Camera Café, la película

En este momento de reciclar todo aquello que tuvo éxito en otros tiempos, llega esta versión fílmica de Camera Café para que nos demos cuenta de que SOLO con revivir éxitos pasados no vale. Hay que dar algo más y en este caso había que dar RISAS.

Evidentemente huye del formato de cámara fija y nos quiere mostrar el momento actual de los personajes para reengancharnos tanto tiempo después. Y con eso pueden jugar porque ya tienen el trabajo hecho de que los conocemos. El problema es que llega un punto que nos damos cuenta que tampoco hacía falta y menos sacándolos de su contexto clave: LA CÁMARA EN LA MÁQUINA DE CAFÉ.

La historia se chananteliza y busca gags en el absurdo y los guiños actualizados pero no tiene gracia y a partir de ahí se nos desmorona el chiringuito. Hay cositas con las que te ríes por lo tontísima de la situación, pero insuficiente para perder el tiempo con ello. Y eso que dura poco y la engordan con chorradas muy evidentes. El desarrollo argumental es un desastrito.

Un intento de aprovechar el tirón nostálgico que invita mejor a recuperar el original, por desgracia.

Si ya de por si la idea de hacer una película partiendo de la mejor serie de sketchs de la historia de la televisión Española es terrotífica, el producto final que nos presenta es deplorable.

Cambiar a Luis Gurudi por los chicos de Muchachada Nui resulta nefasto. La gracia y frescura de la serie se pierde en absurdeces y momentos de vergüenza ajena.

Se hecha de menos a Cesar Sarachu y Ana Ruiz. Podían haber tirado más de Luis Varela y sobra Manuel Galiana que no se si fue un intento de tapar el personaje de Don Gregorio o si le pusieron para rellenar hueco.

La parte positiva es que con ver los primeros 20 minutos y el post crédito basta, el resto del tiempo puedes usarlo para buscar una película que se pueda ver.

‘Camera Café’ fue una mítica serie de televisión, en la que una serie de variopintos empleados se reunían frente a una máquina de café para discutir sus quehaceres de oficina. Reconozco que no era un gran fan, a pesar de lo ingenioso del formato, habiendo visto algunos episodios sueltos. Pues bien, diez años después de su despedida, los personajes regresan por la puerta grande con una película de la mano de los cómicos Ernesto Sevilla (director y guionista) y Joaquín Reyes (sólo guionista).

El tráiler ya prometía una rotura total con lo visto hasta el momento, y quien haya visto cualquier episodio de la inclasificable ‘Capítulo 0‘, entenderá que si les das un proyecto a Sevilla y Reyes, el resultado será tan ingenioso como bizarro. Y aquí estamos, con una película que prometía ser algo diferente, cumpliendo su palabra, aunque a un alto precio, ya que pasó desapercibida en su estreno en cines, y parece que el público no ha salido demasiado satisfecho de la experiencia, pero mejor vayamos por partes.

Se nota que Sevilla tiene inquietudes artísticas, porque la cantidad de filigranas y artificios que utiliza en esta comedia son incontables. La ambición está ahí, y no se puede negar que el debut cinematográfico del cómico convence, aprobando con nota y estando por encima de la media del cine español, con una estética nada conformista y que busca ser algo más. Sevilla ya había dejado claro que tenía tablas para el asunto en la mencionada serie, pero aquí lo confirma con un trabajo más que loable (atención a algunos planos o al momento del bucle). La corta duración del film redondea este apartado, por lo que chapó.

Lamentablemente, el guion no está a la altura con su avalancha de ideas, algunas ingeniosas, otras no tanto, y al que le cuesta hacer gracia, más allá de alguna sonrisa tímida. Es bastante chocante que dos cómicos de la talla de Sevilla y Reyes se queden a medias en el humor, más preocupados en impresionar al espectador con su variedad de sinsentidos (hay giros sorpresa, aunque son más predecibles de lo que nos quieren hacer creer), que en hacerle reír.

Está claro que han tirado la casa por la ventana y lo han apostado todo a un número, pero queda la sensación de que han errado el tiro y que se han quedado a medias de todo. Ojo, que se agradece que hayan arriesgado, y más teniendo en cuenta que este tipo de producciones no se suelen ver en el cine español, pero el asunto no ha acabado de cuajar. Y bueno, mucho me temo que los fans de la serie original se sentirán traicionados por un cambio de rumbo demasiado abrupto, por mucho que sean los mismos personajes.

En cuanto al reparto, Arturo Valls es el absoluto protagonista, sacándole todo el partido a su personaje, y demostrando la gran vis cómica que tiene. Es un actor que no siempre me convence en sus papeles (se nota cuando no está cómodo), pero que aquí lo da todo, resultando convincente y logrando que empaticemos con un tipejo ciertamente despreciable. Lo mismo se puede decir de los secundarios, todos entregados a la causa y formando un plantel de actores sensacional y que eleva el conjunto.

En conclusión, estamos ante una curiosa rareza, con algunos aciertos, pero que no acaba de convencer en su viaje psicotrópico sin rumbo fijo, con unos gags que se creen más graciosos de lo que realmente son. Estoy seguro de que Sevilla y Reyes pensaban que tenían una obra maestra entre manos (se huelen las ínfulas de artista), pero el público no les ha dado la razón, con una extraña comedia que me temo que será olvidada con el tiempo, a pesar de su originalidad y ambición. Las intenciones eran buenas. Los resultados, no tanto. Otra vez será.

Más críticas: ocioworld.net

Recuerdo todavía en las sinopsis de cine de la revista teleprograma hace muchos, muchos años que los que las escribían solían tener unas cuantas frases hechas para describir a los actores o los argumentos de las mismas. Y una de ellas era: "vehículo para el lucimiento de...", podía ser, Gracita Morales, José Luis López Vázquez o Lina Morgan, entre otros. Pues en este caso queda claro, esta película es un vehículo para el lucimiento de quien paga, el actor y productor, Arturo Valls. En otras ocasiones, este polifacético artista de un solo papel consigue hacerlo y nos muestra una película divertida como en el caso de "Los del túnel", pero aquí no.

Reconozco que tiene mérito llevar un producto televisivo como "Cámera café" con unas restricciones considerables a un ámbito más abierto, y eso lo consigue, pero Cámera Café era una comedia Coral con personajes muy bien definidos a los que fuimos tomando cariño durante los años que nos ofrecían sus píldoras, primero con Óscar Ladoire en las autonómicas a deshoras y luego con gran éxito en telecinco con otro plantel de actores, la mayoría en este cinta. Aquí son comparsas al servicio de quien se erige protagonista único.

Es difícil tejer un guión con la premisas de Cámera Café, y no lo consiguen, buscan una excusa, abusan de los clichés de los personajes, pero sin la gracia de la serie, y tratan de salvar las situaciones, bien con rellenos musicales, flashbacks, ensoñaciones, y otros recursos muy usados cuando no sabes cómo rellenar para cumplir con un metraje decidido de antemano.

En ocasiones divierte, pero eso, sólo en ocasiones. Una oportunidad desaprovechada.

Es tan Mala que me rendí, y mira que es difícil que abandone una película por muy mala que sea, pero en este caso pudo conmigo. K.O. técnico.
Hacer una crítica resulta casi imposible. ¿Criticar acerca de qué?
¿De una realización vulgar y anodina?
¿De una dirección sin ideas, vulgar, anárquica, incapaz de mantener el interés?
¿De unas historietas, por llamarlas de agún modo, carentes de ingenio y aburridas?
¿De unos protagonistas exagerados hasta la saciedad?
¡Pues ahí queda eso!
Conclusión: ¡huya!
P.D.: leyendo las críticas profesionales está claro que fueron invitados a algún tipo de fiesta en la que se les inocularon sustancias psicotrópicas que les impidieron apreciar la realidad.