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La huella del crimen: Jarabo (TV)

Thriller Jarabo era un vividor. El romance que mantuvo con una inglesa casada solo les creó problemas a ambos: puso en peligro el matrimonio de ella, y él se arruinó, después de haber gastado una fortuna en hoteles, cenas y regalos. Asfixiado por la falta de dinero, Jarabo le había pedido a ella un anillo de brillantes que inmediatamente había empeñado. Pero ella, la única mujer a quien había querido, le reclamó la joya, alegando que se trataba ... [+]
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Críticas 13
Críticas ordenadas por utilidad
9 de julio de 2009
24 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente carta de presentación de la magnífica serie puesta en marcha por Pedro Costa, que nos cuenta la archifamosa, tremebunda y sórdida historia de José María Manuel Pablo de la Cruz Jarabo Pérez-Morris y a mi juicio, la mejor interpretación de la larga y longeva carrera de Sancho Gracia, el cual se mete en la piel del personaje de tal manera que realmente parece poseído por el espíritu del pendenciero criminal.
Súmese una sobria y acertada dirección por parte del mejor Juan Antonio Bardem (co autor del guion junto a Alfredo Mañas), una magnifica ambientación en un Madrid que convenientemente filmado pasa perfectamente por el Madrid de la época en que sucedieron los hechos y un casting en estado de gracia y tenemos la mejor de película de “asesino desatado” patrio que han visto estos ojos que se han de comer la tierra.
Independientemente de lo anteriormente expuesto, otro de los factores que hacen obligatoria su visión son las escenas rodadas en el interior del mítico templo de la coctelera “Museo Chicote”, en el que lo podemos ver tal y como era tanto en los tiempos en que fue frecuentado por Hemingway, Rita Hayworth, Frank Sinatra, Ava Gardner, Bette Davis y un sinfín de nombres (durante la época de las producciones de Samuel Bronston fue el abrevadero de cabecera de toda la constelación de estrellas que nos visitaron) que a cualquier mitómano que se precie pone los pelos como escarpias (las fotos de las paredes son un autentico documento histórico), que en la época que refleja esta película que nos ocupa era parada y fonda de vividores de toda condición y pelaje y que hasta principios del tercer milenio seguía teniendo la misma decoración de su inauguración en 1931, conservando esas míticas mesas semicirculares rodeada de espejuelos en las paredes a la altura de la cara, en los que las señoritas de vida alegre coetáneas de “El Jarabo” retocaban su aspecto para lucir bellas y apetecibles y que tras la jubilación del discreto y poseedor de mil y una historias barman y mago coctelero Agustín a finales de los 90 y a pesar de contar con el vallecano Ramón como continuador de la calidad de los cocteles, comenzó a iniciar un inexorable declive cuyo punto culminante y de no retorno fue el cambio de propiedad y orientación que lo ha convertido en algo muy fashion y moderno pero que no tiene absolutamente nada que ver con el excelso y mítico templo madrileño.
Ahí va un consejo gratis, si vienes a Madrid y quieres tomarte un coctel con el espíritu Chicote, a espaldas de esta cosa rarita en la que lo han convertido ahora, esta “De Diego”, regido por el antiguo barman de Chicote y en el que tanto el cómo su hijo realizan sin ningún lugar a dudas los mejores cocteles de todo Madrid.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
tiznao
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25 de agosto de 2011
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde luego estamos ante un producto de una calidad televisiva verdaderamente por encima de la media y que más quisiéramos que fuera la norma y no la excepción a lo que copa los shares hoy en día. Basándose en una escabrosa historia real, se nos narra la vida de un chulesco individuo llamado Jarabo, que se implicado en un asesinato terrible y violento.

Sancho Gracia encarna al criminal de una manera impresionante, con una calidad y registro diferente impresionante, como bien dice la crítica anterior, parece poseído por el personaje, no es que haga muy bien de Jarabo, es que para la imagen del gran público, Sancho Gracia es Jarabo.

El elenco de los secundarios es muy bueno, baste decir que para hacer de un trabajador de la tintorería que apenas tiene unas líneas, se contrata a Manolo Sarzo. Este capítulo de la huella del crimen deja una sensación cuanto menos inquietante ante quienes asistimos a ella, por lo que hay que descubrirse ante un Juan Antonio Bardem muy agudo en su forma de narrar la historia y crear una atmósfera terrible.

Una deformación de la historia de los tres mosqueteros hasta estremos aborrecibles. Una policía y unos criminales que pertenecen a otra época. Muy recomendable para los amantes del género negro.
El Libanés
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3 de marzo de 2014
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La huella del crimen era una de aquellas series que brillaban por méritos propios en el panorama televisivo español de los años ochenta. Directores, a veces de renombre como el caso que nos ocupa (Juan Antonio Bardem, que volvía a la pantalla después de siete años de ausencia) se encargaban de dirigir episodios en los que el protagonista principal era un criminal patrio de renombre. A Bardem le tocó encargarse de Jarabo, un criminal que el 1958 realizó cuatro asesinatos a sangre fría, dos hombres y dos mujeres, una de ellas embarazada.

El estreno en televisión de la cinta fue un apasionado éxito, porque Jarabo, sin ser uno de los criminales con mayor número de víctimas en su carrera, era un caso muy especial. No era un criminal corriente (Bardem nos habla sobre el personaje, y el propio director comenta que a lo mejor si el dueño de la tienda hubiera tratado mejor a Jarabo este no lo hubiera asesinado) sino un dandy de gran fortuna. Cuando el crimen de Jarabo salió a la luz pública, mucha gente pensaba que finalmente no se condenaría al garrote vil al criminal, por las influencias de este o mejor dicho, por no quitarse uno de ellos mismos de en medio, pero lo cierto es que Jarabo fue finalmente condenado y ejecutado (y su muerte, aunque no queda finalmente registrada en el film, porque habría resultado imposible, llegó a tardar más de veinte minutos en completarse, debido a la propia ineficacia del verdugo). Pese a que Jarabo no entre en ningún tipo de records (como pudiera ser el del criminal Arropiero) sigue fascinando por este carácter peculiar de su alta estima hacía si mismo.

Una de las cosas que más le preocuparon a Bardem una vez finalizado el episodio fue el hecho de que no pudiera desarrollarlo finalmente como largometraje. Realmente el film se queda en un episodio de una hora y diez minutos que con un poco más de metraje habría logrado cerrar todas las ideas que plantea (la relación de amor entre Jarabo y su novia inglesa, explicar el cometido de la carta etc..) pero aún así queda una obra muy degustable.

Jarabo queda perfectamente retratado, gracias tanto al director como por la magnífica interpretación de Sancho Gracia como el criminal protagonista. Una de las mayores cosas que registra el film es la personalidad de Jarabo. En la película lo vemos en un retrato muy aproximado tal y como era: Un hidalgo español, con una buena labia (la escena de la tintorería) , poca cultura, aficionado a las drogas y a las mujeres, con un alto concepto de sí mismo y con un don especial para dilapidar fortunas. La psicología del personaje queda perfectamente retratada. Secuencias aclaratorias como los enfrentamientos en el bar sirven tanto para reconstruir la psicología del personaje como desarrollar la propia película.

El director además juega con una narración poco lineal, en la que emplea diversos flashbacks. La película empieza con la investigación de la policía ya empezada, justo después de que Jarabo haya cometido su último asesinato. Posteriormente la película inicia sus títulos de crédito para dar paso a un flashback en el que la historia se remonta a unos días antes, cuando Jarabo aún no ha cometido sus asesinatos. Pero la película no se queda ahí. Los flashbacks seguirán apareciendo en la película y servirán para que el director nos hable del pasado de su personaje, tanto de fiestas salvajes propias del bestia criminal como de escenas de la infancia, en la que el propio Bardem se autohomenajea (cuando se pasa lista de la clase y aparece su nombre al lado de otros conocidos suyos, incluido Jarabo ambos estudiaron el mismo colegio del Pilar, aunque realmente nunca llegaron a ser del mismo año de promoción y no se conocieron).

En los títulos de crédito se oye por otra parte el hilo musical de la habanera, canción que hará su acto de aparición con mucha frecuencia, casi como un leimotiv macabro que oiremos con posterioridad en el film. Silbada por el propio actor Sancho Gracia, la melodía consigue dejarnos la piel de gallina.

Sin entrar en truculencia pero con un gusto por una violencia estilizada (con tomas a cámara lenta de los asesinatos) se nos desvela la intriga de la película, que a medida que avanza va atrapando al espectador en la misma telaraña de crímenes que envuelven a su personaje. Bardem opta por una estética sucia y poco elegante (bares de mala muerte, fotografía muy austera, escenas de prostitución…) que va muy acorde con la personalidad del psicótico.

Y sin duda el mérito final que hace que aún hoy en día sigamos acordándonos del film es para Sancho Gracia. Ningún otro actor podría haber interpretado mejor el papel de Jarabo.

http://neokunst.wordpress.com/2014/03/03/jarabo-la-huella-del-crimen/
Kyrios
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5 de agosto de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con una exquisita presentación y un directísimo abordaje al personaje de Jarabo, el primero de esta serie de seis episodios de la España profunda nos anticipa su calidad y garantiza el seguimiento de los siguientes.

La película se sustenta en una sólida historia, un guión sin fisuras, su acertada visión realista de los crímenes y una corta duración, además de contar con un elenco actoral, empezando por el colosal Sancho Gracia, de órdago.

Quién quiera ejercicio de cine, que pase y vea.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Javier
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16 de marzo de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Argumento:

Jarabo era un vividor. El romance que mantuvo con una inglesa casada sólo les creó problemas a ambos: puso en peligro el matrimonio de ella, y él se arruinó, después de haber gastado una fortuna en hoteles, cenas y regalos. Asfixiado por la falta de dinero, Jarabo le había pedido a ella un anillo de brillantes que inmediatamente había empeñado. Pero ella, la única mujer a quien había querido, le reclamó la joya, alegando que se trataba de un regalo de su marido. Para recuperarla, Jarabo elige el peor de los caminos.

Primer episodio de la serie temática "La huella del crimen", producida por Pedro Costa Muste para TVE en 1985 y compuesta de seis episodios independientes entre sí. En 1991 se amplió con cinco episodios más y una película, Amantes, de Vicente Aranda. (FILMAFFINITY)

Juicio:

Sorprendente descubrimiento el que cualquiera que se precie se llevará con este "capítulo especial" de gran calidad. Una trama intensa y una interpretación maestra de Sancho Gracia (puede resultar tan depravado en sus homicidios, como amistoso cuando está de cara al público con una facilidad terrorífica) hacen de esta pieza de cine clásica todo un referente y un entretenimiento muy digno pese a lo cruel de la trama.
JackBauer2014
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