Citadel

He de admitir que vi esta película con pocas esperanzas, confirmado por los primeros minutos, que no me convencieron. Creía estar ante una película aburrida, pero poco a poco fue mejorando, hasta el punto que me ha dejado un muy buen sabor de boca.

Nos recuerda que no son necesarios grandes efectos especiales para hacer una buena película donde lo que debe primar es la historia que se cuenta. Y esta consigue, si no dar miedo, que te pongas por un momento en la piel del protagonista y que tengas una sensación de desasosiego.

Una grata sorpresa en el cine irlandés, donde la mayoría de películas que realizan son dramas o comedias (como el cine español, vaya). Es por tanto digno de elogiar que el director haya tenido valor para realizar este filme.

Resumiendo, tiene defectos, y muchos, pero sin embargo merece la pena su visionado.

El cine Irlandes no es muy propenso a manifestarse en en panorama fílmico internacional, suele andar absorbido por la maquinaria pesada del celuloide británico, por eso sorprende encontrar un título genuino de esa nacionalidad.
Que se mueva dentro del cine de terror, si es ya más comprensible, pese a su escaso formato comercial, "Citadel" puede conseguir mayor difusión si despierta a esa masa asidua al género, siempre fiel y bastante dispuesta a pasarlo mal.

El director y guionista Ciaran Foy, debuta tras la cámara con habilidad, demuestra suficientes tablas para ser primerizo, sabe apoyarse en un acertado trabajo de fotografía que potencia esa atmósfera opresora y asfixiante de la que el film hace gala, elemento este, que le pasa un poco factura en el resultado final, por esa sensación de vacio espacial que llega a provocar en el espectador, que llega algo exhausto al último fotograma.

En cualquier caso, el resultado final es positivo, el uso de zonas urbanas deprimidas es bastante útil para potenciar su argumento, quizá se pasa un poco con la paranoia de su protagonista, Tommy, - un Aunerin Barnard bastante flojito - pero compensa con el excelente trabajo de James Cosmo, uno de esos secundarios que todos conocemos gracias a sus papeles en cintas como "Bravehart" o "Trainspotting", su sacerdote, masivo y malhablado, se gana la simpatía del respetable a golpe de mala leche.

Para terminar, se recomienda su visionado en común, siempre se disfrutan más en grupo este tipo de apuestas, "Citadel" merece aprobar con cierta solvencia, parece justo posicionarse del lado del cine màs underground, siempre es una mayor fuente de originalidad frente a lo convencional, sus evidentes defectos quedan por debajo de sus virtudes.

¿Hay algo más puramente creado por el hombre que las ciudades? La historia de las ciudades es la historia de la sociedad. Pero, como todo lo que se crea, uno se siente orgulloso al mismo tiempo que tiene un cierto respeto a que su creación le consuma. Ya lo decía Estrabón: “Ciudad grande, soledad grande”

Ciaran Foy explora esta angustia urbana en su primer trabajo. Y es un trabajo que nos deja con un regusto amargo, al ir de más a menos a medida que pasan los minutos.

El título es muy adecuado: Citadel (Ciudadela, Baluarte) Pues el eje del mismo será un edificio antiguo que se nos presenta en la primera escena. Allí, Tommy (Soberbiamente interpretado por Aneurin Barnard, su papel de paranoico es lo mejor de la cinta) ve como unos niños encapuchados agreden a su mujer embarazada. Los médicos consiguen salvar al bebé, pero no a ella.

Tras ser víctima de una agresión, descubrimos que Tommy desarrolla agorafobia (miedo a los espacios abiertos) Y que, a diferencia de un agorafóbico normal, no se siente a salvo ni en su propia casa, pues siente que esa banda de niños vienen ahora a por su hija. Ni siquiera los cuidados y la preocupación de la enfermera Marie (Wunmi Mosaku) podrán sacarle el terror desaforado de encima. Como he dicho, la intepretación de Barnard merece un aparte, es capaz de transmitirnos todo su miedo. La ciudad, espacios vacíos, lúgubres, casas pobres, el clima contaminado, se nos muestra en su extensión más desoladora para contribuir a la sensación agorafóbica y de pánico.

Y entonces, cuando todo parecía encaminado a ser una buena obra de terror psicólogico, se empieza a volver delirante por momentos. Aparece un sacerdote loco que quiere quemar el edificio porque dice que la banda de niños no es humana. Los mismos niños se muestran como una especie de demonios. Del terror psicólogico pasamos a una extraña mezcla entre Mars Attack!, The Punisher y El sexto Sentido, pues con ayuda de uno de los niños fugados, Tommy debe acabar con todos los demonios derribando el edificio, su citadel particular.

Podría parecer que todo esto quiere ser una metáfora de cómo vencer el miedo y de la auto superación, pero la entrada de elementos demoníacos, sangre gratuita, escenas de pelea y demás trucos de terror fácil acaba con la gran primera parte de terror psicológico para convertirlo en un largometraje más. Uno que no se nos queda en la memoria y que nos deja con la sensación de decir aquella consabida frase: Lo que pudo ser y no fue.

Coproducción entre Irlanda y Reino Unido que es el primer largometraje del director de la reciente Eli (2019) y Sinister 2 (2015), y que esta protagonizada por Aneurin Barnard (Dunkerque, 2017) y el veterano James Cosmo (Juego de Tronos).

Tommy es testigo impotente de la agresión que una banda de niños encapuchados perpetran contra su mujer embarazada. El bebé logra sobrevivir, pero ella queda en coma. Tras esto, Tommy desarrolla una agorafobia aguda, y empieza a sospechar que los niños le están siguiendo. Un cura le advertirá de forma críptica que vigile sus espaldas, pues es muy posible que estos quieran arrebatarle también a su hija.

Película con una genial ambientación , apoyada mayormente por una gran elección a la hora de elegir localizaciones que aportan entidad propia al film y ayudan a crear la mitología de este. Citadel narra su historia de forma que parece un cuento de terror, en el que una buena parte de su escueto metraje de 84 minutos, juega al demasiado típico juego en el que no se sabe si los elementos perturbadores de la cinta pasan realmente o son producto de la imaginación del protagonista. La película encuentra un gran pilar en la interpretación de Aneurin Barnard, el cual realiza una muy buena labor que consigue sostener el film, sin desmerecer las buenas interpretaciones del resto de sus protagonistas.

Citadel resulta en una correcta ópera prima, que no cuenta una historia original aunque si tenga algo curioso en la forma de contarlo, y sin ser ninguna obra maestra si es una película que entretiene de principio a fin, siendo la mejor película de su director hasta la fecha.

Nota personal 6/10

Citadel es un filme terriblemente original, que convierte poco a poco lo que parece una historia de violencia adolescente en una trama posicionada fielmente al lado del terror y la fantasía. Divagar en forma de discursos morales tiene aquí muy poco sentido: los personajes terminan por enfrentarse a una amenaza e intentan acabar con ella. Eso es todo y aquí no caben tonterías socio-éticas, que para eso ya está la realidad.

Y ahora, la película en sí: una historia tensa, absorbente y bien contada; una fotografía incómoda, desasosegante, fundamentada en el extrarradio irlandés de interiores cutres y fríos y enormes espacios abiertos, pero deprimidos, ruinosos y vacíos. Éste es el mapa en el que se desarrollan las líneas maestras de una película que rebosa autenticidad.

Da miedo, genera incomodidad y su peculiar estética transmite muy bien la paranoia que por momentos vive el protagonista en su cabeza.

Totalmente recomendable y refrescante.