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Okko, el hostal y sus fantasmas

Animación. Fantástico. Drama Tras perder a sus padres en un accidente, Okko empieza a vivir en el campo con su abuela que lleva una posada japonesa tradicional. Mientras se prepara para ser la propietaria de la posada, empezará a ver fantasmas amistosos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
20 de noviembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante el reboot de la serie " Waka Okami Shogakusei", la cual es llevada a película bajo la mano de Kitaro Kosaka. En cuanto a su trama, se centra en la historia de Okko, quien tras el fallecimiento de sus padres en un accidente de coche, se irá a vivir con su abuela materna y la va ayudar a atender la posada familiar.

Respecto a los puntos positivos se encuentra su buena animación, estando bajo el estudio Madhouse, siendo conocido por sus grandes trabajos, en la que encontramos otras obras como " Hellsing Ultimate" o "Perfect Blue". También cabe mencionar que a pesar de contar con una historia simple y que se ha podido ver muchas veces más en el cine, esto no hace que resulte aburrida, sino todo lo contrario, contándonos una buena historia de maduración.

A destacar es que cuenta con una gran variedad de personajes que van a pasar por la posada, los cuales van a ir cada uno aportando una ayuda para el crecimiento de nuestra protagonista. Por último,dispone de una serie de buenos valores para los más pequeños, como la responsabilidad de hacerse cargo de un trabajo al igual que la superación de afrontar los problemas.

Por lo que a pesar de que pueda ser un poco infantil en algunos momentos, eso no quita que resulte entretenida tanto para pequeños como para adultos, siendo una obra recomendable. Saludos y gracias por leer mi crítica.
pedro20
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10 de mayo de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Okko, el hostal y sus fantasmas” es una película de animación japonesa que se basa en una serie de novelas infantiles de éxito en el país nipón que fueron ya anteriormente adaptadas como serie de animación. Dirigida al público más infantil pero con elementos en los que los adultos nos podemos ver claramente reflejados, la película narra el proceso de duelo de Okko, que al perder a sus padres es acogida en el negocio de su abuela donde trabajará para mantenerse ocupada y para ayudar al negocio familiar. La obra pone especial énfasis en una animación tradicional de colores vivos que utiliza en momentos puntuales animaciones a ordenador y una banda sonora que remarca los momentos optimistas o los más emotivos. Sentimental, cargada de vitalidad y aderezada con puntuales escenas melodramáticas, la película consigue encandilar y mezcla la moralina típica de las obras de animación occidentales con otros mensajes que no acaban de convencer debido al choque cultural entre la mentalidad japonesa y la nuestra.

Más críticas de cine y series (y algún que otro monigote): https://unhombresinpiedad.com
Un hombre sin piedad
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31 de mayo de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de animación actual nos ofrece unas propuestas de calidad, en su mayoría procedentes de Europa y Asia, y uno de los ejemplos es este anime japonés, que está basado en una novela infantil que vendió más de 3 millones de copias en Japón, en una serie de libros escritos por Hiroko Reijo y Asami entre 2003 y 2013, y que al mismo tiempo fue un gran éxito en su país, logrando estar 19 semanas en la cartelera japonesa. La película se presentó en el pasado festival de cine de Annecy, y formó parte de la lista de 25 películas precandidatas al Óscar 2019 en la categoría de largometraje de animación. Ha sido la triunfadora de los premios del cine japonés 2019, lo que es un éxito teniendo en cuenta el nivel de las producciones niponas del género.
La propuesta puede gustar tanto al público infantil como al adulto, y no se engloba dentro de los animes dirigidos al público adolescente, que en general no me gustan, sino que cuenta una historia original y diferente, bastante cercana al cine del genio Miyazaki, y que es divertida, emotiva, con unos personajes identificables.

La película no podía tener un mejor comienzo con un prólogo sorprendente, y que tiene como protagonista a una niña llamada Okko, que tiene que asumir un cambio traumático en su vida, buscando nuevos amigos y adaptándose a ese pequeño hostal familiar en Hananoyu propiedad de su abuela Mineko, una localidad al borde de la montaña en donde la gente acude para relajarse en las aguas termales del Spa y que anualmente celebra una fiesta de disfraces y culto a los dioses. La historia mantiene el tono de alegría dentro de un trasfondo dramático, y al mismo tiempo incluye casi desde el principio unos elementos de ficción, con la presencia de fantasmas, que son muy diferentes entre sí, y que son los responsables de las situaciones más divertidas.
Hay varios giros sorprendentes, sobre todo en la segunda mitad, y además cuenta con una banda sonora brillante compuesta por Keiichi Suzuki, que es no de los responsables de animar el relato. Con el paso de los minutos van apareciendo más personajes, en algunos casos tienen una breve aparición, pero siempre aportan algo importante a la trama.

Otro de los aspectos positivos del relato es la calidad técnica de la animación, que recuerda a ese cine de animación clásico, en especial a las películas del maestro de Ghibli ya retirado y citado anteriormente, y no tanto a otros animes modernos. Ese parecido visual y narrativo de este proyecto con alguno del popular estudio japonés puede deberse a que el director Kitarô Kôsaka trabajó para Ghibli en varios proyectos como mano derecha de Miyazaki, entre otras en la oscarizada "El viaje de Chihiro ( 2001 )". El principal punto negativo son las canciones que suenan durante la película, que no me convencen, ya que la sí me gusta la que suena en los títulos de crédito finales.
Una película que es fácil de recomendar, y que es ideal para que las familias acudan al cine para disfrutar con los más pequeños, ya que es emotiva, entrañable, divertida e instructiva.

LO MEJOR: El guion y los giros sorprendentes. Es fácil coger cariño a los personajes, tanto la protagonista como los secundarios.
LO PEOR: Las canciones, excepto la de los títulos de crédito finales.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
WILLY74
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11 de mayo de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de empezar su carrera como cineasta, Kitarô Kôsaka trabajó en el departamento de animación del Studio Ghibli junto al director Hayao Miyazaki en la animación de películas como Castillo en el cielo, Princesa Mononoke, Ponyo en el acantilado o incluso la nominada al Óscar El viento se levanta. Es probable que por todo ello la influencia de Miyazaki, se atisbe ligeramente en Okko, el hostal y sus fantasmas, adaptación cinematográfica de una novela infantil escrita por Hiroko Reijo.

En Okko, el hostal y sus fantasmas, Kôsaka narra la historia de una adolescente que debe ir a vivir con su abuela en la posada que esta dirige, allí Okko, empezará a tener experiencias sobrenaturales al poder ver y hablar con varios fantasmas de niños que viven en dicho lugar. Todo esto es el preámbulo para desarrollar una historia sobre la amistad, el dolor de la pérdida, el crecimiento personal y las raíces culturales. No es una obra de gran calado pero tiene un desarrollo entretenido y agradable logrando equilibrar el drama y la comedia, además, cuenta con un diseño de personajes y animación bastante correcto.

En definitiva, Okko, el hostal y sus fantasmas es disfrutable y, a pesar de estar dirigida principalmente al público infantil puede gustar también a los adultos.

Más reseñas de películas y series en cachecine.blogspot.com

@CineAmateur
Mayra Meza
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13 de noviembre de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Okko, el hostal y sus fantasmas" es uno de los dos proyectos desarrollados paralelamente (el que nos ocupa y una serie de televisión de episodios cortos), adaptando las novelas infantiles del mismo nombre, sobre una niña que llega al hostal de su familia tras perder a sus padres en un accidente de coche. Dirigida por Kitarô Kôsaka, colaborador habitual de Studio Ghibli y Madhouse, es además su primer largometraje como director, aunque su amplia experiencia en el medio como animador, además de sus trabajos anteriores dirigiendo los dos mediometrajes de Nasu, compensan más que de sobra su poca costumbre con el formato.

La que nos ocupa por tanto es una cinta cuyo eje central está en la muerte, como punto de partida, y trata explícitamente el dolor de la pérdida y la superación. Pero creo que sería un error decir que va únicamente de eso, y el arco emocional de Okko ocupa más aspectos. Es también una historia de crecimiento, sobre la adaptación a un nuevo entorno y a una nueva situación personal, que enraiza en valores familiares y en una puesta en valor del esfuerzo y la voluntad. Pero aparte de todo esto es una película lenta, observadora, que se encanta y se desvía y que no necesariamente pretende avanzar en una dirección en cada escena, y que pretende más bien captar las complejidades de un estado emocional pasajero.

Que lo logre, más o menos bien, es otra cuestión. Personalmente veo a "Okko, el hostal y sus fantasmas" como una versión digna de un tipo de narración que suele gustarme e interesarme mucho, pero no como una de sus mejores. La comparación con los filmes de Ghibli es inevitable, en particular en su rama más costumbrista; también con otras obras centradas en la infancia y que también tratan la pérdida, como la excelente "Mai Mai Miracle" de Sunao Katabuchi; y en general con el subgénero del ‹iyashikei›, con el que comparte ritmo y enfoque estético. Frente a referentes como éstos, la película que nos ocupa es… cumplidora y olvidable. No molesta en absoluto, se ve con mucho agrado, pero no logra calar a un nivel más profundo, y sobre todo no consigue captar lo que hace tan especiales a las obras más notables de su género.

En gran parte el problema de esta cinta es lo irregular que es el perfilado de los personajes. Siguiendo en varios casos clichés bastante vistos (un punto y aparte es Matsuki y sus constantes y fallidos toques cómicos), no carece de momentos de extrema lucidez, como por ejemplo la catarsis final o todas las escenas del viaje a la ciudad, desde el montaje musical en el supermercado hasta la muy intensa secuencia del ataque de ansiedad que sufre Okko. El problema es que son eso, momentos, en una película que ocupa demasiado tiempo en, por ejemplo, secuencias cómicas con los fantasmas que ve la protagonista y que no funcionan del todo bien, o que en los momentos emotivos a veces se siente a medio camino entre eficaz e insegura y torpe.

Puede que lo que más me frustre es que lo que veo me resulta muy atractivo a nivel conceptual, y me gusta en especial la forma en la que está reflejado el duelo en su protagonista, como algo que permanece de fondo, como si aún no se hubiese bajado de la nube o asimilado lo que ocurrió, pero que sin darse cuenta le afecta y le hace daño. En ese sentido, sí me gusta y bastante cómo, en cierto modo, deja de lado la muerte de sus padres como motivación emocional y la convierte en un factor que nunca deja de estar ahí aunque no se perciba de frente. Y como digo es algo que me frustra porque esa idea de la muerte y la pérdida como algo latente me parecen muy interesantes y particularmente desde un punto de vista infantil, pero en cierto modo siento que la obra no está haciendo el esfuerzo suficiente para consolidar esa sensación más allá de momentos de empatía puntuales.

A nivel de puesta en escena, por otro lado, es prácticamente irreprochable. Un dibujo con diseños amables sin dejar de tener una cierta personalidad, un notable uso del color y una animación y composición eficientes conforman una buena factura visual, acompañada de una banda sonora agradable y con piezas bien adaptadas a cada momento. Sí hay un par de momentos en los que su énfasis estético peca de exceso y de brusquedad, pero en general es un enfoque adecuado a la narrativa más bien tranquila por lo general que se propone.

En general, debo decir que "Okko, el hostal y sus fantasmas" me gusta y me parece agradable, y la recomendaría sin duda. Como cuento sobre la infancia y la pérdida, y como reflejo y artefacto de su cultura y la forma de enfrentarse a ciertos temas, ambas perspectivas lo suficientemente interesantes y por las que merece la pena ver esta cinta, pese a que no estén reflejadas aquí de una forma particularmente lúcida o que merezca la pena recordar más allá de un visionado amable e inocuo con pequeños picos notables de calidad.

Texto escrito para Cine Maldito.
Ghibliano
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