Green Zone: Distrito protegido

El argumento en si, no llega a sorprender en ningún momento, ya que es algo público y notorio que lo de las armas de destrucción masiva, fue una tapadera, para las verdaderas intenciones de Bush y compañía...
Tanto el director como el actor participaron en la saga de Bourne y en esta historia da la sensación de que siguen empleándose los movimientos que tan buenos resultados dieron en la saga de Bourne…
Estos americanos son capaces de vender y generar éxitos a partir de sus desgracias, como las torres gemelas, a historias como ésta, que ellos mismos provocan…
Otra forma de sacar rentabilidad a la guerra…
Un día harán un paquete de pipas, y nos venderán como se hizo el envoltorio…

Excelente y pintiparada ocasión para que republicanos y demócratas (y en su defecto convencidos de uno y otro signo de allende los States) disfruten lanzándose encendidamente los trastos a la cabeza con las diferentes lecturas, que subjetivamente unos y otros defienden sobre la objetiva ausencia de armas de destrucción masiva en Iraq.

Si eres uno de los tipos mencionados en el anterior párrafo (en el fondo todos tenemos nuestra opinión, pero se supone que de lo que se trata es de hacer una reseña de una película y no de exhibir nuestras creencias, filias y fobias), tanto esta película, como cualquier documental o producción de diferente enjundia, será imposible que la enjuicies ateniéndote estrictamente a sus valores cinematográficos.

Pues bien, a mi juicio lo que aquí tenemos es, un entretenido y digno thriller bélico, en cuanto a escenas de acción e interés de la trama, y no tanto en cuanto al aderezo conspiranoico que la envuelve, no ya por que los hechos narrados en cuanto a que las armas de destrucción masiva fueran un "Mcguffin" se alejen de la realidad, sino por lo inverosímil de ese oficial del ejército que encarna Matt Damon, cuestionándose las misiones encomendadas en base a su justiciera percepción personal, cosa por otra parte que hay que reconocer que cumple con la función de hacer correr la trama y apoyar la función.

Rodada en unos, Albacete, Murcia, y los estudios de la Ciudad de la Luz en Alicante (también Rabat y alguna ciudad inglesa), que ayudados por el excesivo granulado de la fotografía en bastantes escenas, lucen como si del mismo Iraq se tratara, escenas a las que el uso de cámara en mano acaba convenciendo hasta a los mas escépticos con esa técnica (al menos, mi caso), buen elenco actoral en unos papeles de esos que tampoco requieren mucho esfuerzo (ya saben , nombres de cara a la taquilla), guion de Brian Helgeland (director de la buena, "Payback 1999", y la bastante menos buena, "Destino de caballero 2001"), Paul Greengrass dirigiendo al estilo "Bourne", y como dato curioso, del que ya puestos los que se vean reflejados en el primer párrafo les puede dar para elucubraciones varias, estar coproducida al alimón por Usa, Inglaterra, Francia, y España (Antena 3).

Vigoroso thriller militar a cuenta del pufo de las armas de destrucción masiva, uno de los "mcguffins" más bochornosos de la historia reciente.
Tras un agitado planteamiento, algo- bastante- incómodo para la vista, el combativo Paul Greengrass aparca la tentación de meter la "steadycam" en la centrifugadora y entrega una obra mucho más reposada de lo que a priori hubiera podido inferirse. Y ello gracias a la sabia combinación de sus inclinaciones documentalistas ("Bloody Sunday", "United 93", "Omagh") y sus innegables aptitudes para un tipo de cine más convencional y no por ello carente de cierta enjundia ("El mito de Bourne" y "El últimátum de Bourne". Ambas, como la cinta que nos ocupa, protagonizadas por un Matt Damon, más que cómodo, abducido ya por el papel).
Paradójicamente, quizá sea en su mayor virtud donde también se inscriba el principal- o, cabría decir, único- pecado de "Green Zone: Distrito protegido". Porque en su prudente apuesta por el equilibrio, Greengrass no acaba de optar por ninguna de las dos sensibilidades. La recreación cruda del caótico y devastado Irak de las semanas inmediatamente posteriores a la invasión funciona como un reloj suizo- casi podemos masticar la arena-. No así el elemento más puramente ficcional, en el que la conspiranoia sí es plausible, pero no tanto la relevancia concedida al personaje interpretado por Damon, un mero alférez del ejército norteamericano cuyas conexiones con las más altas esferas resultan tan poco creíbles como la elocuencia de su prosa.
En cualquier caso, estoy de acuerdo con Luís Martínez, de "El Mundo", cuando afirma que se trata de "un buen motivo para olvidar En tierra hostil". La multipremiada película de la señora Bigelow es un bodrio digno de su abultado palmarés. "Green Zone: Distrito protegido", sin constituir ninguna joya cinematográfica, supone, por contra, una mucho más correcta aproximación a la impopular, por injusta, guerra de Irak.

Esperaba algo muy bueno de Greengrass. Me encanta la forma en que rueda la acción/persecuciones, tan frenética y adrenalínica, con un toque realista muy de agradecer fente a otros films con acción más fantasiosa y delirante. Pero no hay que llevarse a engaño... "Green Zone" es un thriller palomitero de ficción, aunque esté enmarcado en un conflicto contemporáneo y que nos queda tan cerca.

Y con esta idea fui a verla... y oye! he vuelto bastante satisfecho, salvando algunas cosas.


Un mérito de "Green Zone" es su puesta en escena. Impresionante la representación del Bagdad de los primeros días del conflicto. Las zonas tomadas por los militares de EEUU rebosan de deliciosa maquinaria bélica pesada (tanques M1A2, aviones Hercules C-130, etc.), personal de apoyo, soldados por doquier, periodistas... realmente crees estar allí, en el Bagdad real. Por no hablar de la ambientación del casco urbano de la ciudad. Respira realidad por sus poros. Muy bueno el trabajo con los actores de reparto y figurantes. Transmite al espectador un conflicto real y personas reales... no como la bobada recientemente oscarizada (...) de la Bigelow, donde los irakís no son personas, sino parte del decorado. "Green Zone" también supera ampliamente a "The hurt locker" en cuanto al modo de operar y tácticas de combate de los soldados. Mucho más fidedigno.

Damon no se luce, pero al menos cumple y no desentona, logrando un buen conjunto con el resto del reparto. El peor, quizá Greg Kinnear, demasiado estereotipado en su representación de burócrata "malo".

Y ahora llegamos a lo malo:


1º La película no logra crear del todo esos momentos de calma tensa, de indagación, de "qué va a pasar ahora"... aunque personalmente, culpo en gran parte a la productora/distribuidora. Es absolutamente ver-gon-zo-so que el puñetero tráiler te destripe casi todo lo que vas a encontrar en la película. Si se hubiesen limitado a decirnos que Damon es un soldado que va a Irak a buscar armas de destrucción masiva... y PUNTO, al menos no sabríamos hacia donde va a desembocar el guión. Pero es que el tráiler nos lo cuenta todo. Es lamentable.

2º A Greengrass se le va la pinza hacia el final de la película, con la cámara en mano. Es un gran recurso para meter al espectador en las refriegas como uno más, y durante parte del metraje, lo hace tan bien com en la última de Bourne. Pero es que llegados al tramo final, con la acción nocturna, la cosa se le va de las manos, y más que aportar adrenalina y dinamismo, nos aporta mareo y estrés. Demasiados desenfoques, traqueteo y fugaces cambios de plano. Más mesura, señor Greengrass, que usted sabe hacerlo mejor.


Así que le daría un 7 a la película y ya estaría bien... pero!! no quiero dejar de mencionar la patada en la boca que esta producción norteamericana propina a su propio Gobierno. Una postura valiente y digna de ovación, sobre todo por aquellos que ponen a parir esos films en los que se aprecia patriotismo EEUU.

¿Qué méritos tiene esta película? ¿Poner en evidencia lo que el mundo entero sabe? ¡Pero si el mundo entero ya lo sabe! ¡Valiente ejercicio! Una denuncia a destiempo no tiene mérito alguno, emana de ella el hedor del que se cambia de chaqueta cuando sopla otro viento. Se apunta a un carro que ya está lleno. ¿Que el agua moja?, ¿que el cielo es azul?... ¡ya lo sabemos!, ¿vamos a hacer una película sobre ello? Pudo haberse planteado como una crónica de lo que ocurrió, pero no, quiere ser un thriller, quiere ser una película de acción que de paso, aspira a ser valiente. No cuela, colega. Es loable que los americanos quieran hacer autocrítica, pero es fácil ahora, con otro presidente, cuando el daño es evidente y ya está hecho. Roza el cinismo. La autocrítica, señores, es otra cosa, implica apuntar a uno mismo. ¿Resulta que ahora van a gritar al mundo lo que el mundo les gritaba a ellos en vano hace siete años? La lectura política resulta verdaderamente molesta.
¿Y la historia? En el terreno pantanoso de lo increíble. ¿Puede un soldado cuestionarse lo que hace? ¿Tienen elementos de valor para ello? ¿Puede llevar la inciativa y salirse por la tangente así por las buenas, en medio del avispero que era Irak recien "ganada" la guerra? ¿Puede un simple soldado hacerse un hueco en el despacho de lo más alto de la inteligencia militar americana? ¿Puede desmantelar en 24 horas lo que el mundo no pudo? ¡Muy americano proponerse una empresa sí! La misión le viene grande al alferez, aunque lo encarne Matt Damon. Quizás el mérito mayor de la película consiste en no caer en el mayor de los ridículos. Y lo consigue (por los pelos) gracias a un guión digno de un ilusionista, que hacer digerible (es casi un milagro) lo imposible. Claro está que no puedes pararte a pensar demasiado, a lo cual ayuda el ritmo frenético de la trama. Parece que ese es el truco que emplea mucho del cine americano: darle al acelerador para que no puedas ver que el paisaje no vale nada. Y hay que joderse: ¡funciona! Así que, con esto y un bizcocho, ¿que nos queda? Acción. Bien llevada, bien ejecutada... bueno, eso tampoco tiene mérito: los americanos saben hacerlo con los ojos cerrados, para eso están las segundas unidades.
En definitiva: engancha, entretiene, chirría... pero avanza. Si no piensas, te gustará, si lo haces...
Bravo por el ilusionista, bravo por la segunda unidad, y que al ideólogo le den un cargo en la administración Obama y deje de hacer cine.