Memento

Curioso, le puse un ocho a una película que me ha dejado indiferente, será porque en última instancia las virtudes de un film sobrepasan a las impresiones personales: se trata de tomar distancia para empezar a verlas. Quizás una buena peli no dependa de un montón de sensaciones sueltas, sino de una puesta en práctica efectiva y funcional a la que le refreguen esas sensaciones.

Nolan abandona sus contrapuntos, siempre tan interesantes, en su eterno choque con el otro, ya sea mediante personajes o mediante el montaje. Memento es el rompecabezas básico de la identidad, un puzzle obsesivo de luces blancas tan impactantes como borrosas dentro del todo que pretende mostrar. Su prota...vive una vida que no es vida, una vida de eterno renacimiento con el debido viaje por el río Leteo, aquel que elimina cualquier recuerdo de lo que fuimos o supimos ser. Su clave es el policial velado, pistas tras pistas hasta intentar reconstruir a un hombre fragmentado por su propia condición. El ritmo es empastado, denso; los tonos son oscuros, a veces con un toque de perversidad gratuita: el personaje es tratado con dureza por el director, no se le concede nada, pero nada.
La peli se va armando conforme el personaje construye su vida, esto en lo personal me molestó puesto que al ser un narrador subjetivo el avance de la trama es, a mi gusto, excesivamente dificultoso y lleno de trabas.

Pero la atmósfera nebulosa y gris de Memento favorece finalmente a una puesta en escena que busca recrear que tan frágiles podemos ser, que tan torpemente podemos entender los senderos de nuestras propias vidas.

Lo tiene todo. Es original, inteligente, sugestiva, intrigante y angustiosa. Y todo un reto. Porque has oído hablar de ella, de su montaje complicado, del despiece de las escenas, del guión enrevesado y del laberinto de la estructura y piensas que tú lo vas a resolver a la primera. Sólo porque fuiste capaz de armar el puzzle de 8.000 piezas que te regaló la tía Paqui por Navidad. Pero esto es mucho más difícil. Ya lo creo. Porque es como si, cada noche, tu hermana Eva se llevara la mitad de las piezas, o tu sobrina Pili añadiera las de otro puzzle o el cabroncete del primo Nano se entretuviera en cortar en trozos más pequeños las piezas, ya de suyo raquíticas. Y, para rematar, alguien ha perdido la hoja de la muestra. O sea, que no tienes donde fijarte, no sabes qué es verdadero o no, ni sabes si la gente que está contigo va a ayudarte o a boicotearte. Tienes tu inteligencia, sí, pero te falta la experiencia de haberla aplicado antes; eres un gato escaldado pero no sabes por qué, ni de qué, ni de quién tienes que huir. Eres el ordenador más sofisticado del mercado pero no hay memoria; estás en blanco. Como eres muy bueno, consigues almacenar unos pocos datos apresurados, todos los días antes de que el sistema se bloquee y tengas que volver a empezar a la mañana siguiente con el disco duro vacío. Y así día tras día, subiendo la piedra hasta arriba de la montaña a ver si ésta vez es la buena, y consigues llegar a la cima con ella, pero no... Antes de llegar volverá a caer a toda velocidad y tú detrás con el cansancio, la angustia y el miedo de todos los días de pensar que no vas a conseguirlo nunca.

Esas son exactamente las horripilantes sensaciones que me ha transmitido el hombre sin memoria de esa película. He reconstruido con él, las piezas de la historia, fatigosamente, con la incertidumbre de que tenemos que recurrir a sensaciones que pueden ser falsas, porque no tenemos hechos, ni experiencias, ni recuerdos... Es decir, no tenemos nada... Y, con nada y menos, y la "ayuda" de amigos o enemigos, no estamos seguros, hemos llegado a reconstruir el final...

Posiblemente no vean la relación a simple vista, pero existe una breve similitud entre algunos directores como son: Akira Kurosawa (Rashomon), Martin Scorsese (Taxi driver), Clint Eastwood (Gran torino), Darren Aronofsky (El luchador) y el director de esta película, Christopher Nolan. Existe algo común en todos ellos que los hace destacar por encima del resto. Y esa particularidad va relacionada con el aspecto innovador que va impregnada en su obra y que hace gustar tanto a público como a crítica.

Y es aquí, en donde el film Memento consigue dar a conocer mundialmente al director inglés Christopher Nolan descubriéndolo como uno de los directores más prometedores de esta década. Realizando una película atípica en donde el desarrollo de la trama es un puzzle cronológico, genialmente montado, para contarnos una historia aparentemente sencilla.

Una historia que girará en torno a Leonard, un investigador de seguros, que a raíz de un golpe en la cabeza propinado en su casa por unos asaltantes tendrá que sobreponerse al asesinato de su esposa cometido mientras realizaban el robo. El trauma encefálico le producirá un extraño síndrome provocándole que sólo pueda recordar los últimos 15 min. y vagamente lo acontecido aquel fatídico día. Al no poder retener los acontecimientos que van sucediendo, toma fotografías instantáneas de cada momento y utiliza su cuerpo tatuándolo como si se tratase de un diario personal. Convirtiéndose él mismo y aquellas instantáneas en sus únicas referencias en un mundo exterior que cada día le parecerá totalmente nuevo. Todo ello ayudará a Leonard (Guy Pearce) a trazar el camino que ha tomado... encontrar los asesinos de su esposa.

El protagonista principal, Guy Pearce (La máquina del tiempo), dará vida a Leonard, un
hombre que sufre un extraño caso de amnesia. El cual vivirá el día a día obsesionado con no olvidar su misión, que no es otra que vengar la muerte de su amada. Junto al protagonista principal, también estará Teddy (Joe Pantoliano), un misterioso hombre que supuestamente conoce a Leonard y que ayudará a encontrar al asesino de su mujer. Por último, Leonard conocerá a Natalie, una mujer enigmática que, establecerá una amistad con el protagonista, algo que no será por pura casualidad.

La maestría con la que Nolan consigue mostrarnos como es la desordenada mente de Leonard, a través de una caótica serie de recuerdos y flashbacks. Hilvanándo un caos cronológico de forma que el espectador no se sienta perdido en ningún caso. Consigue "ordenar el caos" de una forma peculiar: mostrando en blanco y negro los sucesos que ya han acontecido antes del trauma (de forma lineal y continua) y a color los acontecimientos ocurridos posteriormente (en un sentido inverso).

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento por falta de espacio)

Hay algunos directores a los que a veces se les olvida que lo realmente bueno de la vida, y de los elementos que la habitan, como por ejemplo el cine, son las cosas sencillas, y digo sencillas, que no simples, nos estrujamos el cerebro buscando algo impactante, diferente, que casi siempre resulta ser absolutamente desechable e innecesario. Normalmente no vamos al cine como el que se presenta a una oposición, o como el que hace frente a un terrorífico examen del que va a depender el resto de su vida, no vamos al cine a realizar un esfuerzo sobrehumano para entender lo que nos cuentan. No nos gusta evidentemente que nos tomen por tontos, pero tampoco lo contrario, que te hagan sentir tonto por no captar o comprender en toda su magnitud lo que nos relatan.
Nolan se muestra innovador tanto en lo que cuenta y también en como lo cuenta, un montaje sin duda original que camina en sentido contrario a como suceden habitualmente las cosas. A mí en particular eso me obliga a realizar un desgaste gratuito, que para compensar tiene que estar muy justificado en su desenlace, o en este caso en su inicio. No he hallado esa justificación por ningún lado, por lo tanto el resultado final me ha parecido mediocre para lo que me propone y exige. No me agrada ese juego donde te piden tanto y a cambio no te dan demasiado.
Hay fases de la película realmente buenas y algunos personajes bien construidos, como por ejemplo los señores Jankis. Los actores en general se muestran convincentes, el guión bastante aceptable, el montaje como ya queda dicho muy novedoso, es decir también tiene cosas interesantes. De todas formas yo no he captado en ningún momento, ni por asomo, nada que justifiquen esas buenísimas críticas y alabanzas que he leído sobre ella. No digo que no sea un icono o una obra de culto, aunque desde mi punto de vista le falta mucho para ese calificativo.

Cinta caótica a la vez que genial y sorprendente. La trama te impide respirar y ansías encontrar un final lógico que no existe. Los actores están perfectos, destacando Pearce con un papel que desarrolla con devoción. Las escenas con elipsis se repiten y crean un caos que gusta enormemente. Es una película que crea un nuevo género y eso no tiene precio. Gran innovación.