Bahía de Palma

Juan Bosch habia destacado en el género policíaco con "A sangre fria" y "Regresa un desconocido" por ser películas donde reinaban unas atmósferas muy particulares. De nuevo decidió contar con Arturo Fernández para "Bahía de Palma" que es una película que parte de una idea argumental muy trillada y floja porque casi es sólo una anécdota amorosa. Habiendo tan escasa acción como hay y pocas incidencias le hubiera convenido una realización más vigorosa y un ritmo más entonado. Queda así como una cinta que tiene el decoro de la época en que se realizó pero cuyo conjunto es un poco soso. Elke Sommer tiene un cometido convencional que resuelve discretamente aunque con cierta finura y el cómico Cassen tiene un papel que no le permite demasiado lucimiento teniendo en cuenta que estaba capacitado para un tipo de humor grotesco que no tiene cabida en una producción de este tipo. El actor argentino Luis Dávila estaba recién incorporado al cine español y demostró una elegancia considerable en sus papeles en España aunque aquí su intervención es breve. Germán Lorente era el productor y el esquema de esta producción suya lo repitió en sus primeras películas ya como director o sea la clásica historia de amor en ambiente turístico. Es una cinta para espectadores que sean capaces de perdonar los defectos que aparecen a lo largo de esta producción tratada con delicadeza y cuya primera mitad mantiene más o menos la atención para caer después en una cierta monotonía. Esta película destaca más que nada por su refinamiento visual y eso es un aliciente a tener en cuenta.

Producción española destinada a promover los encantos de las playas hispánicas, sus tierras y sus "latin lovers".

Para dotar la película de mayor atractivo se incluyó como protagonista a la germana Elke Sommer, enfrentada a la prototípica belleza andaluza de Teresa Del Río. Como galán figuraba nuestro Arturo Fernández, en un papel muy diferente por el que se le conoce hoy. Efectivamente, el asturiano todavía se desenvolvía en papeles dramáticos o en otros géneros, pero en cualquier caso no había desembarcado en la comedia como haría básicamente a finales de los sesenta. Como contrapunto al serio y taciturno Arturo Fernández se emparejaba a un Cassen plenamente encasillado en su rol cómico.

En cualquier caso, se trata de un film poco conseguido, donde el drama, con final feliz, se queda algo corto de desarrollo. A ello ciertamente tampoco contribuyen un Arturo Fernández bastante hierático, en un curioso trabajo como genial pianista amargado, y una Elke Sommer que no destacaba precisamente por sus dotes interpretativas.

En definitiva, la película resulta visible para el cinéfilo o el curioso del cine español, a pesar de sus defectos y de resultar muy previsible. Para los fans de Arturo Fernández será agradable verle en uno de los papeles de su primera etapa cinematográfica. También hay que resaltar la presencia de José María Tasso "el flequillo" del cine español, habitual en muchas producciones de entonces.

Una película que se ve con cierto interés por lo que tiene de recreación de ambiente en la primera media hora, pero que cae en picado hacia la mitad del metraje por su falta de verosimilitud.

Y es que el triangulo construido en torno al recio pianista de misterioso pasado (Arturo Fernández), la estupida y bella niña pija (Elke Sommer) y su "prima pobre" (Teresa del Río) -que, mira por donde, conocía al pianista de antes- no resulta nunca creíble e incluso está torpemente expuesto.

Una pena, ya que toda esa primera parte de la 'jet set' mallorquina que se reúne en una 'boite' con terraza llamada "La Sirena", propiedad del magnate y padre de Sommer (Roberto Camardiel), es bastante resultona y hasta tiene sus apuntes de crítica social, Pero todo se va a pique a partir de la borrachera del personaje interpretado por la germana, que además está sosísima.

Con algún coqueteo con la comedia, a través de los personajes interpretados por Cassen, el batería del local, y José María Tasso, el graciosete del grupo de pijos, la peli pretende ser un melodrama romántico, un objetivo que nunca consigue del todo.

Eso sí, cumple bastante bien su función de documental turístico, mostrando cómo era la Mallorca de la época para atraer visitantes, algo para lo que incluso se recurre a la coartada cultural de la relación con la isla de Chopin, el compositor clásico de música para piano por excelencia.

Reservada a cinéfilos curiosos, añadamos, como anécdota, que pasa por ser la primera cinta española en la que se vio, gracias a Elke Sommer, un bikini.