Semáforo rojo (Cani arrabbiati)

Una vez más, Bava, vuelve a dar lo mejor de si, a pesar de que ya no necesitaba probarle nada a nadie, y que era un director consolidado, decide hacer una historia completamente diferente a las que venia realizando, ya que Semaforo Rojo, no es una película de terror sobrenatural, ni gótico, ni siquiera se puede considerar un giallo, es una road movie, pero mucho más cuidada en todos los aspecto que la mayoría de las mismas, acá no se ensalza en ningún momento a los criminales, al contrario, se tiene una mirada casi naturalista del comportamiento criminal.
Los diálogos son lo justos y necesarios para cada una de las situaciones, los actores están acorde con sus personajes, y hacen sentir ese agobio y terror, pero el terror más real que pueden sentir 2 personas al ser secuestradas y obligadas a viajar durante horas con 3 sociopatas.
Reconozco que los giros que da la película, sobre todo el último, es realmente sorprendente.
por ciertos detalles, no le doy más puntaje, pero merece ser tenida en cuenta, como una gran obra de Bava, que ya al final de su carrera, en vez de hacer lo que la mayoría de los directores, o sea copiarse de si mismos, y de cierta forma refritar las mismas historias que habían hecho en su juventud, Bava al contrario, sale de su zona de confort, y vuelve a dar cátedra de lo que es el saber hacer, y el brindar entretenimiento de calidad.

Notable película del maestro Bava, un tremendo ejercicio de genialidad cinematográfica, un film con una dureza implacable y no apta a todos los paladares.

Bava juega con el espectador, hace de el lo que quiere y lo lleva hasta las últimas consecuencias,
creando un mosaico de personajes variopintos, todo ello en un escenario único y de una violencia extrema, donde se manifiesta de forma clara la maldad inherente del hombre, que nuevamente es capaz de llevar a cometer los actos más depravados y humillantes sin inmutarse lo más mínimo.

Toda la acción transcurre en un ambiente marcadamente claustrofóbico, donde los personajes en continua tensión psicológica deberán hacer uso de la frialdad y templanza mental para poder soportar la continua humillación a la que serán sometidos.

Con un continuo juego de violencia, Bava nos conduce hasta el final, ese final perturbador, que deja "knock-out" al más pintado, digno de estar entre los mejores, una autentica explosión cinematográfica que sorprende por su maestría en el juego del engaño y la manipulación, pero que ante tal maravilla solo puedes admitir la majestuosidad de los hechos, un impecable y espectacular final que pone a cada uno en su sitio, demostrando así que la vida es puro teatro...

Absolutamente recomendable.

"Cani arrabbiati", una de las últimas películas dirigidas por Bava, es una obra con una gestación y una historia complicadas. Según comentó Lamberto Bava -cineasta hijo de Mario Bava, y acreditado como ayudante de dirección en los títulos de crédito de este film, de hecho, parece que dirigió unos cuantos planos del mismo- en alguna entrevista que leí, el rodaje de esta película se vio perjudicado por problemas económicos. Pasados los años, Lamberto Bava se encargó de terminarla, de darle un acabado, y fue así como poco a poco este film fue conocido, y hasta apreciado por algunos; de hecho, Quentin Tarantino la reconoce como influencia para su "Reservoir Dogs" (1992). El título de la edición en DVD que he visto, "Semáforo rojo", debe ser relativamente reciente, y, la verdad, prefiero llamar a esta obra "Cani arrabbiati", es más justo.

Yo he visto muy poco cine dirigido por Mario Bava, y eso tal vez hace que vea esta película de manera más desprejuiciada. No es terror, no es "giallo" -género tan de moda en el cine italiano de los años 70- y sí es una "road movie" con criminales y secuestro que, pese a que parece basarse en modelos situados en el cine de Hollywood, es muy italiana, y una historia muy sólida, pues mantiene el interés hasta el final, un final sorprendente que no voy a revelar aquí, por supuesto. Si se le puede reprochar algo a la película es su tremendismo, su afición a dar a las situaciones vueltas de tuerca más o menos sórdidas, desagradables, o incluso macabras. También es una película muy violenta, y muy anclada en la realidad, en un realismo con una intención casi documental. Habría que saber si hay más "thrillers" así en el cine italiano de su época, pero sospecho que no; eso, y el tono crispado y tenso de la historia, así como las buenas interpretaciones del reparto, la singularizan notablemente.

Para mí es una obra muy recomendable, que revela a un gran director, aunque no sea exactamente el Mario Bava ensalzado o reconocido por la mayoría de la crítica y la historiografía. Tal vez porque lo que buscan -y encuentran, claro- algunos críticos e historiadores son filmografías coherentes, homogéneas, con un estilo definido o una "autoría" clara, pero no excepciones, ni obras que se salgan de la norma previamente establecida.

Entiendo a los que vean la película y vean en ella una gran película. Mantiene en tensión en todo momento, tiene acción, momento tórridos y un final “impactante”. Pero a mi me ha dejado a medias.

No puedo olvidar que su director es el maestro Bava y su puesta en escena suele estar estilizada. Es cierto que con el tiempo y con sus últimos trabajos su toque se fue convirtiendo algo más chabacano. Bahia de Sangre me parece el ejemplo más atroz con continuos zooms. Quiero pensar que los presupuestos eran tan bajos que le obligaban a utilizar técnicas más económicas. Con Semáforo Rojo los zooms casi desaparecen y no resultan tan chirriantes pero esa mano maestra no surge. Planos muy cerrados logran su objetivo principal, crear la angustia de las víctimas pero termina siendo reiterativo y monótono al igual que el guion. La magia desaparece.

Cuatro tipos dan un golpe comando al tesorero de una fábrica, y se roban un montón de plata. Durante toda la película, escapan con el botín, secuestrando automovilistas, y cargándose a policías. El escape es frenético, atrapante e impredecible.

Sin embargo, hay algo más que acción bien narrada. Parece humor negro pero sin humor, sólo negrura. Tiene un tono pesimista y algo retorcidillo. Una atmósfera cargada de violencia que deja un sabor agridulce, y que se paladea desde la primer secuencia (en la que el tesorero robado no quiere soltar la guita, a pesar de las balas y los muertos alrededor), hasta la última (que confirma el tono antipático del film).

En fin, que es entretenimiento certero para tipos duros. Sin concesiones ni simpatías para bien pensantes. Sin minutos al pedo. Y además, es una especie de road movie, muy pero muy bien filmada.

Ideal para verla con tu viejo. No es casualidad que la hayan dirigido padre e hijo.