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El hombre que no quería ser santo

Drama. Comedia Italia, siglo XVII. Giuseppe Diesa, un joven campesino que padece trastornos mentales, ingresa en el monasterio de Martina (Apulia). Su conducta suscita, al principio, la desconfianza de compañeros y superiores hasta que ciertos fenómenos milagrosos convencen a todos de que es un santo. Filme basado en la vida de Fray José de Copertino. (FILMAFFINITY)
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
27 de enero de 2007
65 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
San José de Cupertino, nacido en Italia en el siglo XVII, es "El hombre que no quería ser santo". Interpretado por Maximilian Schell, que hizo aquí el mejor papel de su vida, con diferencia. Curiosamente esta película ha pasado bastante desaparcibida a los cinéfilos y raramente la halla uno en alguna relación de películas sorprendentes o meritorias. A mi entender es tan excelente como "Ordet", el filme de C.T.Dreyer.

Es una película sensacional y emocionante, porque cuenta la vida de un hombre extraordinario y singular; tanto sus familiares, como sus vecinos, como los franciscanos de los conventos en los que intentó vivir religiosamente, lo trataron como a un "inútil" en el pleno sentido de la palabra, porque lo rompía todo, porque se quedaba extasiado con la boca abierta, porque parecía lelo y atontado, porque no lograba aprender de los libros nada más que una sola frase. En tales circunstancias, le asignaban los peores oficios, lo desconsideraban y maltraban por todos lados; pero estando sufriendo esta vida, empezó a levitar sin pretenderlo, se ponía a orar de rodillas y sin darse cuenta se elevaba varios metros del suelo en pleno extasis, causando auténticos sobresaltos entre quien presenciaban este fenómeno contrario a las leyes de la gravedad; también suscitó envidias y acusaciones de andar endiablado entre los compañeros franciscanos, quienes no podían comprender como un hombre tan "inútil y don nadie" podía ser espiritual o tener sintonía con Dios. Pero esta es la gran lección de la vida de San José de Cupertino: lo que el mundo desprecia, resulta que lo INEFABLE o DIOS, lo eleva, lo elige y lo hace destacar como suyo por excelencia.

Una película inaudinata, fuera de lo común, prácticamente desconocida, que no deja indiferente; es más, que puede incluso influenciar religiosa y transformadoramente en la vida de quien la contemple con atención. ¡Si aún no la ha visto, advertido queda!

Además, quisiera recordarle a los administradores de Filmaffinity u otros sitios dedicados de manera seria y entendida al séptimo arte, que dentro del mismo existe el género "religioso", al igual que el bélico, el musical, la comedia, el western, la ciencia ficción, o el género de terror (por ejemplo esta película "El hombre que no quería ser santo" es propia del género religioso, como lo es también "Ordet", "El noveno día", "La misión", "Marcelino, pan y vino", "Sidharta", "Los diez mandamientos", "Molokay", "La mano izquierda de Dios", "Un hombre para la eternidad", "Los comulgantes" o "Nazarín", entre miles de películas más que pertenecen estrictamente a la citada distinción). ¿Acaso porque algunos cinéfilos no crean en Dios o no se identifiquen con dicha realidad, hay que dejar de reconocer la impronta religiosa, la cual es evidentemente antropológica, sociológica y artística a lo largo y ancho de la historia, incluida la del cine?

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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8 de febrero de 2010
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde luego Edward Dmytry los tuvo muy gordos para hacer esta película. Hasta se la produjo él mismo porque ninguna de las majors para las que normalmente trabajaba debieron ver salida comercial para esta historia.

Normal, las vidas de santos no suelen casar bien con el cine. El espectador disfruta más con los personajes tortuosos que con los edificantes.

En este caso se hace un biopic modesto de un santo muy modesto. Casi se diría que es el Forrest Gump de los santos, con un Maximilian Schell francamente bien.

El tono del filme es desenfadado, pero a veces te meten alguna escena dramática, mística e incluso que borda el terror. En fin, una película bastante curiosa.

Más curiosidades: este santo, San José de Cupertino, es considerado el patrón de los discapacitados mentales, de los malos estudiantes y de los viajeros aéreos. Viendo esta película o conociendo su vida se sabe porqué.

Una frikada final: hay un cómic biográfico del santo bastante reciente de Rich Johnston titulado "The Flying Friar", en el que se hace un paralelismo con Supermán, y el villano es un tal Lex Luther, supuesto descendiente de Martin Luther nada menos. ¡Hay gente pa tó!
Gilbert
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5 de junio de 2016
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupenda y emocionante película acerca del santo que podía levitar. Los actores lo hacen muy bien y el ambiente clerical está perfectamente recreado. El personaje de la mamma resulta cargante y exagerado pero juega su papel al igual que el resto. La vida del santo resulta creíble y está llena de episodios conmovedores de modo que el personaje está muy bien trazado, no hay nada fuera de tono salvo quizás la madre -aunque toda mujer capaz de criar a un santo merece respeto-.

Estas películas presentan una inocencia que ya no se ve y son un sano disfrute, nada de violencia ni de acción tan solo una santa vida contada en etapas, desde su admisión en el monasterio hasta su primer milagro, etc. La simpleza del hombre bueno puede ser confundida con idiotez pero nada de eso, realmente me creo al personaje y realmente creo en su santidad. El tono es el adecuado y la película avanza a buen ritmo siendo que el tema no da para más. En fin, como dije, un sano disfrute y una película que de tan ingenua nos llega al corazón.
dandyboy
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23 de diciembre de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por la mente de, Giuseppe Maria Desa (1603-1663), jamás pasó la idea de que él fuera un santo. Una cierta insuficiencia mental que parecía tener, tampoco le permitía experimentar el ego o compararse con los demás, así que, Giuseppe, se limitaba a decir y hacer lo que sentía correcto, sin siquiera ponerse a pensar si lo era o no lo era. Pero, había en él una innata y muy sentida valoración de la naturaleza; se sentía bien sirviendo igual de mofa a los transeúntes o ayudando a quien lo necesitaba… y aunque bien sabía que no era muy dotado para los aprendizajes escolares, sí sabía lo que quería saber y era fiel a lo que sabía.

Giuseppe amaba a su padre porque era un hombre bueno, pero, quizás amaba más a su madre porque tomaba muy bien la rienda del hogar. Lo que ocurrirá con él desde cuando entra en la Orden de los Frailes Menores Conventuales, es lo que va a contarnos el director, Edward Dmytryk, en esta película que puede verse como un dogma de fe y creerla, sin reparos, con milagros incluidos… o como una aventura espiritual donde se puede advertir la suerte de sensacionales progresos que pueden tener algunas personas consideradas “especiales”.

Me gusta más la segunda vertiente, pues, da cuenta de un ser humano que consigue ser grande porque emana afecto, inocencia y humildad a borbotones, y porque consigue tener una fe de esas que, en realidad, consigue mover “montañas”; y el carisma que, el actor Maximilian Schell, consigue imponer a su personaje, se te mete en el alma… y uno pronto está amando a Giuseppe como si fuera alguien a quien conoce desde siempre.

<<EL HOMBRE QUE NO QUERÍA SER SANTO>>, es una película muy singular en la obra cinematográfica de, Edward Dmytryk. Los grandes estudios se la rechazaron, pero él tenía tanta fe en ella que decidió hacerla contra todos los obstáculos y logró que fuera realizada por Royal Films International y, luego, distribuida por Columbia Pictures Corporation.

Como se informa al comienzo de la película, la historia escrita por, John Fante y Joseph Petracca, es verídica en los detalles esenciales, y nunca sabremos cuanto de ficción hay en lo contado, pero lo cierto es que, el personaje de este santo -canonizado el 16 de julio de 1767- resulta tremendamente emotivo y no es difícil que nos haga aflorar una cuantas lágrimas.

Dmytryk, ha ambientado la trama en un monasterio franciscano y la historia arranca, en 1623, cuando, Giuseppe Desa, tiene tan solo 20 años. El ambiente general es muy agradable y los actores que secundan a Schell (quien consideró, ésta, su película favorita): Lea Padovani (Francesca, la madre); Ricardo Montalbán (el monje Raspi), Akim Tamiroff (el obispo Durso) y Carlo Croccolo (Gobbo), entre otros, aseguran una historia bastante amena que consigue llegarnos al corazón.

Un diálogo para recordar:
El monje Raspi: -Su hermana sabe cómo conseguir lo que quiere. ¡Si fuera hombre sería obispo!
El monje Giovanni: -¡Sería el papa!

Título para Latinoamérica: <<EL SANTO RENUENTE>>
Luis Guillermo Cardona
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3 de diciembre de 2023
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Dirigido por Edward Dmytryk, nos narra la vida de Giuseppe Cupertino, José Cupertino en español, un hombre rechazado por su idiotez, pero que está destinado a ser un ejemplo para muchos. La película tiene, sobre todo en su primera mitad, algunos toques de humor y comedia, los que habitualmente son ajenos a este género.
Gran actuación de Maximilian Schell en el rol protagónico. También tenemos a Ricardo Montalbán interpretando convincentemente al inquisidor superior de la orden.
Christopher Cusching
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