Verano del 84

La tenía pendiente de hace tiempo y hoy me he puesto con ella. Tiene un buen planteamiento, pero el resultado final no me ha terminado de agradar. Me la esperaba diferente. El reparto es bastante desconocido, salvo algunos rostros televisivos como son Tiera Skovbye (Riverdale) y Rich Sommer (In The Dark). El guión está bien, tiene bastante suspense, pero la trama se empieza a poner interesante a falta de cerca de cuarenta minutos para el final, y el susodicho, como he dicho, no me ha parecido todo lo redondo y bien acabado quie podría estar. El ambiente ochentero, por eso, está ahí (de todas maneras, la serie Stranger Things muestra esa década algo mucho mejor, en mi opinión) y la pandilla de amigos que aparece me recuerda a la mía cuando era joven, aunque yo no residiera en un barrio como el del protagonista. Por último, tengo que decir que la partitura de Jean-Nicolas Leupi y Jean-Philippe Bernier, la encuentro bien pillada, con ese uso del sintetizador, y esas subidas de sonido en algunos momentos para crear más suspense, que sé que está muy manido, pero a veces no te las ves venir. En fin, una película, de aventuras y suspense, interesante, aunque su final no me ha terminado de convencer. Mi nota final es de 6.5/10.

Un fallido acercamiento nostálgico, casi romántico, al cine de la década de los 80 Hay muchas referencias (los goonies, cuenta conmigo...) y muchas situaciones que ya hemos visto y eso acaba por una pequeña losa. La película tiene un comienzo prometedor, con una historia que engancha pero que, lamentablemente, se estira demasiado. Las escenas más conseguidas son en las que aparecen el agente Mackey y Davey. Mucha tensión criminal no resuelta. La película despega cuando deja los homenajes y encuentra una personalidad propia que llega demasiado tarde.

Hablando de cine en La Taberna de Lumiere
https://www.ivoox.com/podcast-taberna-lumiere_sq_f11546368_1.html

No puedo hablar de “Verano del 84” sin empezar por un final que me lleva calentando la cabeza toda la semana que ha transcurrido desde que la he visto hasta que he empezado a escribir esto. Un final tan sorprendente como incómodo, de los que dejan el culo torcido y no sabes decir si es revolucionario o simplemente extravagante. Pero lo cierto es que termina condicionando una película convencionalmente entretenida y bien hecha que parece discurrir por los conocidos cauces de unos Goonies detectivescos con toques de “Aquellos maravillosos años” y gira inesperadamente, pero con naturalidad, a otros géneros menos juveniles. De verdad que no sé si el final hace mejor a una película que discurría en una plácida previsibilidad o lo empeora tiñendo de oscuridad lo que estaba siendo un agradable viaje a la infancia.

“Verano del 84” es una película para arranca proponiendo un viaje en el tiempo a la medida de los boomers y la generación X, o sea, que sé de lo que habla cuando plantea un feliz contexto de discusioines imposibles sobre Star Wars y Gremlins, amores imposibles con LA chica y constantes juegos de palabras sexuales. Por supuesto, barnizado con elementos algo yanquis, como esos suburbios de casas bajas con jardín y amplias calles para que jueguen las pandillas, pero mapeables a sus equivalentes nacionales. Una época sin internet, tiktokers ni streamers, donde la imaginación era el principal juguete y los veranos un pozo de aventuras. Sobre esa base, construye una obra de detectives adolescentes con bastante equilibrio entre aventura, humor e intriga que se va haciendo poco a poco más sombría. O quizá, realista y por eso es todo tan desconcertante: ser natural y realista es, habitualmente, una cualidad positiva pero, quizás, no siempre queramos las cosas como son, especialmente, si la cosa parecía prometer entretenimiento blando.

No sé. “Verano del 84” está trabajada en todas sus facetas, logra una recreación del entorno, la atmósfera y la cultura de aquellos años y no hay muchos defectos que se le puedan sacar. Y sin embargo termina resultando perturbadora, ¿Para bien? Sí ¿Para mal? También. Un día pienso una cosa y otro, otra.

La nostalgia ochentera capta la atención con una ambientación elaborada entre juventud y la pérdida de la inocencia. Un presentimiento que muestra en su obvio misterio una baza que utilizar durante todo su argumento, involucrándose personalmente en cada fotograma.
Mantiene un cierto interés sigiloso que muestra alegría en la búsqueda de un asesino, donde el Michael Cera canadiense y todos los personajes se embarcan en sacar a relucir una corazonada, desinflándose en la oscuridad de los acontecimientos finales.

Vamos camino de convertir el actual género nostálgico, en el nuevo cine de zombies, tal es la proliferación de títulos, que inundan la pequeña y gran pantalla de un tiempo a esta parte, abusando de una muy reconocible temática, que explota la infancia y adolescencia de toda una generación, que hoy ocupa el espectro demográfico de la mediana edad.

Portando bandera canadiense, y con un presupuesto más bien limitado, ‘Summer of 84’ avanza de forma consciente pegado al argumento de la televisiva ‘Stranger Things’, entregando igualmente el protagonismo, a ese clásico grupo de jóvenes amigos, que en pleno periodo estival, se divierten como memos en su vecindario, hasta que, un día, comienzan a sospechar de su vecino, al que pronto etiquetan como un potencial asesino en serie.

Tras la cámara, Anouk Whissell, François Simard, Yoann-Karl Whissell, responsables de ‘Turbo Kid’ (2015), aquel simpático homenaje retro post apocalíptico, cuyo entusiasmo parece haberse difuminado en este, su segundo trabajo como realizadores, que adolece de un tono verdaderamente definido, y de una visión menos artificial en su exposición.

No basta con hacer referencia a los diferentes iconos culturales de la época, el problema del film subyace en la imposibilidad de trazar un camino concreto, atrofiado por un estilo narrativo que no para de dar vueltas en circulo, que pese a remontar un poco en su parte final, se muestra incapaz de generar ese mínimo entusiasmo requerido para poder empatizar con su causa.

Parte de la culpa la tiene un reparto mal escogido y muy poco convincente, no solo por el grupo de chavales protagonistas, los adultos parecen sacados de algún saldo televisivo, y aquí no vale recurrir a lo del presupuesto limitado, talentos contrastados por descubrir hay a decenas, solo hace falta tomarse en serio el casting y profundizar para encontrarlos.

Por último, el uso adecuado aunque insuficiente del sintetizador, es el detalle técnico que nos recuerda, al menos cuando contemplamos este insulso verano ochentero, que cualquier tiempo pasado fue mejor, más aún si uno piensa en el partido que los realizadores de la época, desde el talento contrastado de Joe Dante, Rob Reiner, o Richard Donner, hasta ese incombustible maestro de la Serie B, llamado John Carpenter, podrían haber sacado a un producto de tales características.



<Lee esta crítica, y muchas más, en Fusion-Freak.com>