The Answer Man

A pesar de ser una historia de tintes muy habituales, no deja de ser fresca y atractiva. Una apetecible melodía acompaña el film. La autenticidad de Jeff Daniels, la profunidad de la mirada de Graham y el cariño que despiertan algunos de sus personajes la hacen algo más que interesante.

Una conclusión tierna y, un tanto, previsible nos hace recordar a films como "Mejor imposible".

Indie por el presupuesto tal vez.. Por lo demás esta es una película que se suma a los cientos de productos románticos made in usa, un muestrario de todo lo que ya se ha visto en la materia. No es mala, no falla en la confección ni en la interpretación. Se sabe que Jeff Daniels es un actor mas que correcto y le sobra paño para ponerse en la piel del tal Arlen Faber; a Lauren Graham no la tenía pero está bien; se destaca un actorzuelo llamado Lou Taylor Pucci que seguramente crecerá cuando deje de lado su admiración por Johnny Depp, y hay un chiquito que también se luce. La historia es simplota, con sus momentos logrados y sus escenas típicas del género. Se me ocurre que en yanquilandia aquellos a los que no les da el cuero para las grandes ligas se disfrazan de alternativos para ganar algun premiecillo en Sundance.. Pero vamos, a quién quieren engrupir..

The answer man es una de esas películas que encuentras por casualidad, ves sin esperar nada y pasas una hora y media con una gran sonrisa en los labios y paz en el alma.
Muy en la línea de "Mejor... imposible" y con una Lauren Graham interprentándose a si misma (otra vez), pero con un papel que le viene como anillo al dedo, sólo se pueden decir cosas buenas de ella.

Es una película para ver en un día de tensión y con ganas de relajarse, de pensar o descubrir que otro mundo es posible.

Como punto negativo, se podría decir que el personaje de Elizabeth no es sino Lorelai Gilmore (Gilmore Girls) con otro nombre y un poquito menos de agudeza verbal. También podría considerarse un poco lenta, sobre todo si no se llevan bien los silencios en el cine. Aunque en mi opinión está todo justificado y necesario.

A Dios se lo usa de tantas maneras que a mí no me caben dudas que es una necesidad que haya al menos alguno. En el mundo y en la historia de la humanidad, ha habido muchos, aunque algunos estén en desuso o hayan muerto.

Es curioso que Dios siendo todopoderoso necesite de intermediarios y las personas no lo adviertan, como algo extraño. Siempre es alguien que llega a contarte de él o relata en su nombre. A muchas personas esto les cautiva y para otras se convierte así en una fuente de negocios que pocos están dispuestos a desaprovechar, ya sea como ministros de diversas sectas religiosas o como escritores o editores de libros.

La película no trascurre desentrañando este tema, sino que se desliza teniendo como base esa circunstancia. La película trata de tres seres en crisis por distintos motivos. Uno porque se cansó de su "éxito" y fama, no me quedó claro el porqué. Otro porque no atina a sostener su pequeño negocio dadas sus circunstancias personales y otra porque comienza una tarea en una ciudad a la que recién llega.

No hay demasiadas complicaciones hasta llegar a un final previsible pero entretiene, algunos diálogos muestran agudeza y en general ayuda a pasar el rato y también a quien sea capaz, a pensar sobre toda esta trama sin quedarse en el tono rosa habitual.

Por si no queda claro, a mi me parece que se la puede ver sin decepcionarse.

Arlen Faber (Jeff Daniel), receloso y malhumorado escritor superventas de un único libro de esos de autoayuda, “Dios y yo” (parece ser que la legión de lectores que asicoba realmente creen o quieren creer que Dios estuvo por medio) que lleva 20 años escondiendo su cara al gran público (ya saben, Salinger y Pynchon), lleva 5 años viviendo solo desde la muerte de su padre en una gran piso y coincidiendo con el 20 aniversario de la publicación del artefacto (me resisto a llamar libro a esa clase de gilipolleces) es acosado por su editora (Nora Dunn) para que salga de la cueva y colabore en los fastos.
Elizabeth (Lauren Graham), madre de un niño al que cuida (sobreprotege) sola desde hace 3 años en el que el padre salía un momento a por tabaco (o algo así), no sale ni tiene pensado salir con nadie, que abre una consulta de quiropráctica que lleva ayudada por la dulce Anne (Olivia Thirlby).
Kris Lucas (Lou Taylor Pucci), dueño de una pequeña librería de “nuevos y usados” que sale tras 27 días de estancia en un programa de rehabilitación de alcohólicos, con el padre borracho en casa y lleno de inseguridades.
Con estos mimbres el debutante John Hindman (guion y dirección) nos brinda una entretenida comedia dramática sobre fondo romántico con inequívoco aroma indie (nominado al gran premio del jurado en Sundance 2008) narrada en tono pausado y amable que utiliza como eje el exitoso boom de los escritos de la temática que te dije (sin hacer sangre ni ensalzarlos) para hacer interactuar a los personajes y que pese a las filias y fobias que pueda despertar el desarrollo de la trama (militantes y escépticos) cualquier espectador al que le puedan llegar a gustar una trama relajada, divertida (seguramente emotiva para el que le toque la fibra) y bien contada pasara un ratillo entretenido.
Además, para impenitentes amantes del cine de terror y curiosones varios, al final de los títulos de crédito, justo antes de los de las canciones (por cierto, Ella Fitgerald entre otros temas de jazz) nos regala un detallado catalogo de las figuritas originales de prácticamente todos los iconos de terror que en el cine han sido (los podemos ver en la colección de la que presume Arlen cuando lleva por primera vez a Elizabeth a su piso) pudiendo leer las compañías que han cedido los derechos de imagen y a las personas físicas o entidades que han prestado los muñecos para la ocasión (me llamo la atención que uno de esos nombres sea John Landis y ya que ninguno de los muñecos pertenece a películas suyas, deduzco que este hombre debe coleccionarlas como hobby, o no, vaya usted a saber).