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Home Sweet Home

Terror Una joven pareja casada vuelve a casa de una cita nocturna para descubrir que se encuentran atrapados en su propio hogar junto a un metódico asesino. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
5 de mayo de 2013
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director David Morley (Mutants), ha querido ofrecer al público un nuevo icono del cine de terror en forma de asesino en serie muy completo, mascara, un buen arsenal, alguien de pocas palabras, mala leche y mucha presencia. Avanza lenta pero firmemente y nos cuenta todas sus manías y su método de trabajo tremendamente cuidadoso. Aun así estamos ante un film muy tópico, si algo piensas que pueda suceder, así será. No busca la sorpresa, sino el introducir al espectador en la vida de un asesino.

En propias palabras del director, nos confiesa que su debut al cine de habla inglesa es la respuesta a un encargo por parte de sus productores, y en ello vio una gran oportunidad de hacer algo diferente. Con un presupuesto reducido y en tan solo doce días de grabación, Morley lleva a cabo un ejercicio de sinceridad cuyo resultado es una película homenaje al cine slasher y sobre todo a Halloween, aunque a la vez muy alejada de esta.

Frank y Sara son una joven pareja que decide vivir lejos de la gran ciudad, con las ventajas e inconvenientes que eso conlleva, entre ellos el aislamiento total. Al volver a casa después de una noche romántica se encuentran una sorpresa nada agradable. La idílica velada se tornara en una batalla por sus vidas.

El guión del mismo director es muy lineal y totalmente previsible, aunque no exento de alguna agradable sorpresa para el público. Su ritmo es muy pausado en su parte inicial pero a medida que avanza el metraje este se hace más y más intenso hasta un final realmente resultón.

Las interpretaciones son bastante buenas, sobretodo Shaun Benson que aun estando oculto tras una máscara sabe transmitir en todo momento su estado de ánimo, cosa realmente meritoria. Pero si hablamos de interpretaciones no podemos dejar de mencionar la casa, la cual juega un papel muy importante en toda la película. La antagonista Meghan Heffern, que curiosamente es la victima también sabe transmitir toda la angustia e impotencia que el papel requiere, cosa que la convierte en toda una Scream Queen.

Contradiciendo las normas de los clásicos de este subgénero, decir que la casa no es sórdida ni mal iluminada, todo lo contrario, su luminosidad sorprende en cada escena. En lugar de buscar atrapar al público en el suspense constante jugando con luces y sombras expone toda la acción con todo lujo de detalles.

Home Sweet Home transmite una tensión total incluso cuando no sucede nada, lo que ocurre con bastante asiduidad. Es un film entretenido y que aguantará perfectamente todo tipo de público aficionado al género de terror. Pese a ser un slasher con todos sus topicazos tiene algo que la hace original.

http://www.terrorweekend.com/2013/05/home-sweet-home-review.html
TerrorWeekend
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15 de abril de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director y guionista David Morley (Mutants), utiliza en “Home,sweet home” todo un conjunto de referentes del cine clásico de “Home Invasion”, un subgénero ya por sí mismo creando una película limpia, transparente y dotada de una serie de virtudes que dejan a uno con la boca abierta tras su visionado. Construye una trama sencilla y muy espeluznante que esconde mucho más de lo que muestra y sobre todo un asesino, el malo de la cinta, que podría convertirse en todo un icono del género: silencioso, retorcido, obsesivo y malvado, con muchos recursos y pocas palabras y una máscara que le podría identificar durante décadas.
La película está estructurada narrativamente de forma diferente e innovadora. Arranca con una secuencia larga y absolutamente espeluznante en la que el villano enmascarado se introduce en la casa ajena. El espectador es testigo del arranque de la cámara en un travelling en principio torpe, que va recorriendo las estancias vacías hasta la puerta de entrada. Oímos un mensaje en el contestador. Un policía se pone en contacto con el matrimonio propietario de la casa para asegurarles que investigara la denuncia que la mujer ha puesto al descubrir que alguien la espía y acosa. El huésped no invitado hace entonces su aparición en escena. Tranquilamente sigue recorriendo la casa con el espectador, tranquilo, inmutable y seguro. Coloca en un armario su bolsa de viaje y se prepara para iniciar su ritual. Y es en ese momento en el que el espectador cómplice descubre que sus intenciones no van a ser nada buenas. Se encera el pelo para evitar dejar un mínimo rastro, se enfunda en un traje blanco de plástico y se coloca, de espaldas a cámara, la máscara. Una tétrica careta de teatro barroco puro reflejo de su frialdad y falta de escrúpulos. Con esta preparación ya se nos han dado más datos sobre el asesino que en la mayoría de cintas del género. Y sin palabras. El talento del actor aportando datos físicos a su personaje moviéndose sigiloso por la casa, en silencio como un mimo y permaneciendo durante la mayor parte del metraje en pantalla es desde ya ensalzable. Sabemos que no es la primera vez que hace lo que venga a hacer a la casa y sabemos que lo hace bien. Nuevo mensaje en el contestador. La madre de ella se ha quedado esa noche con el bebé del matrimonio y llama para decir que todo está bien. Ahora al espectador nos queda un mínimo retazo de esperanza. Puede que la cosa no sea tan brutal al fín y al cabo como esperábamos... Poco nos dura ese alivio.
Continuando con su peculiar estructura narrativa, contemplamos impotentes la llegada a casa del joven matrimonio. Frank y Sara. Son guapos y felices, y sabemos mucho de ellos gracias al pormenorizado recorrido que la cámara y el psicópata han hecho por toda la casa. A diferencia de la mayoría de cintas de terror-no todas, me viene a la cabeza Wolf Creek- durante la primera media hora no pasa nada decisivo en pantalla, apenas un par de frases entre el matrimonio. Al igual que en aquella pequeña obra maestra australiana, en el prólogo sólo conoceremos a los personajes, aunque en este caso la cosa es aún más retorcida, porque sabemos que más que personajes ya son víctimas cuidadosamente seleccionadas. Todo el concepto invasión de la casa es suficiente para hacernos temer por la pareja, que el director nos muestra como encantadores para que al echar la sal escueza un poco más.
Esta primera parte de la película demuestra un buen gusto y un saber hacer tremendos. Enfatiza cada toma y cada ángulo de cámara y la sensación de miedo se va generando poco a poco en el espectador de manera creciente y muy, muy inteligente. La mente viaja rápido y cada situación que se nos muestra en pantalla nos hace querer evitar su consecuencia. Esa consecuencia es a lo que el director dedica todo el segundo tramo de su película, con el mismo buen gusto pero de forma radicalmente contraria. Si en la primera parte el sigilo y la naturalidad de los personajes nos crea tensión, en la segunda, la violencia extrema, la tortura y la maldad desencadenada del asesino nos impacta y golpea por sorpresa. Entonces el ritmo, pausado hasta ahora, se torna más y más rápido e intenso en su camino hasta un gran final.
A diferencia de lo que suele ocurrir en muchas películas de terror, Home sweeet home, está perfectamente iluminada y el espectador puede ver con claridad todo lo que está sucediendo en el interior de esa casa que lejos de ser gótica, tétrica y oscura es un catálogo en vivo de Ikea y es que no se puede negar que la casa es otro personaje principal en la cinta.
Las fabulosas actuaciones del reparto formado por tres personas sólamente es una de las espectaculares bazas de la película.
Gran parte de la trama se centra en la obsesión del psicópata con la mujer, dejando al marido en un segundo plano, y los actores clavan perfectamente esas relaciones. Shaun Benson, en su papel prácticamente silencioso resulta espeluznante como invasor, mientras que Meghan Heffern es un prodigio de naturalidad en su rol de esposa aterrorizada y candidata a próxima Scream Queen merecida, pues el espectador puede sentir incluso, el terror de la mujer en su intento por salvar su vida. Y es que la tensión extrema que transmite la cinta hasta cuando no está sucediendo nada en pantalla es digno de mención.
Muchas son pues las virtudes de la película. Con un reducido presupuesto, tres actores y doce días de rodaje, el director crea una obra maestra a caballo entre el slasher y la tortura, homenaje a los grandes clásicos a cuya altura, en mi opinión, está más que de sobra. A lo largo de la cinta son muchas las cuestiones que van surgiendo y que, acostumbrados como estamos, no esperamos se nos resuelvan, pero en un ejercicio de inteligencia, el final esclarecedor, sorprendente aunque en cierto modo esperable, no deja cabo suelto.
Demuestra que a veces, una idea básica se puede convertir en una película de terror única e imprescindible.
SIGUE EN SPOILER. MUCHO MÁS EN NIDODECUERVOS
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
javieritos
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13 de agosto de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
División de opiniones para esta película, que gustó a muchos y a otros en el Festival Fant de Bilbao donde la vi. Yo me encuentro en medio, más o menos.
Lenta en su ritmo, con buenos detalles, pero poco terror, cuando se supone que quiere aterrar al espectador tanto como a los dos sufridos protagonistas, este film, en ocasiones, me aburrió un tanto, salí de lo que veía al no interesarme demasiado.
Es un trabajo muy personal de su joven director, que merece, indudablemente, respeto, pero que a mí no me convenció.

http://filmsencajatonta.blogspot.com.es/
Constancio
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12 de septiembre de 2017
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David Morlet conocido por «Mutants» u «Organik» se pone tras las cámaras y guion de «Dulce hogar dulce», una película sobre un hombre que llega a una casa y comienza a prepararla para cuando lleguen sus dueños originales de los que no sabemos el destino que les espera. La que tiene más protagonismo es la chica que es interpretada por Meghan Heffern conocida por «American pie - fraternidad beta» o «The shrine».

Se trata de una típica película de terror del género «home invasion» cuyo peor aspecto mata la película totalmente y es que la mujer tiene las actitudes más estúpidas para sobrevivir a una invasión de hogar que jamás haya visto. No voy a contar nada ni siquiera en el espoiler pero vaya tela. Lo demás está bien si te gusta el género así que solo te animo a que la veas.

Las actuaciones cumplen más que bien sobre todo el asesino que es bastante imponente él de lo grande que es.

No tiene metascore ni tomatá pero tampoco quiere decir que la película sea mala es simplemente que no ha tenido tanta difusión como otras. Además es canadiense y me da la impresión que hacen buenas películas de terror allá. Lo único que mata la película es la actitud de la mujer y que se ve reflejada en mi nota con un cinco.
tipar
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12 de septiembre de 2020
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David Morlet es un director francés que inicio su carrera en el cine con una película de terror zombi que a mí al menos me gustó por su trato del tema de infectados y originalidad.
Nos encontramos ante una película de asesino en serie muy seria. Al principio veremos como el asesino se prepara el terreno muy lentamente para asesinar a sus víctimas. Quizás esta sea la mejor parte o digamos que es la parte que se saltan todos los directores y directamente pasan a la acción. Conoceremos los metódicos pasos del asesino en los primeros 20 minutos, luego entraran en juego la pareja y conoceremos un poco a ellos, cuando solo quede unos 40 minutos de metraje empezara la acción, eso sí, una acción muy acorde con lo visto al principio, la acción justa para crear un poco de tensión.

La película quiere ser real y no quiere convertir a la actriz principal en ninguna heroína como ocurre casi siempre, en ese aspecto la verdad es que es real, pero las cosas que hace la protagonista no tienen mucho sentido.

Con un bajo presupuesto David Morlet consigue hacer una película de asesino en serie, curioso pero no satisfactorio, una buena idea que se queda a medias. Para mi muy lenta, con una protagonista sosa y con un giro final que salva a la película.
Melonaffinity
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