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Patriotismo (El rito de amor y muerte)

Drama. Romance Primera y única incursión del escritor Yukio Mishima en la dirección de cine, que narra el seppuku (suicidio ritual) de un oficial naval y su esposa tras el fracaso de un golpe de estado en el que estaban involucrados. La esposa del director destruyó las copias del film tras el suicidio de Mishima en 1970. 35 años más tarde se encontraron unos negativos con los que pudo ser restaurada. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
16 de diciembre de 2008
20 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
El novelista Yukio Mishima anticipaba su propia muerte por seppuku en esta bella pieza de apenas media hora que narra el suicidio ritual de un oficial y su joven esposa, después de serle encomendada la ejecución de sus amigos y compañeros. La historia se erige bajo una premisa austera: tras hacer el amor con su mujer, el oficial acude a palacio y comete seppuku. Acto seguido, ella se maquilla el rostro y de la misma manera, se quita la vida.

En un sentido puramente cinematográfico, nos encontramos ante una asombrosa puesta en escena que mezcla los preceptos del teatro clásico japonés con el trágico lirismo de la ópera occidental, impresión que refuerza la música de Wagner que dialoga entre los personajes y con el espectador, de modo que el silencio humano del filme no precisa de más sonido que éste para explicarse: secuencias como la de la joven esposa siendo acariciada por el reflejo de su marido (una fantasmagoría que anticipa la muerte de ambos) o la sangrienta implosión del suicidio ritual, son sobradamente elocuentes por sí mismas. Las palabras deberían brotar por sí mismas en la mente del que está observando.

Además de constituirse como una joya a descubrir por amantes de los códigos éticos y estéticos del país del Sol Naciente, "Patriotism" es el canto de amor que dedica Mishima a un ritual que consideró como la expresión suprema de la lealtad por su mundo, sus tradiciones y sus costumbres ancestrales y que llevó hasta sus últimas consecuencias en su misma persona: el seppuku.

Inquietante y profética....
Neathara
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11 de julio de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Concebido como un mediometraje experimental, el escritor y dramaturgo Yukio Mishima elaboró en una sencilla puesta en escena de un plató partido por dos habitaciones, el suicidio mediante seppuku del insurrecto oficial Takeyama (Mishima)y su esposa Reiko (Tsuruoka).

El controvertido autor, que también fallecería cometiendo harakiri cuatro años más tarde, se inspiró libremente en un intento de golpe de estado acaecido en los años treinta en que fueron implicados una veintena de altos mandos militares con el fin de evitar la instauración de un Nuevo Gobierno en su país. Aunque su destino no fue tan "romántico" (fueron ejecutados) como Mishima nos pretende hacer creer en el personaje del teniente Takeyama que él mismo interpreta (y con eso denuncia la pérdida de valores disciplinarios en una sociedad tan estricta como la japonesa).

Bellísima y trágica plasmación de un cuento de Mishima dividido en cinco segmentos; 1) Reiko (el nombre de la leal esposa del teniente); 2) El regreso del Teniente; 3) El Amor Final; 4) El Teniente se hace el harakiri y 5) El Suicidio de Reiko. Para muy cinéfilos e incondicionales del que fue hasta tres veces candidato al Nobel de Literatura pero marginalizado por sus visiones neofascistas y extravagancias mediáticas.
Natxo Borràs
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7 de marzo de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil disociar de esta crítica lo que es cine y lo que tiene de testimonio vital.

Como película, el hecho de ser muda, de tener ese aura de cine experimental, y provocar una sensación de desolación y tristeza ante el final inminente, dota a la cinta de un cierto interés, aunque muy relativo, y ayudado por su escasa duración, 30 minutos. En cualquier caso nos hace albergar dudas sobre su poca pericia narrativa, ya que se trata de un mediometraje que se pasa los cinco primeros minutos explicando lo que luego vamos a ver.

Si vamos a lo vital, que es que quien realiza y protagoniza esta película es Yukio Mishima, escritor japonés, varias veces candidato al nobel, que cuatro años después de la toma de esta imágenes, el 25 de noviembre de 1970, se suicidó en un cuartel del ejército nipón por el mismo rito que aquí nos describe, el seppuku, tras una arenga a favor del Emperador y los valores tradicionales, que sólo causó risas en quienes le escuchaban.

Sorprende la crudeza, y los litros de sangre que impregnan todo y que quitan solemnidad por su monstruosidad, con que se nos describe el suicidio por parte de alguién que años después lo cometerá. Y eso es el recuerdo que me quedará de este mediometraje, lo que de testimonio histórico y vital tiene.

Por hablar de Mishima, hace bastantes años leí su novela "El pabellón de Oro" me gustó, y vi una película de Paul Schrader, Mishima, que mezcla su obra y vida, incluyendo su final, y que me pareció muy bella y original. Dos recomendaciones para acercarse al personaje.
zymu
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15 de marzo de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El estilo preciosista y nervioso que tiene una doble intencionalidad subterránea típica de la literatura del escritor Yukio Mishima no supo dar el tono en la trama de esta película. Aquí la trama es bastante obvia y no se profundiza en dobles lecturas.

Todas las fantasías militarista-eróticas adolescentes con una música febril de Richard Wagner del novelista Mishima están aquí sin adornos que la profundicen. Esta pesadilla que transcurre en una habitación trata de un militar japonés que participa en un golpe militar fallido y que después por un protocolo del honor samurái tiene que practicarse el harakiri con su mujer.

Es ese tipo de película que supuestamente provoca fervor en los intelectuales, sobre todo de extrema derecha, me resulta especialmente insoportable por la música machacante, el trato excesivamente ceremonioso y protocolario de los personajes y porque no me parece que se profundice en la historia: no se profundiza bien las motivaciones del militar golpista y la lealtad de su esposa resulta bastante timorata y plana.

Su biógrafo John Natan reconocía que su incursión en el cine era algo parecido a una broma adolescente. Quería desahogar sus traumas, sus anhelos existencialistas y su furor masoquista por la belleza que acaba en el suicidio.

Ya muchos sabemos que Yukio Mishima estaba morbosamente obsesionado con la belleza sensual de los héroes militares jóvenes derrotados que se suicidan haciéndose el harakiri con música de Richard Wagner con un volumen insoportable que lo echa a perder todo más aún, morbosa hasta lo insoportable. Este mediotraje retrata esa atracción por el ocaso de los dioses, morboso y (falsamente) heroico.

Yukio Mishima tiene obras literarias mucho más sutiles, profundas y psicológicas pero en este mediotraje quiso describir sus obsesiones en crudo, como una película de introspección.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alfonso Marlowe
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12 de junio de 2013
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tuve mi primer conocimiento de Yukio Mishima a partir de su libro sobre la Marquesa de Sade. La película dirigida por el Sueco Bergman me impresionó por la cantidad de información que consigue arrojar sobre el la vida del Marques de Sade. Esta claro que fue todo un carácter, demasiado para ser actor. Quiso dejar su impronta en el cine hasta el extremo de sacrificar su propia vida por ello.
amarin
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