Canción de paz

Habiendo visto solamente el cartel de esta película y sin tener ni idea del argumento, me dispuse a verla pensando que era de terror. Y cuál fue mi sorpresa al comprobar cuán equivocada estaba, pues no aparecían brujas, espíritus, fantasmas ni poltergeist.

El argumento gira en torno a tres familias (judía, polaca y ucraniana) que conviven en un mismo edificio en la ciudad de Stanislaviv, las cuales verán su existencia dramáticamente afectada para siempre a causa del yugo soviético, primero, y del yugo nazi, después.
Al final sí que va a resultar ser una película de terror después de todo.

Realizada con pocos medios y de nivel más bien telefilme (pero de los de calidad), ‘Canción de paz’ viene al pelo en estos momentos en que Ucrania se encuentra invadida por Rusia. Aunque no trata directamente esta cuestión, hace un somero acercamiento a la geopolítica de esa zona y a las tiranteces habituales entre pueblos vecinos y hermanos.

Con un escaso presupuesto elabora un relato decente y solvente que nos recuerda, y nunca está de más, lo peligroso de las ideologías extremas y los fanatismos.

He utilizado un título muy reconocible porque es lo me ha sugerido esta película, el ser humano en condiciones extremas es capaz de las mejores y las peores acciones y sobre eso va el guion. Usando como leit motiv una popular canción ucraniana, relata los horrores en la Segunda Guerra Mundial y la generosidad de quienes no veían enemigos, si no personas, derrochando amor sin esperar nada a cambio.

Se nota que no está hecha con grandes medios, pero su sencilla y dolorosa historia está contada con honestidad y cariño, así que se deja ver. Los actores, desconocidos para mí, hacen papeles irregulares, destacando las niñas por su corta edad y por sus voces maravillosas.

En resumen, una película para la Navidad aunque no sea pastelosa ni apta para todos los públicos, por la violencia que refleja.

Éste es el mayor valor de Canción de paz –el título original hace referencia a un clásico villancico ucraniano que se canta la llamada "Tarde generosa", el 31 de diciembre–, una película que ensalza el buen corazón y el heroísmo de gentes sencillas que se jugaron la vida materialmente por salvar a sus semejantes, muchas veces niños y niñas indefensos cuyos padres había sido asesinados o estaban desaparecidos.

El guión de Oksana Prysiazhniuk logra en este sentido transmitir la poderosa humanidad del matrimonio ucraniano, especialmente de la mujer, Sofia, que acoge con un cariño impresionante a cuantos niños la necesitan, incluso aunque sea el hijo de sus verdugos. Por otra parte, Canción de paz no escapa de sus carencias técnicas. La puesta en escena un tanto pobre y la repetición del mismo escenario, con apenas dos o tres planos interiores y una calle, denotan las limitaciones de rodar en un plató prescindiendo de grandes tomas exteriores. Un 6.

No es una gran película, pero es buena. Está rodada con escasos medios, pero el guión fluye con naturalidad y poniéndonos el corazón en un puño ante las atrocidades de nazis y soviéticos pagando, como siempre, los niños.
El papel de la madre que acoge a los hijos de otras familias perseguidas es espléndido y transmite toda la angustia de esas situaciones que hoy nos paren increíbles.
El grupo de las tres niñas supervivientes transmite una emoción que da el tono a toda la película.
La guerra, siempre la guerra. Y aquí se ven bien las ganas de algunos rusos (espero que no sean muchos) de acabar con los ucranianos. Como hoy mismo.

Una bella historia de amor al prójimo sin importar la raza.
Tres niñas de diferentes culturas quedarán encerradas en una casa, escondidas durante la guerra y formarán un vínculo hermoso a través de la música.
La madre de una de esas niñas intentará hacer todo lo posible para que estén sanas y salvas.
Un film lleno de dolor y crueldad, pero desborda amor de tres niñas hermosas que unidas podrán vencer.
La música y las voces de las niñas es algo para destacar del film, ademas de la ambientación y la fotografia.
Muy bonita película de Olesya Morgunets, directora joven para tener en cuenta.