Corazones de acero

El cine bélico se ha convertido a lo largo de los años en uno de los principales recursos de Hollywood, pero solo los más grandes han sabido pasar a la historia con este género, porque la calidad no está en los efectos especiales o en las secuencias de acción. La psicología de los personajes es el plato más fuerte en este campo, porque desde los fusilamientos de Kubrick hasta "el horror" de Brando, se pueden obtener grandes momentos épicos que se ganan el reconocimiento de un público que cada vez es más escéptico.

"Fury" decide llevar esto al extremo opuesto. Si bien los disparos cuentan con un alto grado de importancia a lo largo del metraje -cierto es que alguna escena de acción consiguió sorprenderme-, Ayer se esfuerza en mostrarnos la oposición entre la persona más maltratada y la más virginal a la hora de entrar en combate. Un día que se convierte en una auténtica odisea en la que la barbarie obligará a cualquier ser humano a sacar la bestia más salvaje de su interior. Una buena idea demasiado exagerada que deja de interesar en la segunda frase.

El director que en su día nos trajo al Christian Bale más callejero en Vidas al límite se empeña constantemente en encontrar la frase perfecta con la que tocar el corazoncito que al espectador medio tanto le gusta prestar. Decidieron prescindir del típico "los americanos somos buenos y matamos porque nos matan", aquí todos son crueles y parecen disfrutar con el dolor del enemigo, podría decirse que es el único punto a favor con el que cuenta el largometraje: el toque de crudeza que supone un golpe de realidad en comparación a otros ejemplos del género. Pero aún así no consigue evitar la sobrecarga de contenido que provoca el hundimiento inevitable del barco que zarpó con ganas de innovar.

La historia en sí se queda pobre en todo momento, tarda mucho en empezar y para cuando lo hace, le queda media hora. Solo viendo el tráiler puedes ahorrarte los 90 minutos previos a lo que se muestra en este y resumirlos en un "soldados en un tanque cabreados que se pasan el día disparando y haciendo putadas al novato". A pesar de sus desmesurados esfuerzos, la empatía con los protagonistas es casi nula. No me creí al personaje encarnado por Lerman en ningún momento, que las únicas lágrimas que me provocó fueron causadas por los bostezos que iba dando. Brad Pitt logra salvar su interpretación a pesar de no mostrarse realmente entusiasmado por hacerlo, pero bueno, es lo que tienen los grandes actores, con poco hacen mucho.

"Corazones de acero" por mucho que quiera no pasará a la historia. Simplemente será un gatillazo más en el mundo del celuloide. Su final conformista solo completa una historia con deficiencias tanto argumentales como en los diálogos. Dos horas de mi vida que más me habría valido la pena invertir en un revisionado de las grandes obras.

No me considero una gran amante del cine bélico,aunque he de reconocer que una de las series que más he disfrutado, y me han trasmitido, ha resultado ser una serie bélica:"Hermanos de Sangre" de Steven Spielberg y Tom Hanks.
Creo que un buen film bélico tendría que ser capaz de poder adentrar al espectador dentro del conflicto en cuestión,llevándote a enfatizar con sus personajes y narrando la historia lo más verosímil posible.Cosa que esta película no me ha llegado a trasmitir en muchas escenas,y es una lástima,ya que contaba con un buen argumento y medios para haberlo podido conseguir.
Aunque la película tiene un buen trazado en su primera hora, y nos adentra en muchas escenas a la barbarie de una guerra,todo empieza a cambiar en la segunda parte del film.

Esta película consta de dos partes claramente diferenciadas.

La primera son los primeros 30 minutos, donde se sitúa al espectador y se presentan a los protagonistas. Y la cosa pinta bien. Salvando las distancias, me recordaba en cierta medida a "Salvar al Soldado Ryan". Una cuidada fotografía y escenas muy detalladas donde se muestran los horrores de la guerra más cruenta que ha sufrido la Humanidad. Y todo eso desde el punto de vista de unos soldados en el claustrobófico interior de un tanque por tierras alemanas, cuando a punto estaba de caer Berlín en manos del Ejército Rojo (abril de 1945).

Pero luego la película se tuerce. Posiblemente porque el guión es muy justito, como en el de cualquier videojuego de primera persona: ir pasando misiones sin más. Esto aun sería aceptable para los amantes del género, pero se comete el error de siempre y de sello habitual americano: las "fantasmadas" sin ton ni son, el querer llevar al protagonista (Brad Pitt) a héroe a costa de dinamitar el más elemental sentido común (ver spoilers).

En resumen: la primera media hora (quizá un poco más), buena. El resto, un insulto a los amantes dle género y una delicia a los que quieran ver Brad Bitt luciendo musculito y matando nazis a lo "Call of Duty".

Fui con bastantes ganas al cine, creía que iba a ver una película de guerra diferente, sin diálogos absurdos, heroicidades innecesarias y sentimentalismo barato. Bueno, pues más o menos es lo que me encontré.

El inicio no me disgustó, con esa mezcla entre horror de la guerra y humor tonto de militares. Tampoco es algo que sorprenda. Tiene batallas bastante emocionantes y bien rodadas, y alguna pizca de gore para darle a sabor a la guerra. También nos encontramos con un trasfondo interesante, que hace hincapié en los horrores de la contienda (desertores ahorcados, niños soldados, la carencia de piedad...) pero tampoco ahonda mucho en el tema. Es una película de Hollywood, no busca hacer funcionar las mentes, calar en los sentimientos. Con emocionar a un par de sensibleros espectadores se dan por satisfechos.

Con la aparición de dos chicas alemanas, especialmente de la guapa con menos expresividad que una suela de zapato, la película cambia de rumbo. Las cosas cambian, y a peor. Los diálogos absurdos crecen y, como era de esperar, las citas bíblicas también. De no querer matar a nadie y no haber cogido un arma en su vida, la mosquita muerta empieza a cepillarse nazis como si fueras moscas. Ya.

Película de buenos y de malos. Aunque os cueste creerlo, los buenos son los americanos, y los malos los nazis. Lo nunca visto vamos. Y entre rayos láser (sí, sí, rayos laser, las ametralladoras disparan putos rayos láser verdes y rojos) y frases vacías el filme sigue avanzando. La batalla final, tan absurda e inflada como emocionante. Nadie puede negar, que aunque sean algo predecibles, las batallas carecen de emoción.

Supongo que en este tipo de películas hay que dejarse llevar. Si te paras analizarlas, encuentras fallos cada 5 minutos, y lo único que consigues es distraerte de la historia. Hay que creérselo. Creerse que los americanos son semidioses en la tierra y que los nazis, además de bastante inútiles, solo sirven para morir. Y Brad Pitt, qué guapo es Brad Pitt. Ni la guerra puede con él, qué fenómeno.

Me quedan bastantes cosas en el tintero supongo, pero seguro que ya os hacéis una idea de qué clase de película es. No esperéis una maravilla, pero fijo que no pasáis un mal rato en el cine. Me queda la espinita clavada de que podría haber sido una mejor película si se hubiesen cambiado algunas cosas. Pero la sombra de Hollywood es muy alargada, y contra eso nada se puede hacer.

Seguramente todo está dicho ya sobre "Corazones de acero", una película que entre sus más de 150 críticas abundan las quejas sobre su estrepitoso desenlace, que contrasta con las buenas maneras de su inicio y su desarrollo. Porque arranca como una más del género en el buen sentido de la expresión, un largometraje bélico con unos personajes muy atractivos, verdaderos veteranos que llevan años pegando tiros y que ya por fin en suelo alemán cuentan los días que le queda a la guerra. En esa primera parte sobresale Brad Pitt, al que no parece preocuparle mostrar la edad que realmete tiene. Y sobre todo la escenificación del terror, las buenas maneras al ofrecer la imagen de una guerra que tiene hartos a todos, cuando no locos, enajenados, hablando en plata hasta los huevos de tanta guerra. Son los últimos coletazos, vamos subidos en un tanque Sherman y nos acompaña Brad Pitt, francamente, incluso para los no seguidores del género, no se podía pedir más...

... Y llegados al remate final no queda otra que lamentarlo profundamente, confesar que el desengaño sufrido es suficiente como para suspender lo que era una buena película hasta ahí, que no es suficiente con hacerlo bien casi todo cuando al lugar al que nos quieren hacer llegar es el que es, cuando la finalidad de la película, su objetivo último, no es retratar el drama de la guerra, que eso es sólo anecdótico: lo importante es el descalabro del que sólo teclearé en el spoiler, lógicamente...