Camera Café, la película

Con "Camera café, la película" suceden dos cosas. Primero están las expectativas del devoto de la serie original, algo para nada baladí. Y en segundo lugar están las expectativas del devoto de Ernesto Sevilla y su humor chanante, algo que en su momento ya hundió cierta gala de los Goya. Todo espectador que sea capaz de derribar esos dos molestos muros, creo que disfrutará, en mayor o menor medida, este asalto a la gran pantalla de la popular serie. Quienes no, casi mejor pasad de largo.
Yo he disfrutado "Camera café, la película", me sitúo entre quienes derriban el muro. A partir de ahí es justo reconocer que, aun provechoso, este debut en el largometraje de Ernesto Sevilla dista mucho de ser redondo.
La cinta marcha de menos a más, siendo de media película en adelante cuando mejor funciona el film. Y es que, se manejan aquí tantos tipos de humor, que al producto le lleva un rato atinar con el que mejor le sienta. Luego también a las historias tan corales como esta les sucede a menudo que no siempre focalizan donde deben, y la ley de Murphy dicta que siempre le van a dar subtrama a ese personaje que precisamente no te dice nada. En "Camera café, la película" me pasa con Cañizares, todo el lío que se trae con el personaje de Javier Botet muchas veces me frena el ritmo. Luego hay otros clásicos de la oficina que tienen una presencia más testimonial y por contra hubiera querido más de ellos. Pero bueno, nunca llueve a gusto de todos.
A mi cuando más me gusta "Camera café, la película" es cuando abraza sin pudor el absurdo. Cuando en ese microcosmos de vagazos con filia por los cinco minutos para el café empiezan a suceder cosas no sujetas a las leyes de la física, la cinta me gana. El momento bucle es brutal. En cambio cuando, como sucede durante la primera mitad de metraje, se intenta construir una réplica de "La que se avecina" cimentada sobre humor costumbrista, pues no.

Ni tan buena como la serie, ni muchísimo menos como Museo Coconut o Capitulo Cero.
Aún así, entretenida, el Concurso Webber es muy chanante.

El caso es que ahora, al buscar en internet, no he tenido manera de averiguar quiénes eran los guionistas de la serie, me aparecen los creadores, los productores, el director, actores... pero ni rastro de los guionistas, y es que me fastidia que se les dé tan poco reconocimiento cuando son la base y la clave del éxito del proyecto.

Es como darle más mérito a Bisbal que al que compone una canción suya.
Vale, mal ejemplo, no hay mucho mérito en ambas partes, pero me habéis entendido. Tíos que cantan bien salen dándole una patada a una piedra, pero gente que sepa componer una buena canción, pocos.
Pues con el cine pasa un poco lo mismo, está claro que un director te puede cagar un buen guión, pero es que sin un buen guión, simplemente no hay película.

No he parado de reirme en un tiempo en el que las risas cotizan muy a la alta. Fotografía excelente y superior a la media del cine español, guión algo frenético pero repleto de referencias, chistes bien traídos y hasta plot twists componen esta adaptación a la pantalla grande de la mítica serie, cuyo café pierde algo del aroma clásico de la serie pero a cambio se nutre del humor chanante de su director, un Ernesto Sevilla creativamente desatado presentando lo que es su ópera prima, que supera con creces lo que esperaba.

Si bien la cinta comienza de una forma tìpica y algo lenta, en seguida se desata y comienza a transitar por muchísimos géneros distintos, sorprendiendo al espectador con referencias a clásicos del cine, cameos notables, giros muy bien conseguidos y chistes que sacan la carcajada con extrema facilidad. El reparto derrocha química por los poros, destacando a Esperanza Pedreño interpretando a una Cañizares más pura si cabe que en la serie.

Como puntos negativos, el absurdo en ocasiones se sobrepasa a sí mismo y hay demasiado Jesús Quesada en una peli que debería ser más coral.

*Más allá de la máquina de café

La salita donde se iban encontrando los empleados en la serie para tomar un café y cotillear, se ha quedado pequeña. A ambos lados del ascensor, arriba y abajo, hay un nuevo mundo por descubrir.

Cámera café la película muestra ese pequeño universo donde lo más absurdo, cómico y surrealista sucede con el único, valioso, objetivo de entretener y divertir. Desde el inicio y en aumento progresivamente, se van sucediendo una serie de guiños y cameos tan exagerados como chanantes, o sea disparatados.

Incluso va más allá, porque iremos conociendo la vida privada de cada uno de los personajes, siendo alguna de ellas tremendamente patética, como la del protagonista Jesús Quesada (Arturo Valls).

Pero no nos confundamos, oculto tras ese humor fútil o trivial se esconde una fidedigna descripción de los tipos de personas con las que uno se puede encontrar. Vividores, pelotilleros, ingenuos, pibonazos, vagos, perdedores, eficientes, arrogantes...reales como la vida misma.

*El arte de hacer reír

Desde la Antigua Grecia, pasando por la Edad Media, el Siglo de Oro Español, hasta nuestros días, la comedia es un género importante y fundamental. Situaciones de enredo, disparatadas, sátiras de todo tipo, ayudan a mantener una buena salud mental. Porque...¿Qué sería la vida sin humor?

Para hacer reír hace falta talento, no es algo baladí, aunque que como en todo, habrá a quien le hagan gracia algunas situaciones y a otros no tanto. No tomarse tan en serio a uno mismo y desdramatizar avatares es de lo que se encargan los humoristas. Y en España los hay muy buenos.

Humor fresco, espontáneo, es el que se aprecia en Cámera café la película, junto a personajes queridos por ser ya conocidos en la antigua serie. Pero además hay bastantes innovaciones, como unos números musicales en los que Arturo Valls y Carlos Chamorro sorprenden con sus melodiosas voces.

*Conclusión

Cámera café la película es una divertida y disparatada comedia adaptada y mejorada para las grandes pantallas sobre la famosa serie del mismo nombre. Para los fans de ella, sin duda será un momento para disfrutar con sus antiguos personajes y otros nuevos. Para el resto, una oportunidad de apreciar el talento de sus guionistas: Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla y Miguel Esteban.

Sin más pretensiones que las de entretener y hacer reír, es una forma de terapia para estos tiempos convulsos que nos está tocando vivir. Humor al servicio del bienestar mental, una sana manera de soltar estrés y olvidarse por un rato de los problemas.

Escrito por Irene Abecia Navarro

La mejor comedia que he visto en mucho tiempo, fresca, dinámica, muchas risas. Te deja con ganas de más y no quieres que termine deseando que alguien plantee la próxima ocurrencia o disparate. Arturo Valls nació para este personaje. Hora y media de humor y diversión de verdad, tan necesario en estos tiempos tan convulsos. Muy en la línea de lo que era la serie pero con una vuelta de tuerca más.

Un proyecto liderado por Arturo Valls con Ernesto Sevilla a los mandos no podía salir mal y efectivamente, espero que haya más.