Jade

Después de reventar las taquillas de medio mundo con Instinto básico, el guionista Joe Eszterhas volvió a repetir la fórmula del éxito, sexo y violencia, con resultados desiguales. En Jade tenemos la típica historia de chantaje, sexo y violencia protagonizada por David Caruso años antes de triunfar con C.S.I. Miami en un papel similar. En esta ocasión interpreta a un ayudante del fiscal de San Francisco que investiga el asesinato de un importante hombre de negocios. Le da la réplica Linda Fiorentino, después de su alabado trabajo en La última seducción, interpretando a una femme fatal por la que los hombres pierden la cabeza. El reparto incluye un interesante plantel de secundarios como Chazz Palminteri, que en aquella época estaba bastante de moda, Michael Biehn, el ilustre Richard Crenna y la atractiva Angie Everhart.

William Friedkin se hizo cargo de la dirección aportando su especialidad en filmar secuencias de acción con una violenta escena de persecución de coches por las empinadas calles de San Francisco. Las escenas de sexo no son tan buenas como las de Instinto básico, quizá porque en aquella había más mujeres y Verhoeven manejaba mejor el erotismo de la historia. La única pega que el encuentro a esta entretenida película policíaca es su abrupto final, demasiado fácil.

Linda Fiorentino vuelve a recrear un personaje de mujer fatal que recuerda al de "La última seducción", en esta excelente historia de lujo, sexo, corrupción y violencia que firma el gran William Friedkin, quien pone su sello personal creando una espectacular persecución de coches, como ya hiciera en "The french conenction" y "Vivir y morir en L.A.".

Todos los actores están correctos en sus papeles, y uno de ellos es Michael Biehn, quien demostró en este filme que era capaz de interpretar otros papeles de mayor escala además del típico soldado bondadoso del futuro (Terminator, Aliens).

Muy buen guión de Joe Eszterhas.

Manido porque Esterzhas insiste, sin razón alguna, en la misma idea que funcionó en "Instinto Básico", si bien invirtiendo los términos en busca de otros efectos no del todo convincentes... Ahora resulta que el poli -el siempre pesadisimo David Caruso- es un buenazo al que se las pegan todas en el mismo carrillo, y que la viciosa de turno -papel que le va como anillo al dedo a la Fiorentino- termina por ser la víctima necesaria de sus tejemanejes multiorgásmicos.

Y estos giros en la trama, sumados a un desenlace argumental algo rocambolesco y poco creíble, estropean la cosa bastante porque al final el asunto toma cierto aire de sermón moralista tipo "el que mal anda..." que deja en el espectador exigente un retrosabor bastante amargo. A un guionista experimentado en estas lides como Esterzhas se le debe poner el listón alto y, de paso, exprimirle algo más la imaginación (que aparezca de nuevo el trasfondo de la psicología clínica para justificar el cotarro es de traca).

Por lo demás, se trata de una película de un señor de gran oficio como William Friedkin y que, por supuesto, se deja ver: muy bien realizada, bien montada, correcta y entretenida que tiene un par de momentos bastantes eficaces (véase, por ejemplo, la persecución automovilística de rigor). Lo mínimo exigible pero, y ese es el problema, nada más.

Me viene a la memoria la frase que Morgan Freeman pronuncia en la promoción de un documental del canal DiscoveryMax: ¿A quién no le gustan los misterios?. La película, como todas las del mismo tipo, saca provecho de este principio y plantea unas premisas que el guionista Joe Eszterhas ya cocinó en "Instinto Básico": comienza con un asesinato de un personaje conocido de la ciudad y lo mezcla con el ingrediente sexual, como propone de modo muy sugestivo el cartel del filme. Da la impresión de que Joe Eszterhas toma prestados algunos detalles de las novelas de Raymond Chandler, si en “Instinto Básico” utiliza el picahielos, arma homicida en la novela “La hermana pequeña”, en “Jade” me hace recordar aquella escena de “Sueño eterno” en la que Marlowe descubre en una casa con decoración oriental a una de las hermanas Sternwood drogada y desnuda y una cámara escondida en una estatua exótica.
El desarrollo de la historia de “Jade” es muy convencional, con las típicas persecuciones de coches, aburridas escenas de cama, y repetidísimos personajes de estas películas, no crea un clímax adecuado y repite muchos elementos de “Instinto Básico”, que no indico para que os regocigéis reconociéndolos. Como en las novelas de Agatha Christie casi todos los personajes podrían haber cometido el crimen, y juega del mismo modo hasta el final enseñando su última carta como el truco ya manido de un viejo tahur conocido. El aliciente del erotismo no es tanto aunque la señorita Linda Fiorentino en aquella época gastaba rasgos de mujer fatal y desprendía algo de sensualidad, pero no nos lleva a la temperatura de ebullición como hizo Paul Verhoeven con Sharon Stone.
En conjunto una película para pasar el rato y tratar de adivinar como Joe Eszterhas nos engañará de nuevo con sus ingredientes habituales. Muy floja, prescindible.

Sexo, corrupción y un ayudante del fiscal que es un hacha con el coche, persiguiendo al malo, seguramente William Friedkin se acordaba de las escenas de persecución de su afamada "French Connection", su primera y oscarizada película, y quiso repetir.

De todas formas, bien como entretenimiento, pero no ofrece mucho más, ni siquiera demasiada intriga. Eso sí, en el final quieren marear la perdiz y poner un poco de sal y pimienta, claramente insuficiente.