momentos memorables. Esta película es un ejemplo del talento del cine clásico y una elección perfecta para los amantes del género romántico.
Finius Magnificus
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 9 10 11 12 13 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow