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La noche que no acaba

6,5
614
Documental Como muchos actores, Ava Gardner odiaba ver sus películas. Decía que la mujer de la pantalla no era ella. Pero todas las películas cuentan dos relatos: el argumento y la historia de los cuerpos filmados. Esta película cuenta lo que sucedió entre dos imágenes: un primer plano de Pandora y un primer plano de Harén, el primero y el último que Ava rodó en España. Seguramente, Ava pensaría que ninguna de esas dos mujeres se parecía en nada a ella misma. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
12 de julio de 2011
29 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ava Gardner adoraba España, y la juerga y los toros y a los toreros. Esto lo sabías ¿verdad? Yo también. Pues es lo único de lo que habla el documental, que poco documenta.

Para testimoniar tal novedad se cuenta con la narración de una serie de paisanos que tienen en común su incapacidad para formar una frase compuesta y contar algo medianamente interesante. Al principio del metraje todos los participantes son oriundos de Tossa de Mar y, por tanto, hablan en catalán, lo cual resulta ser una bendición, porque van subtitulados para que todo el mundo comprenda lo que dicen. Yo, que de catalán ni papa, me di cuenta de que, al avanzar la peli y empezar a hablar gente en un supuesto castellano, entendía mucho mejor a los de Tossa, que son los únicos con un mínimo de dicción. Los demás o son sopas o tienen problemas de frenillo o se han pasado con el anís.

Ya que la parte documental es prácticamente inexistente y la testimonial es un bochorno, el director del asunto decidió darlo todo en el montaje. Qué experiencia. Palante, patrás, palante, patrás… sin duda, se inspiró en las Celebrities de Muchachada Nui. AVAGARNERR!!!
El laureado montaje es una pifia que genera confusión, aburrimiento y por momentos hasta risa.

La actriz no se merece este retrato sin alma. Había mucho más en ella, aparte de su belleza, su alcoholismo y su fogosidad. El documental deja un poso de patetismo ingrato e injusto. Y pesao, también.
VALDEMAR
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8 de julio de 2011
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con la sipnosis expuesta en Filmaffinity se inicia “La noche que no acaba” a partir del libro “Beberse la vida: Ava Gardner en España” de Marcos Ordóñez. El diálogo entre la misma actriz perdida en la distancia, la conversación en contra-plano de la Ava Gardner en los 40 con “Pandora y el holandés errante” y ese rostro marcado por el tiempo de los años 80 en “Harem”, último y primero que rodase en España. El que le dio y cambió la vida al que la postró a una futurible muerte unos pocos años después. Entre el collage y la moviola el montaje ofrece una realidad fragmentada en terceras voces, como si fuera Greta Garbo en “Ninotchka”. Pero también aparecen otros espejos donde se refleja la realidad que nos presenta Isaki Lacuesta en “La noche que no acaba” para la TCM: “¡Bienvenido, Míster Marshall!” podría resumir su rodaje y erupción en Tossa de Mar, su eterno rol de mujer española en su presunción de culpabilidad como femme fatale, su acercamiento al torero como amante como voz pública de devoradora de hombres, ese amor tan distante como cercano en la figura de Frank Sinatra, con el que nunca llegaría a coincidir en una película. Esas contraposiciones se detallan en las voces de la dos narradoras del documental: Ariadna Gil y Charo López; de nuevo el eterno contra-plano de dos mujeres, de dos edades, de dos vidas que fueron una.

El mismo día en el que se preestrenaba en la capital la película de “Harry Potter y las Reliquias de la Muerte - Parte II”, rodeada de toda la pirotecnia de medios, seguidores y emoción plastificada en flashes, lo hacía también el documental de Lacuesta. Y lo que había en uno no existía en el otro: puro frente y espalda. El mito se enfrentaba a lo mitómano. Las dos caras de una misma industria: lo nuevo y lo viejo. Esa misma minoritaria historia se vivía en la sala de proyección frente a la multitudinaria repercusión en unos cientos de metros. La memoria de lo oculto en esas visiones de personas que apenas fueron una sombra, un breve espacio de fotogramas son el resorte que emplea el director de “La leyenda del tiempo” para describir en el tiempo a Ava Gardner: desde su doble de cuerpo para un desnudo hasta un pianista, desde un fotógrafo hasta un pescador, desde una figurante hasta el portero de la plaza de toros de Girona…

La censura del entorno siempre entorpece la visión real y tal vez “La noche que no acaba” sea tan dispersa como los pequeños discursos, entrevistas y puntos de vistas que forman un conjunto tan turbio como descriptivo. Entre la tempestad y la tormenta, entre la calma y la mirada perdida, “La noche que no acaba” es una historia de dos mujeres que son una, cara y espalda de la misma esencia que oculta siempre una verdad y una mentira. La realidad no existe ya que el secreto de la ficción permanecerá oculto y retenido para siempre pero queda la esencia del mito, de la imagen que tienen otros sobre ese icono, sobre esa leyenda exenta del tiempo y abierta en el espacio.
Maldito Bastardo
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8 de julio de 2011
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película documental sobre la estancia de más de una década de Ava Gardner en España supone un movimiento valiente en la producción propia del canal TCM y en el desierto del panorama de producción propia española. Para ello acuden a un Director tan personal como Isaki Lacuesta y eso se nota en el resultado final.
Las imágenes son impactantes y atrayentes (en ello tiene mucho que ver la montadora de la película). La sucesión de historias sobre Ava desde el punto de vista de los habitantes de Tossa de Mar, de los amigos que hizo en España, de los personajes colaterales que “tocaron un momento” al mito (el camarero, el portero de la Plaza de Toros, etc.), de la mujer de su amante español más famoso (Lucía Bosé),…etc., una serie de hombres y mujeres que nos intentan atrapar el “olor” del animal más bello del mundo.
Pero me falta un poco más de profundidad, de porque realmente se quedo en España y porque se fue de aquí, un poco más de la mujer y no tanto de la actriz. A veces me queda la sensación de que va a contar algo más y no lo hace. Tal vez este es el aperitivo del libro de Marcos Ordoñez “Beberse la vida: Ava Gardner” que habría que revisar y de profundizar más en biografías de la diva.
Es un muy decente producto de encargo y no siguiendo el ritmo habitual de un simple documental deja un poso más que interesante.
namusi
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10 de agosto de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Visión localizada de la vida de la actriz en tierras españolas y más concretamente en la Costa Brava donde se filmó Pandora y el Holandés Errante...a manera de crónica periodística, las entrevistas con testigos directos del rodaje enriquece aspectos interesantes para los cinéfilos y admiradores de la actriz americana que confirman la reputación social de éste animal cinematográfico que fue Ava Gardner. Interesante su visionado aunque suponga una ligera decepción su montaje.
JAVIER_D
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13 de octubre de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo, que antes era alérgico a los documentales, me estoy aficionando cada vez más a esto que convendría llamar, si alguien no lo ha hecho ya, "neodocumental", una nueva forma de abordar la no ficción con un tratamiento creativo del material entre manos. Lacuesta se está convirtiendo en uno de los adalides del movimiento, premio Donosti reciente, y aquí se nota que ama a su criatura y la mima con cuidado en todo momento. Mucho se ha escrito y dicho sobre Ava, uno de los grandes mitos de la Historia del Cine, así, con mayúsculas, no sólo por su presencia en la pantalla, sino por su vida al margen, lo que podría denominarse su vida privada, aunque fue bastante pública. Lacuesta se ciñe a las películas interpretadas por Ava en España, desde la mágica Pandora a la desconocida Harén (casi preferiría no verla nunca, aunque sé que lo haré si se presenta la ocasión), y nos muestra/insinúa a la posible Ava, enamorada de este país por motivos que se me escapan. À ne pas manquer, como decía el llorado Dr. Guarnerius.
Eduardo
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