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31

Terror. Thriller Cinco personas son secuestradas en los días previos a Halloween y mantenidos como rehenes en un lugar llamado Murder World. Mientras están atrapados, deben jugar un juego violento llamado 31, donde la misión es sobrevivir 12 horas contra una pandilla de payasos malvados. (FILMAFFINITY)
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Críticas 29
Críticas ordenadas por utilidad
18 de septiembre de 2016
44 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de sorprender con "Los renegados del diablo" Rob Zombie prometía convertirse en el director referencia del cine de terror, pero viendo sus últimos trabajos, y sobretodo viendo "31" me queda claro que el señor Zombie ya solo hace cine para satisfacer a sus incondicionales, que los tiene y muchos. Aquí no hay miedo, no hay sustos, todo se reduce a cubos de sangre artificial y a presentar a unos payasos estrafalarios, desde un enano que habla con acento mexicano y tiene un bigotillo a lo Hitler, a dos descerebrados con motosierras o a un travesti vestido con un tutú y armado con un bate de beisbol. Parece que hacen falta dos asesinos en serie para matar a cada una de las cinco víctimas.

Me da la sensación que Rob zombie ha querido hacer un consciente autohomenaje a su cine anterior y un festivo y bizarro recordatorio del cine de terror de los setenta y le ha salido una involuntaria parodia de dicho cine. Los diálogos son ridículos y absurdos, cada dos minutos alguien dice "¡Jódete!" venga o no a cuento, todo sucede de forma aleatoria y precipitada. Los supuestos payasos asesinos dan grima en ocasiones, cuando las víctimas van matando a uno, el guión suelta al siguiente. Incluso la mujer del director, Sheri Moon, interpreta su papel sin ganas.

La película se estrenó en Sundance con muchísimas malas críticas, y que a día de hoy, tenga un 5.4 de nota media en la web, no sé si se debe a que la legión de fans del director han sido los primeros en votar, o a que las nuevas generaciones de cinéfilos se conforman con poco en el mundo del terror. No puede ser que estos asesinos de pacotilla reciban la misma nota que los de "Saw" "Halloween" o "Matanza en Texas" entre otras muchas.

Sé cuanto arriesgo con esta crítica negativa, y, aunque suelo eliminar mis críticas que no son bien valoradas (todos nos equivocamos, o vemos una película tras un mal día) con esta no pienso hacerlo, porque la película es mala, y no creo que esté destinada más que para los incondicionales del director.
Rufus T Firefly
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15 de diciembre de 2016
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que me gustan el gore y la serie B. También soy consciente de que de un director que se hace llamar Rob Zombie no pueden esperarse pelis del estilo de Woody Allen (incluso creo que Seagal es demasiado “soft” para él). Pero su última peli no me gustó.

A riesgo de ser linchado por sus incondicionales, voy a explayarme un poquitín más. La cinta realmente da lo que promete: payasos, motosierras, un enano hispano vestido de nazi… y sangre, mucha sangre.

Rob Zombie vuelve a sus inicios y abandona la experimentación hecha con “Lords of Salem” (2012) para retomar un tono más cercano a los slashers clásicos y a la serie B. Dicho de otro modo, el film mira de ser como “La casa de los 1000 cadáveres” (2003) o su secuela “Los renegados del diablo” (2005). Ahora bien, aunque esas primeras cintas tenían un guion lleno de clichés del género (creo que les llaman «homenajes»), te metían en una ambientación enfermiza, con un incremento de tensión y un humor negro muy adecuados, que las hacía muy disfrutables.

En el caso que nos ocupa, la ambientación enfermiza y la estética se mantienen…, pero todo lo demás falla. La cada vez más esquelética señora Zombie (Sheri Moon, la esposa del director) pulula con sus compañeros en un juego macabro y no demasiado entendible, perseguidos por psicópatas igual de tristes y desaprovechados, sin despertar interés de ningún tipo ni aportar nada de nuevo al género. Hasta el humor negro brilla por su ausencia.

Podría decirse que el film no tiene alma. Es un producto más que sus fans comprarán igualmente. Así lo demuestra, por ejemplo, su desenlace, que mira de ser tan salvaje como el de “Los renegados del diablo” y que finalmente parece más una mala parodia de esta.

Pese a mantener su estética e incluso una buena banda sonora, como es habitual en él, Rob Zombie se ha vuelto un mal imitador de sí mismo. Supongo que un mal día lo puede tener cualquiera.

Como pasaba en el Imperio Romano, mientras haya sangre, en Sitges gustará igualmente.

www.grushenko.cat
Xiclotró de partícules
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11 de octubre de 2016
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando Rob Zombie compartió los "concept art" del film, muchos nos frotamos las manos ante un material muy acorde con su idiosincrasia y vocación casi de autor. Lanzó una campaña de crowdfunding prometiendo volver a los modos de su obra mejor valorada, "Los renegados del diablo", gracias a cierta libertad creativa. Ante semejante tesitura tengo que admitir que Zombie decepciona por primera vez en su carrera. Todos los elementos para construir un buen producto estaban ahí, pero lamentablemente el resultado final adolece de cierta atonía e inconsistencia.

La intención del director es realizar un film con espíritu "Grindhouse", con una fotografía áspera, una iluminación estridente, freeze frames, encadenados retro y una música con sintetizadores que recuerdan poderosamente al Carpenter de "La niebla" y a Los Goblin de "Suspiria". Pero a diferencia de su anterior trabajo (la elegante "The lords of Salem") aquí recurre a la cámara a hombro para dar cierto aspecto de guerrilla que no le sienta del todo bien. En este sentido hay que hablar de la deslavazada edición (quizás consecuencia de los numerosos cortes de la MPAA para obtener la calificación R) y del abuso del denominado "shaky camera", lo cual impide apreciar la acción en las secuencias clave de violencia. Dos lastres inéditos en el cine de su director, siempre técnicamente impecable en sus propuestas. El guión tampoco es su fuerte pero hasta ahora salvaba más o menos sus trabajos, aquí es demasiado lineal y no desarrolla ningún personaje (nada sabemos de los protagonistas y sus némesis), se queda como en un esbozo de una idea prometedora. Tampoco creo que el hecho de haberla rodado con prisas en 20 días ayudara.

De todas formas, creo que el film tiene cosas interesantes que quedan en el tintero. La sociedad secreta liderada por Malcolm McDowell y Judy Geeson parece una especie de secta basada en los "Illuminati" (en una escena vemos el símbolo de la pirámide y el ojo). El abierto final genera diferentes lecturas e incluso cuestiona todo lo que hemos visto durante el metraje (con un excelente uso de la canción de Aerosmith "Dream On"). Y el personaje de Richard Brake es una especie de Joker esquizofrénico obsesionado con Nosferatu que odia a los payasos (sin duda uno de los mejores personajes de la filmografía del director). Lamentablemente este personaje y otros no están lo suficientemente desarrollados.

Su gran virtud es la coherencia que mantiene respecto a su filmografía (algunos dirán que ofrece más de lo mismo) y la madurez que ha alcanzado construyendo imágenes de una plasticidad embriagadora. El prólogo es un gran ejemplo, rodada en un crudo blanco y negro donde Doom-Head (un roba-escenas Richard Brake) ofrece un monólogo Tarantiniano frente a la cámara antes de despachar a una de sus víctimas. Zombie es un gran director de actores, y pese a tanto diálogo soez, consigue que Meg Foster (impagable con motosierra en ristre) o Malcolm McDowell brillen. El cupo de repescados marca de la casa incluye a Judy Geeson, Jane Carr, Tracey Walter, E.G. Daily y Lawrence Hilton-Jacobs, algunos de ellos repitiendo con el director.

El collage de referencias vuelve a ser una constante: Rob contruye su propio "Most Dangerous Game", con concomitancias de "La matanza de Texas", "The Rocky Horror Picture Show", "Las colinas tienen ojos", "La casa de los horrores", "Seizure" o "Perseguido". Incluso sus momentos más inspirados podrían ser las escenas descartadas de "Los renegados del diablo".

Como he apuntado, el ambigüo final para mi es un acierto absoluto, es una lástima que el resto (salvo el comentado prólogo) no esté al mismo nivel. De nuevo destellos de talento que no llegan a imperar. De todas formas, estamos ante un divertimento sin coartadas, un "midnight movie" que no pretende crear escuela sino hacer cómplice al espectador. Y a veces, las obras menores son las que mejor llegan al público. No ha sido mi caso, y pese a ser un devoto de Rob Zombie, para mi no cumple con las expectativas (que no eran pocas).
Sirope
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20 de septiembre de 2016
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde principios de esta nueva centuria el polifacético artista Rob Zombie (cuyo verdadero nombre es Robert Bartleh Cummings) ha probado suerte en el cine de terror con resultados muy dispares. De su filmografía, destacaría fundamentalmente: la sorprendente The Devil’s Rejects (película considerada casi unánimemente como su mejor obra, así lo considero también), la correcta revisión de la obra maestra de John Carpenter, Halloween (otro cantar fue el despropósito de la secuela), y la polémica y defenestrada The Lords of Salem, que a mí con cada visionado me parece más interesante y mejor.

31, la película que debía devolver al viejo rockero a sus polvorientos y sangrientos personajes de la América profunda en un viaje por el infierno, ha quedado en un pésimo y lisérgico paseo por zonas comunes, sin tensión, ni ritmo, ni terror, ni horror por ninguna parte.

31 es la historia de unos artistas ambulantes que son secuestrados por unos desconocidos mientras viajan de un pueblucho a otro por América y son obligados a jugar a un juego de supervivencia. Si transcurridas 12 horas son capaces de mantenerse con vida y no haber sido pasto de unos esquizoides y sanguinarios payasos, ganarán su libertad.

31, además de no contar con un sustrato (historia) mínimamente coherente y atractivo (el guión es una sucesión de idioteces porque sí), ni con personajes carismáticos (los payasos son una mezcla ridícula y grotesca de las muñecas Monster High), está impregnada por una estética cochambrosa y sucia, escenas donde falta visceralidad, sangre y mala hostia, y una realización de telefilm de segundo nivel (motivado, posiblemente, todo ello por una desidia alarmante por parte de su máximo responsable como consecuencia de no contar con apenas presupuesto), que dan como resultado una película lamentablemente vacía, sin alma y muy tediosa. Si a ello sumamos unos diálogos absurdos e irrisorios, unas actuaciones deficientes por parte de todo el reparto (aunque algunos payasos se llevan la palma) y la insoportable presencia de Sheri Moon Zombie, no hay duda que estamos ante la peor criatura de su autor.

El amor y pasión que siente Mr. Zombie por el género de terror está fuera de toda duda, y también su personal estilo grotesco, malsano, recargado y salvaje (hasta la fecha su mejor carta de presentación era esa estética Zombie que imprimía a cada una de sus obras), sin embrago, 31, su al parecer vuelta a los orígenes, se ha convertido en una insufrible, impostada y olvidable payasada.
Vagabundoespiritual
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14 de octubre de 2016
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La forma en que está rodada '31' no es creativa, pero lo flagrante es que está lejos de ser siquiera competente; en mi opinión, es la antítesis del rigor técnico. Entiendo que la nulidad argumental, el patetismo del guión, el feísmo deliberado y la extemporánea fijación por la cutrez son asunciones básicas del director, que desea operar con esos parámetros, pero no hay excusa a que, en las escenas de mayor intensidad, no haya ni un sólo plano rescatable; es más, apenas visible en una catarata de feos, toscos y descuidados zarandeos de cámara.

No me molestaría en reseñar estas pobrezas, pues son endémicas en una parte de la producción cinematográfica actual, si no hubiese visto señalado a Rob Zombie, en ocasiones, con la categoría de 'autor'. Creo que su relativa coherencia estilística, sus peculiares rasgos y su desaforado gusto por la violencia no bastan para hacer Cine, por suficientes que resulten para rodar películas.

Gracias.
Nuño
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