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Efectos secundarios

Thriller. Intriga Ambientada en el mundo de la psicofarmacología, ciencia que estudia cómo afectan las drogas a la mente humana. Emily (Rooney Mara) es una joven que se vuelve adicta a un nuevo medicamento que le receta su psiquiatra (Jude Law) para que pueda controlar su ansiedad ante la inminente salida de la cárcel de su marido (Channing Tatum). (FILMAFFINITY)
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Críticas 138
Críticas ordenadas por utilidad
9 de abril de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Emily, interpretada por la frágil y excelente Rooney Mara, es una joven esposa que entra en depresión cuando su esposo, el paquete Channing Tatum, es arrestado el día de su boda. Cuatro años después su marido abandona la cárcel y eso le provoca tal ansiedad que tiene que probar nuevos fármacos para que le ayuden a estabilizar su vida.

Pero estos le producen el efecto contrario. Tras un intento de suicidio, Emily entra en contacto con el psiquiatra Jonathan Banks, un aceptable Jude Law, quien le receta un medicamento en fase experimental cuyas consecuencias serán mucho más nocivas. El Dr. Banks busca a la anterior doctora de Emily, la misteriosa Catherine Zeta-Jones, para conocer el pasado de la paciente y tratar de encontrar una respuesta para su conducta.

Esta primera parte tiene un ritmo pausado, con primeros planos que se enfocan lentamente y esa fotografía monocrómatica, característica del director, que cambia según el personaje tal como lo hizo en la oscarizada Traffic. Pero el retorcido guión de Scott Z. Burns está lleno de giros inesperados y presenta una segunda parte mucho más ágil, convirtiendo la película en un thriller judicial y psicológico que mantiene la tensión hasta el final.

La música in crescendo de Thomas Newman es parte fundamental de la cinta, la que según Soderbergh será su último film como director. Difícil de creer de quien además trabaja como productor, guionista, director de fotografía, editor y compositor de la banda sonora en muchas de sus películas. No creo que tenga tanto éxito como pintor que como cineasta.
kikemorey
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10 de abril de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si Steven Soderbergh hace definitiva algún día esa jubilación anticipada que lleva vendiendo desde hace algún tiempo, el mundo el cine lo va a sentir muchísimo. Porque estamos, posiblemente, ante el cineasta indie más prolífico, elegante y comercial de los últimos veinte años. Y, sobre todo, porque aunque haga una obra menor, siempre resulta interesante ver su nueva propuesta en una filmografía llena de desafíos y poco dada a acomodarse en la industria.

“Efectos secundarios” es una nueva muestra de su adaptación a cualquier terreno cinematográfico, de esa versatilidad de la que lleva haciendo gala desde sus comienzos. Aquí se intuyen sus constantes artísticas, esa luminosa fotografía repleta de sus tonalidades características bajo su inseparable pseudónimo Peter Andrews, ese inteligente uso de la música ambiental con fondos sintéticos que acompaña perfectamente a cada escena, ese reparto repleto de caras conocidas tremendamente correctos en sus papeles –a destacar Rooney Mara, todo un torbellino de estados de ánimo-, ese aire de elegancia en la puesta en escena.

Podría decirse que “Efectos secundarios” es prima lejana de otro trabajo suyo, “Contagio”, por la premisa argumental que aborda. Si allí jugaba con esos pequeños objetos que servían de foco de transmisión de una epidemia a escala mundial, aquí juega directamente a desenfocar a sus personajes, como víctimas de esos efectos secundarios de los fármacos que pretende denunciar el film en su primer tramo. Soderbergh juega con la composición de planos, con el sonido, y sirve su película con una inteligencia en la dirección sublime. Por algo es quien es, y en materia de dirección es un maestro.

El problema del film radica en otro terreno ajeno al director. El guión de Scott Z. Burns comienza bien, durante su primera hora es interesante, atractivo. Pasa del drama a la denuncia farmacológica sin despeinarse. Sin embargo, sus giros argumentales comienzan a jugar en su contra cuando el conjunto deriva en un thriller resultón, pero que deja cierta sensación de déjà vu -¿alguien recuerda “Las dos caras de la verdad”?-, para acabar abrazando el suspense de telefilm de sobremesa en sus últimos veinte minutos. El final feliz se vuelve entonces incluso más incómodo que el de “Contagio”, con la que comparte guionista, y ya solamente nos queda elogiar la realización de un maestro como Soderbergh, que aquí parece haber resumido toda su filmografía, algo que viene confirmando con cada nuevo proyecto. Para él, nunca existirá un producto menor, sino como mínimo trabajo alimenticio y sin pretensiones. Ojalá no se retire nunca.

A favor: Rooney Mara, la pulcra dirección de Soderbergh
En contra: el guión acaba haciendo aguas en su tramo final
kubrick_is_alive
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11 de abril de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ignoro si esta será realmente la última película de Steven Soderbergh, aquel tipo que a finales de los ochenta revolucionara el cine independiente y de bajo presupuesto con la magnífica “Sexo, mentiras y cintas de vídeo”, cosechando de propina la codiciada Palma de Oro en Cannes. Y digo que lo ignoro porque este peculiar cineasta, irregular como pocos, pero capaz de pergeñar obras de un calado más que interesante, lleva anunciando que cuelga la cámara varios años sin que se decida luego a desprenderse de tan valioso artilugio.
En cualquier caso, retiradas aparte, en “Efectos secundarios”, la película que ahora nos ocupa, el autor de “Traffic” ha logrado uno de sus grandes momentos cinematográficos. Y no resulta baladí la mención a su sorprendente ópera prima porque, como si de un guiño circular se tratara, en esta nueva aventura planea algo de aquélla, ese ritmo un tanto moroso de las confidencias de los personajes, que aquí también se deja sentir aunque con un cariz muy diferente.
No conviene desvelar mucho de una trama que no es lo que parece y que se va deshilando según avanza el metraje: baste decir que la película se mueve en el territorio intrincado de la psicología, con vagas resonancias hitchcockianas y referencias del cine negro. Pero sobre todo, más que en el fondo, quiero detenerme unos instantes en la forma, porque es ahí donde Soderbergh juega su mejor baza.
Siendo éste un Thriller o, si se quiere, una película de suspense, el autor de “Ocean’s eleven” prefiere huir de fórmulas largamente repetidas y dejar la cámara como suspedndida sobre los personajes, filmándolos con esa morosidad levemente reflexiva a la que antes me refería. Se le da bien a Soderbergh ese cine “de atmósfera” que con tan buen tino ha cultivado y aquí ha seguido aplicando la técnica con idéntica solvencia. En el reparto, muy bien dirigido como es habitual, sobresale una espléndida Rooney Mara en una composición compleja y llena de matices.
Y concluyo esta reseña más o menos como la empecé: ignoro si Soderbergh echará el cierre a su filmografía con “Efectos secundarios”, quién lo sabe, pero si lo hace puede presumir de haber culminado el círculo con buena nota.
J C
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11 de abril de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo una época en la que consideraba a Soderbergh uno de los mejores realizadores (y directores de fotografía) de los Estados Unidos... era la época de "Traffic", "Erin Brocovich", "Ocean's Eleven"... films de marcado y único genio estilístico que envolvían tramas amenas... y en ocasiones incluso sustanciosas. Pero luego llegaron cintas anodinas y reguleras, con tramas grises e insípidas, y unas narraciones que se dilataban más de lo debido (lo admito, desde la segunda parte de Ocean's (que ya era algo bastante vulgar) no hay nada que no me haya exasperado de Soderbergh (llegando hasta límites insospechados con "El buen Alemán", "Magic Mike", "Haywire" o "Contagion")). ¡¡Pero con "Efectos secundarios" Soderbergh ha resucitado!! Aunque es cierto que se lo debe sobre todo a una trama de intriga ciertamente potente y no tanto al ejercicio de estilo propio del director que, si bien es de lo más elegante y pulcro, no resulta tan singular, especial o memorable como acostumbraba a regalar a principio de este siglo.

Y es que el punto fuerte de "Efectos secundarios" es su trama. Es un thriller psicológico de corte clásico con una exposición que roza continuamente la narrativa noir. Soderbergh tan solo se pone al servicio de un relato que encaja como un guante en la típica cadencia del realizador (esta vez los puntos parsimoniosos de Soderbergh le vienen a la perfección a su intrigante historia, y resultan un punto a favor del conjunto). Podríamos decir que Soderbergh ha regresado a sus inicios de "Sexo, mentiras y cintas de vídeo" (es a la cinta a la que más se parece). El director describe con austeridad pero de manera sintética, refinada y atrayente (afortunadamente se nota que todo se desarrolla en manos expertas en cuanto a encuadres y transiciones se refiere), sin apenas puntos muertos en su compás y con una tensión constante esta cinta de intriga dual: por un lado nos topamos con el enigma de las mentes de sus protagonistas, y por otro con el de unos secretos acontecimientos criminales y conspiranoicos.

Tampoco es que estemos ante la quintaesencia del cine de misterios ni mucho menos (le falta ese toque especial en su forma narrativa. Las interpretaciones por su parte son de lo más correctas (destacan sus dos protagonistas: Jude Law como corriente psiquiatra y Rooney Mara como su atormentada paciente. Catherine Zeta-Jones también está muy acertada (y quizás su personaje mereció más) y Channing Tatum no molesta) aunque nunca están sobresalientes... pero es que sus personajes tampoco tienen demasiadas aristas y su desarrollo se limita a sus misterios por descubrir y sus investigaciones). Y la temática que juega con la cordura y la locura en medio de un crimen es algo bastante tradicional dentro del género), pero "Efectos secundarios" logra algo que pocos thrillers al uso llegan a conseguir hoy en día: que se sospeche continuamente y a la vez no se esté seguro de esa sospecha, que se esperen giros previsibles pero que a la vez éstos den varias vueltas de 360 grados para dejarnos con cara de sorpresa, intriga e interés durante 2 horas. Y es que su guión está muy bien confeccionado, y es lo suficientemente astuto, sagaz, ladino, ambiguo y perspicaz como para hacernos dudar y maquinar en casi todo momento.

En definitiva "Efectos secundarios" es una película distinguida que se disfruta bastante como acotada cinta de intriga... e incluso merece verse un par de veces para captar todos sus enigmas y comprobar que su plan ha sido muy bien urdido y no tiene ningún tipo de laguna argumental.

Lo mejor: Su guión de intrigas.
Lo peor: Se echa de menos una mayor amplitud de miras en cuanto a los matices de algunos personajes.
Spark
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15 de abril de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lógicamente juega en tu contra la intuición o el aprendizaje adquirido viendo pelis de línea y planteamiento similares... No hay nada nuevo bajo el sol pero, consigue mantener el interés y, es bastante entretenida. Nada arriesgada y, bastante convencional en punto de partida, la deriva argumental y, el desenlace pero; como he dicho, se deja ver.
No sorprende nada de nada. Podía haber sido mucho mejor.
EVA
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