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Mucho más que miel

Mucho más que miel
2012 Suiza
Documental, Intervenciones de: Fred Jaggi, Randolf Menzel, John Miller ...
7,1
256
Documental Una mirada en profundidad a las colonias de abejas de California, Suiza, China o Australia. Markus Imhoof, cineasta veterano y nieto de apicultores, dirige este documental en el que nos muestra las distintas formas de interacción entre hombres y abejas, analizando tanto la labor de apicultores y agricultores como el funcionamiento de las colmenas, una enigmática e inteligente sociedad animal donde cada miembro desempeña su labor a la perfección. (FILMAFFINITY) [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
4 de marzo de 2013
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy interesante documental sobre la relación del hombre con las abejas.
Cuidado, realizado con cariño y con alguna que otra imagen espectacular. Sirve muy bien como introducción a este mundo, ofrece una mirada a diferentes tipos de apicultores, desde el pequeño hasta el que produce millones. Se acerca a sus problemas y a los cambios producidos, también hay algunos apuntes científicos muy interesantes (la idea que apunta sobre si se puede considerar a una abeja o a una colmena como un individuo, pues una abeja sola no puede sobrevivir, resulta muy atractiva).

Lo malo es que abarca mucho quedando solamente en la superficie, sirve para interesarse por muchos aspectos de la producción de miel, pero no acaba de llegar hasta el fondo. Así se echa de menos que explique el proceso productivo especialmente a nivel "industrial", pues a mucha gente puede llamarla a error. El film se centra principalmente en unos pocos apicultores y su opinión, en el lado humano, lo que es un error al generalizar desde unos pocos puntos de vista.

Pero he de reconocer que es realmente ameno, dan ganas de que se realizase una serie sobre los muchos aspectos que muestra, solamente lo breve que muestra sobre China da para un largo documental, así como el aspecto científico, la enfermedad de las abejas, por donde pasa brevemente,...

Unos de sus grandes aspectos positivos es el que huya del sensacionalismo, no pretende vender su idea a toda costa como hacen tantos documentales hoy día, aunque en algún momento he de reconocer que ya sea por omisión o por montaje algo de esto hay, pero tan poco que no ofende.
Se nota que está realizado por alguien perteneciente a ese mundo, con cariño pero sin caer en cursilerías o en edulcoraciones, mostrando lo que hay, con sinceridad y eso ya es mucho.

Entre sus mayores bazas está que resultará entretenido también a aquellos que no estén interesados en el tema.
Meinster
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10 de octubre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más que un documental, es un grito de alarma: se nos mueren las abejas, y según la sentencia, otra y una vez más atribuida a Einstein: si las abejas desaparecen, también el hombre. Y esto es cierto, lo dijera quien lo dijera. En la cinta hay una secuencia escalofriante que cuenta que Mao Tse-tung ordenó exterminar a los gorriones porque se comían el trigo del pueblo (literal y verídico) y China se llenó entonces de insectos. Luego mandó aniquilar, a base de química, a los insectos y en esa cruenta batalla murieron las abejas. En grandes zonas de China no existen las abejas. Las imágenes que nos ofrece este documental son pavorosas: cientos de chinos, pincel en mano, se dedican a fecundar las flores de los manzanos, una por una.

La narración es perfecta. Analiza la relación humana con estos insectos y su domesticación, desde un sencillo apicultor de los Alpes a un gran productor americano con más de cien mil colmenas que recorren el país del Tío Sam buscando floraciones. También describe los problemas que han traído ese abuso humano, las enfermedades que padecen las abejas y, cómo no, las soluciones de emergencias: antibióticos. Sí, sí, también aplican antibióticos a las abejas, ¿qué se creía?

Pero lejos de ser apocalíptico, el documental mantiene al final un tono esperanzador que radica en la fortaleza y rebeldía a ser domesticada de la abeja africana que, como una plaga, va conquistando el continente americano, en donde la llaman la abeja asesina.

Hay que verlo y tomar conciencia de lo que estos pequeños bichitos hacen por nosotros.
Eulate
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8 de mayo de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
... Y los insectos en general.

Mucho más que miel es un documental sobre abejas, pero no un documental cualquiera. Estamos ante una película que trata el actual problema de estos delicados mensajeros del amor floral, que están dejando de existir sin motivo aparente. Es por tanto, una muestra de amor por parte del director Markus Imhoof, una apología de la abeja, una forma de llamar la atención sobre su progresiva extinción y una excusa para hablar también sobre su relación con el ser humano. Todo interactúa y se relaciona en conjunto.

Lo mejor de la película lo encontramos en sus imágenes —por extrañas— de una belleza indescriptible. Como esa secuencia inicial con el nacimiento de la Reina, o aquella de la creación de la miel, o del apareamiento en vuelo. Pero también de una crueldad tan real como la vida —de una abeja— misma. Incluso apreciable para aquellos que no puedan ver ninguna clase de insecto ni en pintura. A los cuales recomendaría no ver mucho más allá de la primera escena, si esta les genera algún tipo de aprensión.

Asistimos, a veces desde la propia experiencia del autor —expresada desde la voz en off— y otras desde el punto de vista de productores, estudiosos de las abejas o cuidadores, a los diferentes procesos que se llevan a cabo por todo el mundo con la finalidad última de obtener la miel de estas producen. Pero también para buscar respuestas y llegar a las conclusiones que expliquen por qué las abejas están desapareciendo y qué efectos maliciosos acarrearía esta situación en nuestras vidas.

Enlazando con el primer párrafo, y si lo piensas, es un poco como la parte mala de la Globalización, que con cada enfermedad de otro país (o continente) nos hacemos nuestras necesidades encima, de miedo, pensando en que pueda llegar a nosotros; o aparecen mosquitos que en nuestra vida habíamos visto, rondando por nuestra zona. A una escala diferente, claro, pues no hay mayor parásito en esta tierra que el propio ser humano, siempre en constante aumento cuantitativo y manipulativo de los elementos.

En definitiva, Mucho más que miel es un documental que va más allá de lo básico y no sólo habla de los problemas de fumigar y los fungicidas, sino que traza una línea argumental en la que nos habla de las razas de antófilos que hay, de su organización, crecimiento, funcionamiento, etc. También habla de la crueldad humana, incluso de quienes más aprecian a estos diminutos bichos. La alegre y triste vida de los zánganos. Las diferentes técnicas y partes de la crianza o explotación de las abejas. El estrés. El particular sonido de sus alas. Las larvas. Los parásitos, los ácaros. Las colmenas, el panal y los enjambres por los que las enfermedades se transmiten. Los productos químicos. Los medicamentos. En esencia, un mundo terrible y peligroso, aunque también esperanzador, como gusta al espectador medio… Y que da un poco de cosa.

En cualquier caso, es un documental tan contemplativo, que si el tema no te atrae demasiado, acabarás algo cansado de tanta miel y tanta abeja. Es un ejercicio didáctico transmitido con pasión alrededor de estos seres encargados de polinizar el mundo y fertilizarlo para nuestro posterior disfrute gastronómico. Una profundización del tema basado en algo más que la mera fisonomía de una colmena, en conjunto, llegando a plantearse incluso la posibilidad de que, globalmente, las abejas en realidad tengan sentimientos, desde un punto de vista científico. Mucho más que miel es un documental nada desdeñable, pero no siempre obtiene del espectador lo que busca conseguir.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Fendor
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16 de agosto de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supongo que todos han escuchado la frase que se le atribuye a Albert Einstein sobre la desaparición de las abejas y los cuatro años que le quedaría a la humanidad, ¿basta decir la importancia que tienen estos animales en su labor en la naturaleza? More Than Honey retrata esto desde diversas perspectivas, ofrece una mirada íntima del trabajo que hacen en las colmenas y como conviven, además de la intromisión del ser humano y la “domesticación” que se hace, una domesticación que obviamente es falsa.

Con escenas llenas de una belleza espectacular y maravillados por la convivencia de estos pequeños animales, More Than Honey como su título reza, pretende ver más allá del alimento que estas producen (y de la violación que sufren cuando pierden la miel), sino, como hiciera Einstein con la frase ya mencionada dar una perspectiva mayor en cuanto a la función en la naturaleza, de ahí que se realice un recorrido que nos lleva por algunas regiones de Estados Unidos, China, Suiza y Australia.

El documental termina siendo un producto fascinante y valioso, filmado de manera inmejorable, hay un seguimiento espectacular de las abejas y finalmente, logra concientizar o al menos, dar a conocer el problema, ponerlo en la palestra. Además que sensibiliza a las abejas “asesinas” o africanizadas, cosas que resulta bastante interesante y que pueden verse como una esperanza frente a los problemas de sus pares a nivel mundial.
10P24H
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19 de abril de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La simbiosis entre los humanos y las abejas podría ser muy interesante siempre que ambos cumplieran con su parte del contrato sin extralimitarse, sin abusar, sin invadir competencias en la búsqueda urgente de beneficios y dejando de lado la apuesta por la sobreexplotación. ¿Adivináis cual de las partes se pasa por el forro la buena vecindad? ¿Tenéis dudas sobre quienes se engolosinan con la avaricia y fuerzan lo natural para convertirlo en industrial? ¿Os atreveríais a pronosticar quienes no se conforman con ríos de miel y anhelan los océanos?

La función de estos insectos tan laboriosos no es solo proporcionar el maná amarillo que impregna nuestras tostadas. Su misión más importante es un encargo de un orden superior, al que el propio ser humano debería estar subyugado. Es la naturaleza quien les ha encomendado uno de los quehaceres esenciales para que la vida siga su armonioso curso: la polinización; esa ceremonia de fecundación primaveral que inicia cada año el ciclo existencial.
Pero aquí estamos nosotros, "los seres inteligentes", complicando con manipulaciones y destructivas químicas por mor del "progreso" y la única riqueza que nos interesa: la del IBEX, el DOW JONES, el NIKKEI...

Cuando el hombre juega a ser Dios y a domesticar las especies, y otros elementos naturales (agua, minerales, atmósfera...), provocando un desajuste medioambiental, tal vez la rebelión de los demás seres vivos y de los agentes básicos sobre la Tierra sean la solución para salvar el planeta.
Si yo creyera en la reencarnación, el homínido sabelotodo no estaría entre mis predilecciones. La abeja, en cambio, sí podría ser una buena opción.
Sinhué
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