Los McMasters

En la década de los setenta el cine en general era muy reivindicativo y en un genero como el western no podía ser menos, en el que a los negros, a pesar de que históricamente formaron parte de la conquista del oeste, apenas se les nombra. Aunque en esta ocasión, el tema es más bien el de la lucha por los derechos civiles recién terminada la guerra de secesión. El personaje de Brock Peters a pesar de tener más razón que un santo, acaba cayendo un poco antipático por su cabezonería y su testarudez rayada en el suicidio, pretender cambiar las cosas en aquella época era prácticamente imposible. Hecha con pocos medios y se nota, con buenas intenciones , pero más bien justita y con un Jack Palance ( mi personaje favorito) más bien repulsivo y con una guerrera confederada que nos se quita en toda la película por cierto.

El actor y director sueco Alf Kjellin, en su etapa estadounidense, se dedicó sobre todo a dirigir telefilms y episodios de series de televisión, pero también dirigió algún largometraje para cine, como este "western" rodado en Nuevo México, cuyo argumento posee interesantes conexiones con un título también adscrito a este género como "La puerta del diablo" (Devil´s Doorway, 1950), de Anthony Mann. Un viejo ranchero blanco (Burl Ives), su ahijado negro (Brock Peters) y la mujer india de éste (Nancy Kwan) intentan, después de la Guerra de Secesión, una curiosa experiencia de convivencia interracial, que estará amenazada desde el principio por culpa de la intolerancia y el fanatismo de sus vecinos.

En el auténtico Oeste de la Historia de los EE. UU. hubo vaqueros negros, más de los que mucha gente creería, porque era un trabajo muy duro y mal pagado, pero el racismo imperante en la sociedad y la cultura estadounidenses -y los códigos del cine de Hollywood, que hacían difícil o imposible que los actores negros fueran protagonistas, o secundarios, en los "westerns" , al menos hasta cierto momento- hizo que el vaquero, como figura cinematográfica norteamericana, como estereotipo, fuera, casi de forma exclusiva, blanco y anglosajón. Esta película rompe de manera explícita con esa especie de tabú según el cual no había negros en el Oeste -Quentin Tarantino ha incidido en esa presencia, a su manera, en "Los odiosos ocho" (The Hateful Eight, 2015)-, y además lo hace con brío y estilo, lo que hace lamentar que este director no dirigiera más para el cine.

Como curiosidad, aparecen juntos John Carradine y su hijo David -éste, en el papel de un indio-, y varios actores del cine de Sam Peckinpah (Brock Peters, R. G. Armstrong, L. Q. Jones). Pueden destacarse, por último, los artísticos títulos de crédito iniciales, resueltos mediante una estilizada secuencia de animación, y la banda sonora.

Es una película que recomiendo y que debería ser más conocida.

Benjie (Peters) es un suboficial negro que regresa después de cuatro años de guerra civil a su pueblo en un estado sureño.
El recibimiento se lo pueden imaginar, "¿Por qué has venido? -Vivo aquí. -Podrías también morir aquí. -Cualquier lugar es bueno para morir", "Eres negro y lo sabes".
Menos mal que tiene agallas y cuenta con el apoyo de su antiguo jefe, McMaster (Ives) y con un pequeño grupo de indios igualmente marginados, "Ya sabes que si coges a un indio coges a un ladrón. Además, huelen mal".
La cinta tiene el mérito de denunciar el racismo, sí, pero incluso dentro de las segregaciones también hay sus clases. Blancos abusan de negros y negros hacen lo propio con los indios e indias si se descuidan.
Pero una cosa es rechazar las diferencias raciales y otra muy distinta hacerlo con una especie de telefilm cinematográficamente muy flojo y con un colorido que tira para atrás.
Una historia estereotipada contada al ralentí, lenta y aburrida. Sin tensión ni nervio. Personajes tópicos, sin relieve alguno. Para postre el doblaje es pésimo con tacos y giros actuales que cantan mucho.
Interpretaciones ramplonas. No sabemos bien qué pinta allí Palance farfullando con la boca torcida.
Lo único potable, además del rechazo del racismo, es el juego de sombras de la presentación de los créditos. Por cierto con una letra minúscula.
Cinta poco recomendable.

Este oscuro y deprimente western trata sobre Benjie (Brock Peters, quien fue presentado en la película clásica Matar a un ruiseñor), un hombre negro que luchó en la Guerra Civil en el lado de la Unión, ahora regresando a la ciudad sureña de Ironside. Pero su regreso no es exactamente bienvenido por los lugareños. Los aldeanos ya están nerviosos por el color de su piel... pero el hecho de que haya luchado para el Ejército de la Unión y todavía use su uniforme es todo lo que se necesita para que el odio y la violencia sean avivados por un ex soldado confederado llamado Colby (Jack Palance de Cowboys de ciudad). El único verdadero amigo de Benjie resulta ser Neal McMasters (Burl Ives de La gata sobre el tejado de zinc), el ranchero que le crió desde niño y ahora le ofrece la mitad de las tierras de los McMasters. Mientras tanto Benjie intenta construir su nuevo hogar, y el ayuda a algunos indios hambrientos y se convierte en el dueño de una mujer india (Nancy Kwan de El mundo de Suzie Wong) que eventualmente la hace su esposa. También utiliza a los indios para que le ayuden con el rodeo del ganado. Pero las cosas van rematadamente mal, los enemigos vienen disparando contra él y su esposa india. Los acontecimientos se precipitan y toman un giro violento cuando el profundo odio de Colby desencadena un reinado de ira que trae venganza y destrucción. ¡Compró tierras de un hombre blanco y una india de un hombre rojo! ¡Ningún hombre negro tiene suficiente dinero para salir del problema en el que se encuentra ahora! ¡En 1865 no había nada más peligroso que un hombre negro viviendo con una mujer roja en tierras de hombres blancos!. ¿Después de la boda... les dieron una recepción realmente excelente !.

Un western en general deprimente y a veces desagradable sobre un inusual triángulo hombre blanco-hombre negro-rojo indio, con el fenómeno del prejuicio racial en el fondo. El tema principal de la película es la envidia y la venganza que surgen de los ciudadanos cuando un veterano negro de la Guerra Civil se convierte en copropietario del rancho sureño McMasters. Además, añadiendo la peculiar relación con los indignados veteranos confederados locales y su enfrentamiento con el buen ex soldado negro y sus compañeros indios. Tan bien como la especial relación de amor-odio entre la diferente pareja de razas interpretada por el negro nordista Brock Peters and la marginada India Nancy Kwan. Las principales interpretaciones son aceptables, Brock Peters como el desafortunado pero obstinado negro que busca paz tan bien como justicia, el siempre genial Burl Ives como el grueso propietario y la nacida en Hong Kong Nancy Kwan como la angustiada india . Ellos están debidamente acompañados de un buen reparto con muchas caras conocidas, como por ejemplo: David Carradine, Jack Palance, John Carradine, L. Q. Jones, R. G. Armstrong, Alan Vint, Dane Clark, entre otros.

La película fue dirigida mediocremente por Alf Kjellin (1920-1988). El fue un director sueco que incluso colaboró en su país de nacimiento con los prestigiosos Ingmar Bergman, Erland Josephson, Vilgot Sjöman en El jardín del placer y Siska. Emigró a Estados Unidos donde realizó algunas películas como Midas Run, The McMasters, pero finalmente se asentó en la televisión como director de episodios de series populares tales como: Mannix, Hotel, Dynasty, Planet of the Apes, Barnaby Jones, The Walton, The Fantastic Journey, Gunsmoke, Little House on the Prairie, Columbo, Hawai 5-0. Alf habitualmente desempeñaba papeles secundarios como actor, siendo muy familiar para el público moderno como el comandante de paracaidista ruso en Estación Polar Zebra ó Ice Polar Station Zebra (1968). Calificación: 4.5/10. Este film es de un promedio ordinario tirando a bajo, siendo sólo para aficionados y incondicionales del Western.
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