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Ha nacido una estrella

Drama. Romance. Musical Norman Maine, un famoso actor adicto al alcohol, descubre a Esther, una joven con un gran talento para la canción, y decide impulsar su carrera cinematográfica. Ella triunfa y, pocos meses después, la pareja contrae matrimonio. Pero, a medida que el éxito de Esther aumenta, el de Norman declina y esa situación lo empuja a la autodestrucción. (FILMAFFINITY)
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Críticas 17
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
15 de diciembre de 2023
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A veces el cine clásico te hace volver a tener fe en el cine.

No esperaba demasiado de un musical de 1954 con doscientas adaptaciones y versiones, pero sí, «Ha nacido una estrella» vale mucho la pena.

Vale la pena, primero, por sus dos actores protagonistas. Dijo Groucho Marx que a Judy Garland le robaron el Oscar a mejor actriz y, a falta de ver a la ganadora de ese año, lo creo firmemente. Judy Garland te hace reír y te hace llorar, y te hace soñar con el amor verdadero, ese amor romántico hasta el extremo, preciosamente desesperado. Ella sabía amar, y sabía además lo que eran los problemas con el alcohol, y con la depresión y con el suicidio, y quizá por eso mismo la historia es tan auténtica y sentida.

Junto a Garland, tenemos a un James Mason espectacular, maravilloso en todo lo que hace y dice, y no dice y no hace, porque interpretar es esto: es mirar a un mar embravecido, es llorar en una cama, es esconder el rostro cargado de vergüenza, sufrir sin palabras, amar con un corazón pintado en la pared y admirar en silencio una voz que te canta. Lección magistral de Mason y su Norman Maine, un personaje para el recuerdo, increíble.

Los actores pueden interpretar así, también gracias al guion, un guion sólido, sencillo, directo. Como musical, no es que me guste mucho, solo un par de números resultan interesantes; mis favoritos, el que Esther le hace a Norman en casa, maravilloso, y el del hotel, que es solo una mujer que canta a su enamorado, y no puede ser más bonito. La química entre los actores es bestial, por cierto.

Sea como sea, la historia se desarrolla tal y como tiene que desarrollarse, con sensibilidad para mostrar problemas graves y conflictos humanos imperecederos como los sacrificios del amor o las heridas del fracaso. Un retrato de Hollywood y del mundo del espectáculo íntimo y sincero que va más allá de la figura del artista.

Bella, triste y romántica. Altamente recomendable.
Kaori
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9 de julio de 2023
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Todo el mundo sabe (y más ahora con la película biográfica de los últimos días de Judy), lo mal que estaba esta mujer. El marido por aquel entonces, encomendó a Cukor para hacer este remake. Él no quiso porque su película de 1932 se parecía demasiado, pero le atrajo dirigir a Judy, rodar en Technicolor y en Cinemascope. Aceptó.

Para le papel masculino, tenía que ser Cary Grant, que estuvieron juntos un día leyendo el guion, pero finalmente lo rechazó. Cukor se enfadó seriamente con Grant. Estuvieron buscando y tardaron, al final fue para James Mason.

La película tuvo problemas, ya que Judy Garland era problemática, con su estado de salud. Ya se le nota en la película algunas escenas, que ella tiene una cara un poco especial y que le pasaba algo en ese momento.

El 16 de julio de 2012 la vi por primera vez, y la crítica que escribí en su día, no la comparto mucho. Luego me explico. Curiosamente 7 de 12 usuarios les pareció útil: "Muy larga. ¿De verdad hacía falta un remake de esta película? Y aún peor, ¿hacía falta un segundo remake en 1976? ¿Y más espantado estoy al ver un tercer remake para este 2012 donde el director es Clint Eastwood e interpretada por Beyoncé? ¿Hola? ¿Tanto éxito tienen para esto? Yo la veo igual que la original, además, con todo mi pesar, veo a una Garland muy desmejorada, para nada se pretende creer a una chavala de veintipocos cuando aparenta casi 40 años (y eso que tenía 32 años en esos momentos). Muy larga y tediosa se me ha hecho, aunque las escenas musicales me han parecido lo mejor de la peli."

Le di 4 puntos en el 2012, pero vista hoy de nuevo, le subo a un 7. Los motivos son porque aunque sea un poco extensa, está muy bien equilibrada, y para ser una película de Cukor, hay mucho trabajo ahí detrás. El papel que hace Judy es esplendoroso, que estuvo nominada a ganar el Oscar, pero quizás algunas escenas no estaba a la altura tal como he comentado antes.

Realmente te hace emocionar Judy, y hay una cruda realidad que muestran, quizás no tan claro como tendría que ser, pero lo muestran.

Para acabar, una pequeña curiosidad, que me he dado cuenta al verla de nuevo. La parte final, que se ven en los ventanales el mar, hay un momento que la secuencia del mar se corta y repite, con lo que se ve el efecto especial de que el mar no está ahí, si no que es una proyección jajaja.

Y otra curiosidad, ahora es sobre mi propia crítica escrita en el 2012, donde por aquel entonces Clint Eastwood iba a hacer el remake con Beyoncé de protagonista... no pudo ser por el embarazo de ella y compromisos de Clint, y al final en el 2018 tenemos el remake de Bradley Cooper con Lady Gaga... cosas de la vida!
edugrn
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12 de junio de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay dos partes, la primera en tono de comedia narra el ascenso de la protagonista, y la segunda en tono dramático narra la caída del protagonista. La primera, especialmente los números musicales, resulta bastante casposina, al menos vista hoy en día. En ese aspecto (sólo en ese aspecto), la versión de Bradley Cooper de 2018 es claramente superior: las actuaciones musicales transmiten mucha más emoción y autenticidad, y aunque la historia es básicamente la misma y hay un cambio fatal, no resulta rompedor en el espíritu de la película.

Así pues, durante esa primera parte el espectador no aquejado de esnobismo pro-clásico, corre el riesgo de dejar de ver la película, y nadie podría reprochárselo. Pero sería una pena. Porque la segunda parte es tan buena, tan tremendamente buena, que borra la sensación de rechazo anterior, y la sustituye por la de haber presenciado algo maravilloso. Libre de feminismo, además, lo que hoy es difícil de ver y redobla su valía.
Lorentz
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7 de junio de 2022
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alegoría. Clara.
Dios es un alcohólico y desequilibrado sujeto, de poco vuelo tipejo, que para tratar de perpetuarse algo y dejar huella y como es infértil, estéril, tierra yerma, crea del barro de la nada una estrella, ella, pone en esa cosa nueva lo mejor de sí, un huevo, de la serpiente, que tampoco es (para) tanto, todo su talento, si lo hubiera de alguna manera, también algo de lo peor, mucho, la necesidad de reconocimiento vano banal, la dependencia de otro/de mi espejo, para nada, esa carga, la fragilidad.
Pero Dios no contaba con ello, con la irrefrenable envidia, malo progenitor, que siente le asalta por el éxito de su la criatura. Y se enrrita y, creo que, se mata. No soporta el reflejo que le devuelve, casi como Narciso.
Y en verdad, al otro lado, de la pantalla, y del Edén, el ser autodestructivo es la actriz que tiene como nombre Judy Garland, Dios es, de hecho, por tanto, la misma Judy Garland, que a su vez se crea a sí misma ex nihilo y se desdobla o triplica o cuadruplica, Dios, con todo lo ya dicho, en la realidad es o fue una drogadicta enganchada a todo tipo de pastillas que va o fue a todo correr dar directa a la tumba y es o fue una luminaria de jólivud sacrificada en el altar del dolor y el dólar, de vida acelerada, sin rumbo ninguno, y también es, por supuesto, Vicki Lester y, obviamente, James Mason, y, ahí ya me parece que se quintuplica, Norman Maine y no Mailer que igualmente se le conoce por otro nombre, por el que le cita el juez que le echa un buen rapapolvo, de sobra se lo merece, se sextuplica, ella, otra o la misma, a la que bautizaron y sus padres la tenían por Esther Blodgett.
Cómo ser Dios o Judy Garland o John Malkovich. El caso es ser, un rato. Aparentar, dejarse ver.
Melodrama pintarrajeado, ella canta bestia, bueno, y es maja, esa cara, Micky Mouse, la pobre. Él es más antipático y estirado, frío, elegante, sieso, siniestro, Lolita viejo. Un inglés en Norteamérica, haciéndolas.
Ella es una muñeca, extraña, una niña rara en el cuerpo de una mujer amena y justo al revés precisamente quizás y lo contrario, es la hija imposible, la que nunca tuvieron, de Marisol y el pequeño ruiseñor, su madre y su padre de los dos es ella, sí, de Joselito.
Y los otros dos actores son los clasicotes de toda la vida del señor, el de Arsénico por compasión y La gata sobre el tejado de zinc (ardiente), Carson, y el de aquella del Oeste con James Stewart, no en la que estaba pensando, esa es El hombre de Laramie con Donald Crisp, la de Bickford tiene que ser, a la fuerza ahorcan, creo que me refería, no soy doy una, la de los horizontes grandes, exacto, muchos padres malos o exagerados e hijos de espanto de sangre y buenos putativos, casi todos intercambiables, Arthur Kennedy, Burl Ives, Paul Newman, Daniel Craig y Hanks y Anthony Quinn Gunn Hill, Kirk Doulas y Holliman y Nicol un largo etcétera, Brando y Cazale y Duvall o hasta Cann, el rey lear.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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14 de abril de 2022
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como toda película que es un clásico, que es el caso de esta segunda versión de “Ha nacido una estrella”, es una tarea difícil intentar comprimir toda la información que la rodea: su preparación, su rodaje, su estreno, las injusticias cometidas por todos los sectores, los recortes inmerecidos que sufrió y su posterior paso hasta convertirse en leyenda, cosa que no ocurre hasta décadas después.

No sé qué opinión tendrá de la misma el usuario Beyoto, experto en cine y cualquier clase de musical que también escribe en FilmAffinity, pero expondré mi humilde punto de vista.

“Ha nacido una estrella”, insistimos, su segunda versión, y para mí la mejor con enorme diferencia, se le encomienda a George Cukor, que ya llevaba una dilatada carrera, casi cuarenta películas, y se trataba del primer musical que iba a dirigir su director, además de tratarse del primer film que firmaría que fuera en color y rodado con el innovador sistema Cinemascope.

La elección de Garland fue inmediata, sería un vehículo de lucimiento total para la estrella, tanto musical como dramático, pero el encontrar a su compañero para el papel de Norman Maine, fue otra cosa, pesando mucho que Cukor tenía fama de gran “director de actrices” por lo que sus parejas masculinas a veces se amedrentaban. La lista de actores propuestos, que no pudieron hacerlo bien por coincidir con otros compromisos o bien porque lo rechazaron (o incluso que fueron rechazados) fue extensa, casi una veintena de primeras figuras. Mencionaremos a algunos nada más: desde Laurence Olivier a Bogart, pasando por Fonda, Sinatra, Milland, Flynn o Brando, que fue quien, durante el rodaje de “Julio César”, el que le sugirió a Cukor, de manera algo chulesca, que seleccionara a Mason si buscaba a alguien para hacer de borracho.

Jack Warner, su productor, pretendía hacer un éxito taquillero pero sin confiar plenamente ni en el equipo ni en la película en sí. El presupuesto se fue disparando, los días de rodaje se iban alargando, los problemas de la depresión y adicciones con Garland se multiplicaron. Pasó de ser un rodaje medido y sin problemas a complicarse lentamente y a alargarse muchos meses.

Tras varios montajes, finalmente tenía una duración de tres horas y cuarto, Cukor la dejó en tres horas, que tras los primeros pases, Jack Warner, a pesar de los ruegos del director, parte del equipo y del productor Sidney Luft (marido de Garland), cortó media hora por lo sano, repercutiendo negativamente en su resultado.

La película en Estados Unidos no funcionó en taquilla como esperaba Jack Warner. De hecho James Mason triunfó ese año con “20.000 leguas de viaje submarino”, la segunda película más taquillera de ese año, ya que el número uno fue “Navidades blancas” y el tercer puesto fue para “La ventana indiscreta” con Grace Kelly, la que le arrebató injustamente el “Oscar” a Garland por su labor en “La angustia de vivir” y a la que, como muchos ya presentían, su carrera cinematográfica pronto iba a concluir. Estuvieron a punto de empatar y se convirtió en uno de los casos más difíciles para la Academia de Hollywood. Luego se supo que por solo seis votos de diferencia Garland perdió. De hecho se hizo famoso el telegrama que Groucho Marx le envió a Garland tras la ceremonia de los “Oscars”: “Es el mayor robo desde el Brink´s” , un atraco a un famoso banco ocurrido en 1950, que tardó en resolverse y tuvo mucha repercusión popular.

Aprovechamos el espacio del spoiler pero no reventamos nada.
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Maggie Smee
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