Haz click aquí para copiar la URL

Bajo la lluvia

Drama Debido a una extraña epidemia, los pasajeros de un barco son obligados a desembarcar en una isla. Entre ellos se encuentran una prostituta (Joan Crawford) y un misionero que la acosa. (FILMAFFINITY)
1 2 3 >>
Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
18 de junio de 2007
24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estrenada el 12-X-1932, la película está realizada y producida por Lewis Milestone, que a los 32 años cuenta con la experiencia de haber realizado 10 films. La historia se basa en el relato breve "Miss Thompson" (1920), de W. Somerset Maugham, y en la adaptación teatral del mismo de John Colton y Clemence Randolph. El guión, de Maxwell Anderson, está escrito siguiendo las indicaciones de Milestone. Es la segunda adaptación al cine de la obra de Maugham, llevada a la pantalla en 1928 por Raoul Walsh, con Gloria Swanson como protagonista.

La explotación comercial del film cosecha un fracaso de taquilla y crítica. Se considera que la obra sobrepasa los límites aceptables del realismo y que el tema tratado ofende los sentimientos religiosos de las familias americanas. La obra cae en el olvido, por lo que su recuperación, restauración y edición en DVD, constituyen un acontecimiento reconfortante.

El montaje íntegro del film pone de manifiesto que las razones del fracaso inicial respondían a hechos circustanciales y transitorios de la época del estreno. Esta circustancia contribuye a reforzar el componente caprichoso y el relativismo de algunos elementos del argumento.

Milestone envuelve la acción en una atmósfera opresiva, claustrofóbica y angustiosa, de excelente factura y de vigor notable. El realizador lo consigue situando la acción en un espacio aislado (una isla del Pacífico Sur), un escenario reducido (hostal de pocas plazas), unos isnteriroes deteriorados (construcción antigua y pobre) y meidante la retención involuntaria de los actores en el lugar a causa de un hecho desventurado y no controlable (diagnóstico de un posible caso de cólera). La persistencia de una lluvia intensa embarra los alrededores, reduce la visibilidad exterior, impide las salidas y añade un sonido ambiental inquietante y molesto.

La interacción de los personajes se centra en el enfrentamiento del puritanismo moralista y el dogmatismo intransigente de un pastor fundamentalista contra la despreocupación de una chica de vida alegre. El debate se desliza gradualmente hacia una lucha despiadada y malévola de dominación, anulación de la personalidad y sometimiento concupiscente. La lucha enfrenta diferentes concepciones de la sexualidad, de las relaciones hombre/mujer, de la religión y la moral, que llenan la sala de tensión.

La música, de Alfred Newman, cumple funciones descriptivas e impresionistas, particularmente evidentes en el acompañamiento del collage de imágenes que muestra el inicio y la progresión de la tormenta de lluvia. La fotografía ofrece tomas largas y pausadas, evocadoras del lento paso del tiempo. Añade largos movimientos de aproximación a primeros planos y encuadres en los que los personajes dominantes aparecen a mayor altura que los dominados. La estética del film responde a los cánones del realismo expresionista, de espacios sombríos y pasiones irrefrenables. La interpretación de Joan Crawfrod, de 27 años, es espléndida.
Miquel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de julio de 2007
22 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal que mi calificación, notable película de un desconocido Milestone, que en plena depresión realizó con osadía y habilidad este pequeño gran ejercicio sobre las creencias humanas. Sobre esas debilidades que buscan excusa o alivio tras la consumación del hecho y que deja todo dogma en la ambigüedad que no deja de ser.

Crawford -lozana y guapa como no volvió a estar- es la perversión, la lujuria, la decadencia. La debilidad. EL GOZO. Houston es el moralista implacable, el juez bipolar, el reprimido que sufrirá haciendo sufrir. EL PADECIMIENTO. En esta lucha no sólo se dilucida el posicionamiento vital de cada uno, presenta la fragilidad y desamparo del individuo rebelde y librepensador frente a las legiones de alienados por esas religiones y discursos que prometen la felicidad al casto o al redimido.

Que crearon mandamientos y pecados con los que controlar la alegría del intelecto. Y en las depresiones la razón y el arrojo tiran del carro, mientras que el miedo y la postración habilitan líderes parlanchines que las usarán.

Notable película, otra vez, que ví por descuido en una pequeña hora que me quedaba.
Rick Blaine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
29 de abril de 2011
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que me ha sorprendido mucho esta vieja película, aunque la he disfrutado un poco menos porque la imagen dejaba bastante que desear (supongo que los negativos estaban un poco deteriorados con el paso del tiempo y se veía todo muy oscuro). Aún así la Crawford está espectacular: rimel y lapiz de labios a granel, bisutería y pulseras por todos lados, tacones altos, desparpajo total y vitalidad increíble.

A una isla perdida del Pacífico, Pago-Pago o alguna por el estilo, llegan los pasajeros de un barco que se ven obligados a convivir en una especie de cuarentena médica durante bastantes días. Dos de ellos chocarán entre sí desde el primer momento y su enfrentamiento se agudizará escaramuza tras escaramuza a medida que pasan los días: una chica de moralidad más que dudosa y un fanático religioso empeñado en salvar su alma a toda costa y para lo que no dudará en emplear cualquier medio aprovechándose de la influencia que la sociedad a la que pertenece tiene sobre las autoridades para hacer a la pobre chica la vida imposible. El veterano y estupendo Walter Huston (padre del luego genial John Huston y abuelo de la no menos estupenda Angelica Huston) borda el papel del prepotente predicador, que escena a escena se va volviendo más y más amenazador.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
PADRE FLANAGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de diciembre de 2012
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cuento, “Miss Thompson” de, W. Somerset Maugham, ya había sido llevado al cine, en 1928, bajo la dirección de Raoul Walsh, y fue uno de los grandes éxitos que tuvo la legendaria actriz, Gloria Swanson. Curiosamente, cuando se estrena, en el año 1932, la nueva versión sonora de Lewis Milestone, basada en la versión teatral que del cuento habían realizado, John Colton y Clemence Randolph, los críticos la recibieron a palos considerándola una ofensa para la cultura estadounidense. Sin embargo, la historia sigue imparable demostrando hasta la saciedad que, Maugham, tenía absoluta razón: Mucha – ¡muchísima! - de la religión que se vive en el mundo no es otra cosa que una farsa hipócrita, abusiva y explotadora. La gente cree en Dios, pero no le cree a Dios; los sacerdotes y demás miembros de las diferentes iglesias predican, pero no practican; y cada día se descubren los pobres ejercicios que, de su profesión, hacen incontables 'religiosos'... ¡y ni qué decir de las imparables e infames guerras que cada día tienen su curso en nombre de Dios!

Lo que, W. Somerset Maugham, recrea en su cuento, tiene pleno asidero en una verdad de a puño, demostrada largamente por la psicología: Aquello de lo que repugnas, lo atraes irremisiblemente; y aquello que tan ostentosamente rechazas, suele obedecer a un afán exacerbado de que nadie lo note en ti. Espiritualmente y en palabras de Jesús, corresponde a aquello de, “ves la paja que hay en el ojo ajeno, pero no ves la viga que hay en el tuyo”; y con ésto se nos deniega el derecho a juzgar y a condenar a los demás, pues, si dentro de cada uno -y de Todos-, están la luz y la sombra, el bien y el mal… arrogante y falso de toda falsedad, es erigirse como juez supremo de persona alguna.

Alfred Davidson, suena a símbolo de la intransigencia, de la moral obtusa, del señalamiento a ultranza, y del afán de condenar a otros por la miserable complacencia de erigirse en juez. Su saber podía ser basto para orientar a Sadie Thompson, pero su soberbia presionó de tal forma su propio lado oscuro que, como volcán, terminó erupcionando de manera irredimible.

El director, Lewis Milestone, hizo sus mayores esfuerzos para que viéramos de la mejor manera al hombre de iglesia, y su logro con la doblegada Sadie resulta apreciable en aquel especial cambio físico que la hace lucir limpia y casi virginal. Pero, con pleno entendimiento de la psique humana, recrea aquel momento insuperable en que, el Fatum te tiende su trampa y te pone ante la decisiva ocasión de demostrar si pesan tus palabras o aquello que hasta ahora reprimes con tanto empeño.

Por injerencia de la censura, la escena climática de, <<BAJO LA LLUVIA>>, queda prácticamente a juicio de los espectadores... y Sadie vuelve a ser la misma, dando validez a la frase de, Friedrich Nietszche, que tanto gustó al sensato, Joe Horn: “Todo se va y todo vuelve / la rueda de la vida gira incesantemente / Todo expira y todo renace / de prisa pasan los años de la existencia…”

Título para Latinoamérica: <<LLUVIA>>
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
22 de agosto de 2009
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siento debilidad por las películas en que la lluvia es parte importante de la acción; ésta es una de ellas, de ahí el seis y medio. La atmósfera opresiva y claustrofóbica en que transcurre no lo es tanto por la isla y la larguísima tormenta, cuanto por el clima de hipócrita censura que se encarga de crear el predicador que viaja en el mismo barco que el personaje de la prostituta interpretado por Joan Crawford. Precisamente, para mi gusto, el más desdibujado de un elenco de actores muy dignos. Los excesivos tics del cine mudo y la exageración hacen que una buena actriz, como lo es la Crawford, naufrague en un film que guarda lo mejor para un final misterioso y abierto, para que tú te quedes con la opción que hubieras elegido de ser el director.

Historia de interés sobre la hipócrita moralidad y la intolerancia religiosa que ha envejecido bien salvo por los excesos interpretativos de una Joan Crawford que abusa de las poses y la gesticulación.
Sinhué
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow