Crimen para recién casados

Antonio (Fernando Fernán Gómez), un periodista de sucesos siempre en busca de la soñada exclusiva, tras casarse con Elisa (Concha Velasco) se dirige junto a esta a pasar la luna de miel a la Costa Brava, mostrándonos a él como un tipo ojo avizor a cuanto le rodea y a ella pelín contrariada ante las molestias que tales circunstancias provocan en el matrimonio.
Tras llegar al hotel y ante la aparente muerte de un joyero de forma harto sospechosa en la que están complicados un estafador sudamericano y su siniestro chofer, tenemos al matrimonio investigando el asesinato, primero el dando salida a su naturaleza inquisitiva y luego ella, que ante las ínfulas de investigador del marido decide darle una lección y dedicarse a modo de detective cañí a resolver por su cuenta el caso.
A partir de aquí y con el matrimonio dedicado a tiempo completo al esclarecimiento del caso, tenemos una entretenida película escrita por Vicente Coello, (realmente impresionante la cantidad y en algunos casos excelente calidad de las películas de referencia en las que ha estado implicada la pluma de este hombre , “Atraco a las tres 1962”, “Maribel y la extraña familia 1960”, “Los ladrones somos gente honrada 1956”, entre muchas otras) y dirigida por el buen y ecléctico artesano Pedro L. Ramírez, película que además de resultar entretenida e interesante en cuanto al desarrollo de la trama detectivesca y de estar continuamente salpicada de divertidas escenas y diálogos (parece ser que Alfonso Paso colaboro en ellos), resulta un atractivo fresco histórico para los interesados en ver cómo era la Barcelona y Costa Brava gerundense de la época y te hace pasar un rato verdaderamente entretenido.

La trama de esta película quizá no llame mucho la atención, pero en mi opinión, el desarrollo de la historia es excelente. Los diálogos son muy dinámicos y llenos de humor y tiene algunos puntos muy buenos, es una película para reírse y pasar un buen rato, y yo creo que eso lo consigue con creces.

MUy buena, sí señor. Con toques de humor y de suspense, y con una guapísima "Conchita" Velasco (¿quizás con distinta voz?), he pasado una hora y media muy entretenida, desde el principio hasta el final. Ni un sólo segundo de desperdicio de todo el metraje. Hay que ver que ya no se hacen películas como las de antes...

Película de agradable visión que se diría en una crónica de sociedad del Abc o el Hola cuando hablaba de temas serios... La pareja Fernán Gómez Concha Velasco funciona muy bien como grandes actores que son y no puede ser de otra manera ,llegaron a hacer hasta 5 pelis juntos. Pedro Luis Ramirez director de la genial los ladrones somos gente honrada en la dirección está magistral y si a ello unimos el guión de Vicente Coello guionista de las mejores películas de Martínez Soria y Alfredo Landa la cosa difícilmente puede fallar. Todo ello basado en una obra de Alfonso Paso,o sea la cuadratura del círculo. Y no falla pero claro no todo puede ser genial y algo le falta quizás en la trama para llegar a la anteriormente citada. Como se ha dicho en alguna critica es maravilloso recordar aquella Barcelona de los 50 tan moderna. Sus coloridos taxis, el tranvía ya olvidado, sus simpáticos mafiosos como los de la película, su estatua de Colón y su Rambla de las flores y sus muñequitas flamencas que el nacionalismo quitó por ser demasiado españolas. Nuestra pareja protagonista marcha a la Costa Brava en concreto a Bagur un lugar idílico donde los haya de viaje de novios. La trama es sobre un redactor sagaz que llega allá dónde la policía no es capaz y ayudado por su mujer puesto que es su viaje de bodas se va enredando y sale algo muy bien escrito y muy decente. Pero lo dicho lo mejor la recreación de aquélla gloriosa época de nuestro país España. Como se dice en una critica anterior a Conchita la doblan al parecer lo cuál es un sacrilegio que debiera haberse pagado con un purgatorio y un infierno en vida a quién se le hubiera ocurrido tan siniestra idea . Guapísima Concha Velasco. Gran cine español la verdad.

Sobre la base de un argumento de Alfonso Paso, Vicente Coello escribe un excelente guion. La química entre los personajes protagonistas hace el resto. Su profesionalidad es extraordinaria, sin desmerecer los secundarios. La gracia de Fernando Fernán Gómez está en que es cómico sin pretender demostrar que quiere serlo. Sesenta años después la cinta ha ganado en interés por el ambiente de la época en que se rodó y los escenarios de la Costa Brava catalana y de Barcelona, tal cómo estaban entonces, aparte de la juventud de los intérpretes principales, al inicio de sus largas y fructíferas trayectorias profesionales.