Haz click aquí para copiar la URL

Sopa de ganso

Comedia. Musical La República Democrática de Freedonia, un pequeño país centroeuropeo, a cuyo frente se encuentra el muy liberal señor Rufus T. Firefly, se ve amenazada por la dictadura de Sylvania, país de vieja y reconocida solvencia como agresor. Dos espías de prestigio, Chicolini y Pinky, sirven a Sylvania, lo que no impide que acaben siendo ministros del ahora ya excelentísimo Firefly. (FILMAFFINITY)
<< 1 8 9 10 11 20 >>
Críticas 96
Críticas ordenadas por utilidad
18 de noviembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inventar una nación a la que llaman Freedonia y ponerla en apuros para desternillarse de todo lo que tenga que ver con la política y la guerra, todos deberían de dimitir, ahí no es posible el progreso, "Sopa de ganso" realiza la caricatura más surrealista de las altas esferas, un juego de revolución reducido a la seducción, un musical del ridículo y las quedaditas, a esta gente los vacunaron con una aguja de un tocadiscos, la nobleza está pasada de vueltas, espías que no leen, la incompetencia escrita con mayúsculas pero seguramente con faltas de ortografía.

Un espectacular fracaso propio de adultos de cuatro años, en cada frase se encuentra el colmo hasta tomar el pelo al propio espectador, qué manera de jugar con tu sombrero, este humor tiene el calificativo de imposible por encima de cualquier otra definición, su método de expresión es tan simple que no puede ser más efectivo, la conducta imperdonable y los incidentes se unen en una buena forma de viajar hacia la guerra, sin dejar de tener en cuenta que todas empiezan con actos minimalistas.

El orgullo de los tercos, ésa es la causa de la mayor lacra de la humanidad, los planes de la guerra, esos son la respuesta de la inoperancia de la raza, así hasta formar un conejo de guerra, hablan con gestos de idiotas sin engañar a nadie, es que son idiotas.
stikma
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
19 de septiembre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de su primera incursión en el cine con los “Cuatro Cocos” (1929) y haber realizado tres películas más, trabajando con directores como Norman Z. McLeod en “Pistoleros de Agua Dulce” (Monkey Business, 1931) y “Plumas de Caballo” (Horse Feathers, 1932), los hermanos Marx ya se habían aferrado al contrato con el productor Herman J. Mankiewicz de la Paramount para realizar otra película, y en ese caso una parodia sobre las tiranías que llegó a anticiparse con obras maestras posteriores como “El Gran Dictador” (The Great Dictator, 1940) de Charles Chaplin o “Tener o no Tener” (To Be or Not to Be, 1942).

“Sopa de Ganso” constituye en un aluvión de gags perpetrados a la vez con altisonantes diálogos que ya habían hecho sello en el cuarteto cómico con sus anteriores cintas. Aunque aquí ya se traduce en esperpento y en la absurdez mayúsculos gracias a su hilarante premisa en el que Groucho se convierte en rey de la función en su papel de primer ministro Rufus T. Firefly, (asesorado por su secretario interpretado por su hermano menor Zeppo), de la nación de Freedonia amenazada por su vecina Sylvania representada por un embajador interpretado por Louis Calhern (La Jungla de Asfalto) que envía a dos ineptos agentes, como no, bajo las caracterizaciones de los geniales Chico y Harpo. Lógicamente se aliarán con el conspirado desencadenando uno de los desenlaces cómicos más divertidos en las películas de los hermanos Marx, como la secuencia de la batalla final.

Una obra maestra de la comedia inolvidable.
Natxo Borràs
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
12 de enero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comenzaré diciendo las cosas, para mi, malas de la película. No le tengo mucho cariño a las escenas musicales de los Marx (aunque por suerte no son muchas y son de sus mejores escenas musicales). Pero es excusable porque hay que poner esto en su lugar: la forma de hacer cine en aquella época no era nada parecida a la actual como tampoco el ritmo de narrar historias. Pero lo peor, lo peor, lo peor de la cinta, que como en tantas y tantas películas la magia de ver la película por primera vez se marchita con su primer visionado. Pero sigo riéndome igual con los chistes que ya me sé de memoria. Y me los sé porque es casi imposible no acordarse de algunos de los mejores chistes de la historia del cine. El espejo, la labia de Groucho, Harpo y Chico y otra vez la labia de Groucho.

De diez. Con sus contras, para mi sigue siendo la mejor comedia de la historia. Además que no deja de ser un alegato contra lo absurdo de las guerras y una oda al humor surrealista (genial el final de la cinta donde Chico aparece en cada escena con una indumentaria diferente) donde caballos, ejércitos de animales o los juegos de palabras más absurdos ("tanques" -thanks en inglés-, "de nada") tienen cabida. Ah, eso y la labia de Groucho.
Y me niego a citar a Groucho, primero porque nadie lo hace mejor que él. Y segundo, porque aquel que no haya visto la película merece llegar lo más "virgen" a su primer visionado.

Por cierto, la historia de la película pertenece a aquella época donde los Marx empezaron a trabajar más las historias de sus películas. Y además el gran Leo McCarey ("Un marido en apuros" o "Tu y yo") está también detrás de la cinta.
el hombre del coco
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de febrero de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Normal que si juntamos el genio creador del colectivo marxista más importante del siglo XX con el talento y el ingenio que imprimía a sus comedias un tal Leo McCarey, estallara una obra magistral del cine cómico: Sopa de ganso. Me viene a la mente esta película (ya de 1933) porque en el documental que Jean-Luc Godard El libro de imágenes, una de esas imágenes cinematográficas del aquellos collages compuestos por Godard a base de planos y secuencias míticas del universo del celuloide, se encuentra esa escena de Sopa de ganso en la que el pueblo del utópico e irrealista país de Freedonia celebra que estalle la guerra con la archirival y vecina Sylvania de una manera que hasta los más acérrimos antibélicos celebrarían con jolgorio.

¿Celebrar el declarar la guerra a otro país? ¡Hey, Donald!

Si la guerra no es una cosa para risas y en cambio aquí se celebra con festín y desmadre es que algo sí funciona.

Quién si no un atajo de portentos como los arriba citados para que cuadre el círculo: Groucho y sus hermanos y el director que poco más tarde haría notoria su fama como uno de los maestros de la comedia distinguida y sofisticada, Leo McCarey.

McCarey, que venía precisamente del mudo, ya conocía bien los entresijos del humor casi slapstick: el Gordo y el Flaco también conocían bien a don Leo, así que tampoco es de extrañar que entre estas películas al servicio de unos comediantes principales y su posterior carrera de militante cine elegante se diese el gusto de dirigir a cuatro, en este caso, hermanos tan dispares en sus comportamientos como únicos en un redondo unísono “Todos para uno”. O un All together now.

Ahora bien, si es cierto que a los Marx Brothers se les achacó no pocas veces de imponerse al guión, al director y por ende al público, qué cuota de poder tuvo Leo McCarey detrás de la cámara. ¿Es Sopa de ganso la menos descontrolada y a la vez más irresponsable película de los hermanos de Harpo?

A pares las culpas. Hay elementos que… ¿La escena del espejo? Voto por Leo. La batalla final, el desmadre de aquella celebración de la declaración musicada… Los diálogos con la Dumont son cosa de Groucho. Pero… ¿las otras que he dicho?

Hay guión en los Marx, el que les aconseja su improcedencia. Me sentaría con ellos para leer el script pero eso no garantizaría que la reunión hubiera llegado a buen puerto. Ya que estamos con los Beatles, You say goodbye, I say hello.

Lo esencial, que si McCarey les consintió, la historia del absurdo lo agradeció.
cassavetes
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
29 de marzo de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los incomparables Hermanos Marx nos regalaron una de sus mejores comedias con esta surrealista sátira sobre la tiranía, el enfrentamiento político, la guerra y la corrupción.

Sus delirantes correrías deparan momentos indelebles de humor tanto físico como verbal en un irresistible cóctel de irreverencia, anarquía y desenfreno cómico.

Quedan para la historia escenas geniales como las actividades de espionaje de Chico y Harpo, o cuando éstos se pintan el bigote a lo Groucho y los tres, en un enajenado ir y venir, interactúan imitando sus movimientos delante de un espejo.

Si no es la mejor película de los Marx, desde luego está muy cerca de serlo, a lo que seguramente contribuyó el hecho de tener al talentoso Leo McCarey en la silla de dirección.
BartonKeyes
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 8 9 10 11 20 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow