Mi tío

No había visionado el film hasta hace poco, y confieso que me enamoró de principio a fin. Tati logra poner poesía y encanto en un mundo frío y mecanizado gracias a ese personaje casi sin definir que es el Sr. Hulot.
Esa forma de conseguir escenas repletas de personajes donde cada uno simboliza una característica muy bien definida del ser humano, así como de su cotidianeidad, me parece mágico, como un baile donde la coreografía está tan bien definida y cuidada al detalle que desaparece por completo.
Hay una ternura tan grande sutilmente trabajada. El despistado Sr. Hulot es todo corazón a la vez que un niño, por eso conecta con su sobrino, y este le reconoce como tal.
En un mundo mecanizado sin sitio para el corazón, la ternura se impone y domina igual que la naturaleza. Esa imagen donde los niños hacen trastadas, llenas de hierbajos, contrasta fuertemente con el absurdo y ordenado jardín de la casa, su fuente y su imitación de árbol. Y todo aderezado con una gran dosis de humor, que llega tanto a adultos como niños.
Ojalá hubiera más películas con la misma capacidad de llegar a diferentes edades después de más de 50 años. Totalmente disfrutable.

Menuda genialidad de película. Me la había recomendado mucho un amigo que me conoce bien, y ahora entiendo por qué.

He pasado gran parte de la película riendo y disfrutando por todas las pequeñas subtramas que ocurren, los detalles, la curiosa forma que tiene este director de hacer su película, los encuadres fotográficos... todo un descubrimiento este director, del que claramente pienso ver su filmografía.

Dirigida, protagonizada y con guión de la misma persona, Jacques Tati nos presenta historias comunes de un pueblo francés, que van ocurriendo alrededor de su protagonista, y sobre todo a él mismo.

Una película distinta y muy divertida, a destacar sobre todo la casa ultramoderna, que es un cachondeo constante. Prohibido perdérsela.

Posiblemente la obra maestra de su autor, en la que propuso el primerencuentro-desencuentro de Monsieur Hulot con el absurdo tecnológico de unasociedad presuntamente moderna. El choque entre un París tradicional ypopulista, condenado a la desaparición, y la nueva ciudad renovada da pie aun film admirable por su exacta composición y su inteligente formulación.

Con una estética que nos lleva a los cuentos, construida con una gama cromática improbable y una dirección de arte que nos recuerda a los tebeos que devorábamos de niños, Tati nos introduce un mundo más amable, con menos preocupaciones, el mundo de la inocencia perdida y reencontrada, que se opone sin ningún tipo de discurso y de una forma amistosa, al mundo de la apariencia y el estatus social.

Cada escena esconde de un modo más o menos explícito, un pequeño gag de comedia, que desde el principio va tatuando una sonrisa en nuestro gesto de espectador cínico hasta convertirlo en un reflejo del mensaje velado que nos va regalando.

Ayuda un delicioso tema musical que compone la banda sonora a la que acompañan los abundantes efectos sonoros que juegan un papel fundamental en el retrato de estos dos mundos que pone frente al plano de simetría. Un ejemplar trabajo sonoro que aunque pueda parecer excesivo, da la sensación que es justo lo que pretende.

Una elegante forma de volver a ser efímeramente lo que no debimos dejar de ser: Niños, perros o Hulots.

Obra cumbre de Jacques Tati, actor y director y guionista poco prolífico que elaboraba y trabajaba sus películas minuciosamente en cada detalle. Creo que tiene mas de humor inglés que francés.
Cada gag te arranca la carcajada, los personajes, como no el propio Tati, están perfectamente dibujados, el pasota del sobrino, la cursi de la cuñada, el pretencioso nuevo rico del hermano, no digamos el barrendero, en fin todo está en su sitio y a pesar de los años sigue estando de rabiosa actualidad la crítica que hace de la tecnología y la modernidad.
Me pregunto que hubiese hecho en estos tiempos digitales y que todo discurre a través de un teléfono móvil.
Ah! disculpas, me olvidaba del tiburón del jardín.