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Rôjin Z (Roujin Z)

Rôjin Z (Roujin Z)
1991 Japón
Animación
6,4
911
Animación. Acción. Ciencia ficción. Comedia El anciano señor Takazawa ha sido reclutado (sin saberlo) por el Ministerio de Sanidad para tomar parte en un experimento que revolucionará la atención a los ancianos. No más residencias, no más enfermeras en casa... El Z-001 se encargará de todo. El prototipo, una cama mecánica equipada con la última supercomputadora del gobierno, está conectado directamente al cerebro del señor Takazawa y diseñado para proporcionar cualquier cosa que ... [+]
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
28 de diciembre de 2012
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un futuro no muy lejano los ancianos no serán un problema para la humanidad. O al menos eso es lo que piensa el gobierno quién ha dispuesto de los mejores ingenieros para crear una máquina capaz de cuidar al 100% a nuestros mayores. El señor "Takazawa" quién no puede valerse por si mismo será el conejillo de Indias para probar la primera cama que revolucionará el mundo. Pero su enfermera particular no aprueba los métodos de este prototipo y hará lo imposible para traer de vuelta a señor Takazawa.

Katsuhiro Ôtomo (Akira), es el guionista de esta "comedia" Cyberg Punk Nipona. Con un mensaje muy claro. Nuestros mayores son nuestra responsabilidad al igual que lo fuimos nosotros para ellos y lo seremos algún día nosotros. Lo que más me ha gustado han sido los momentos de humor negro que hay dispersados durante todo el metraje y que la historia no tambalea con subtramas "absurdas" como en otras cintas del mismo género. Lo peor, la banda sonora, que aunque no es mala en la mayor parte de la película no le pega. Al menos a mi me despista muchísimo.

Como curiosidad, Katsuhiro Ôtomo viajó con su esposa a la ciudad de Kamakura (muy cerca de donde estoy viviendo) y se inspiró para escribir este guión. De ahí que el hombre quiera ir a la playa de Kamakura con su mujer y al final aparezca el Daibutsu gigante que también se puede encontrar en las afueras de la ciudad, concretamente en Hase.
daehara
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17 de noviembre de 2014
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
No, no es lo mejor de Otomo, y se nota que no sólo tiene mucho menos presupuesto que Akira, sino que Otomo no estuvo tan inmiscuido en ésta como lo estuvo en su magna obra, la que en mi pobre opinión es, por lo menos, una de las diez mejores películas de animación de todos los tiempos, ya no digamos anime.

Pero a pesar de ello tiene sus cosas interesantes. Pese a que no profundiza tanto como quisiéramos en los personajes, uno no puede dejar de sentir pena, y sobre todo pena ajena, al ver como el pobre señor Takazawa clama por Haruko y como es expuesto como un vulgar maniquí en la demostración de la cama. Quizá si se le hubiese dado mayor peso a la anécdota de la abuela de Haruko habríamos tenido una obra más redonda, pero no es tan grave.

Podría extenderme en más detalles que suman y restan puntos, pero hay uno que me parece se les ha escapado a la mayoría, por lo que voy al spoiler.
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Neckriagen Omoide and Dreams
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6 de junio de 2021
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los grandes nombres de la industria japonesa del manganime es el de Katsuhiro Otomo. Para los fans Akira (1988) fue, sin lugar a dudas, la mejor película que había dirigido. Un servidor no opina lo mismo, pero es innegable que este filme marcó un antes y un después. Tras Akira, sin embargo, los proyectos de Otomo en calidad de director no fueron numerosos destacando entre ellos Memories (1995) y Steamboy (2004). Esto no quiere decir que no hiciera más incursiones en otros filmes o series pues se encargó del guion de una cinta nueva: Roujin Z (1991).

Estamos ante un sociedad donde el progresivo envejecimiento de la población está planteando una serie de retos a superar. La mejora en la alimentación, la higiene y la salud han permitido que podamos vivir durante muchos más años. No obstante, los ancianos necesitan de mayores cuidados debido a los riesgos de la vejez: falta de movilidad, nuevas enfermedades (alzhéimer, párkinson, ...), mayor dependencia, menor sustento económico, etc. Muchos de estos inconvenientes se mencionan o quedan reflejados en los primeros minutos de la obra. De hecho, el filme por medio de la figura de Takashi Terada nos dibuja una situación alarmante donde los servicios médicos se hallan colapsados y los asilos están al máximo de su capacidad. El reducido número de jóvenes ha hecho que el personal médico y los voluntarios disponibles sean cada vez menores. Los recursos económicos son insuficientes para renovar un equipo médico que ya se encuentra desfasado.

Un hecho que por supuesto no entorpece el mensaje de la obra: el carácter irremplazable de lo afectivo sobre cualquier otro tipo de necesidad o comodidad. El anciano que nos recuerda la importancia del cariño en la vida de las personas mayores es Kijuro Takazawa. Este señor de muy avanzada edad vive en compañía de un gato gordo. Diariamente es visitado por una enfermera voluntaria, Haruko Mihashi, cuya presencia aprecia mucho. Esta exposición resulta escueta, pero a medida que avanza el metraje sabremos que (spoiler 1).

No obstante, tal necesidad afectiva es pasada por alto por los miembros del Ministerio de Salud Pública. Están demasiado obsesionados con encontrar una solución al problema del envejecimiento. Durante la conferencia para presentar el Proyecto Z, Terada —casi como si fuera un agente comercial— se esfuerza en mostrar todas las bondades del producto. Literalmente parece que no hay nada que no sea capaz de hacer. No solo es capaz de cubrir las necesidades básicas —y las más pesadas— sino que puede ofrecer entretenimiento y hacer frente a posibles amenazas. Pero tal como dice Haruko, las máquinas no pueden suplir el calor humano. (Spoiler 2).

Una cuestión temática relevante, aunque en un segundo lugar, está relacionada con la verdadera naturaleza del Z-001 (Spoiler 3).

Mayores inconvenientes, sin embargo, los encontramos en otros lugares del relato. Uno de ellos se refiere a la innecesaria extensión del conflicto entre Z-001 y los cuerpos de seguridad y la corporación. La obra se enfrasca en interminables escenas de destrucción urbanística y descontrol tecnológico. Un tópico y a la vez un vicio presente en las obras de Otomo porque por momentos el hilo argumental y temático se pierde en una maraña de cables y conjuntos de escombros. Otra cuestión incómoda es el personaje de Haruko, cuyos motivos son algo endebles para empujarla a una aventura tan arriesgada. Se podría ahondar en el pasado de Haruko en relación a su abuela.

En resumen, Roujin Z realiza una reflexión infrecuente en torno a qué factores son de primera necesidad en la vida de las personas mayores. El cariño y la compañía humanos no pueden ser reemplazados por sistemas más eficientes o mayores comodidades. Una reflexión que, sin embargo, sería más potente si se interesara más en el debate entre opuestos o ahondara en los conflictos personales de los principales actores en vez de atender a los caprichos de un autor obsesionado con el desorden tecnológico.

Si te interesa puedes leer esta y otras reseñas en mi web personal (debajo de mi nick encontrarás el enlace).
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ZetaZero
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25 de agosto de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me flipa esta película. Me parece muy graciosa, entrañable, original y sobre todo entretenida. Básicamente va de un viejo al que utilizan para probar una nueva cama asistencial que cubrirá todas las necesidades que tienen las personas mayores que no se pueden valer por sí mismas No se puede contar mucho más sin caer en spoilers.

La premisa es poco prometedora, pero todo se va desarrollando de tal manera que acaba siendo una película de acción. No hay que esperar mucho para disfrutarla ya que desde el primer minuto saben como enganchar al espectador. Esto lo consiguen muy bien con los personajes protagonistas. La pareja protagonista no puede ser más entrañable.

El señor Takazawa es un pobre anciano que lo único que quiere es ir a la playa y juntarse con su mujer fallecida. Takazawa habla muy poco durante la película, pero sus escasas intervenciones son muy buenas. Me encanto la parte en la que le preguntan si le duela algo, a lo que responde "lo que más le duele es la indignidad".

Haruko es su enfermera. Una chica que hará todo lo que está en su mano, y lo que no está también, por el bienestar de Takazawa. Una auténtica heroína y un personaje muy íntegro.

El reparto lo completan un buen número de secundarios a aportan mucho humor a la historia, como el funcionario o los ancianos informáticos.

En resumen, estamos ante una película muy corta, muy entretenida y que también nos da un poco de crítica social. No entiendo por qué este anime es tan desconocido, me parece redondo. No está al nivel técnico de grandes animes como 'Akira', 'Ghost in the Shell' o cualquiera de los estudios Ghibli, pero lo que hace lo hace muy bien.

Acabo con una frase dicha por unos de los personajes secundarios sobre la máquina que cuida al viejo. Me hizo mucha gracia por lo rancia que es, pero demuestra que la sociedad va evolucionando.

"¿Cómo va a ser una buena enfermera (refiriéndose na la máquina), acaso un doctor se podría enamorar de ella?".
Mankuku
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16 de septiembre de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia de un anciano que desea más la muerte que la vida, pero los demás deciden por él que tiene que seguir viviendo aunque sea a través de una máquina. Una historia bastante humana, que no estamos acostumbrados a ver en el cine de animación… pero sí, se hizo en Roujin Z gracias al tándem Hiroyuki Kitabuko (Robot Carnival) en la dirección y Katsuhiro Ötomo (Akira, Steamboy…) en el guion.

El esperpéntico e interesante argumento da paso a una historia donde se mezcla el plano más humano de ese anciano moribundo y esa dulce enfermera que lo cuida para luego mezclarlo incluso con el cine de acción o los mechas del anime japonés. Por tanto, nos hallamos ante un film de ciencia-ficción y ciberpunk, una locura que trata de una historia bastante humana de una manera bastante original.

Con Rôjin Z (o Roujin Z) no estamos ante un film perfecto: algunas subtramas sobran al igual que algunos personajes, la parte de acción se vuelve excesiva y se echa más de menos que no se trate con mágica poesía cada una de las partes de esta obra cuya idea es una enorme metáfora. Sin embargo, esa experiencia entre la vida y la muerte, la vejez y la redención antes que la celebérrima Up ya lo hizo antes la olvidada Rôjin Z.

Solo por toda la metáfora que esconde, ya vale la pena ver Rôjin Z y rezar porque nunca los demás decidan sobre nuestra vida, si es que no lo hacen ya.
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Ozymandias_Iskander
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