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Sillas de montar calientes

Comedia. Western El avaricioso gobernador Lepetomane (Mel Brooks) y su malvado ayudante Hedley Lamarr quieren que los habitantes de Rock Ridge abandonen la ciudad, para vender los terrenos a una compañía de ferrocarril. Para facilitar sus maquiavélicos planes, nombran sheriff a Bart, un negro condenado a la horca, para que fomente el desorden y la anarquía en la ciudad... (FILMAFFINITY)
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Críticas 13
Críticas ordenadas por utilidad
5 de mayo de 2006
26 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si algún día deciden rebautizar la expresión "paja mental", yo propondría el título de esta película.

Mel Brooks es un tipo con un sentido del humor bastante cercano a lo mordaz sin sal gruesa,y a lo satírico sin sutileza.

En esta hilarante, paranoica y original cinta, Brooks a su vez nos habla de temas como los prejuicios raciales, sexuales y de clases, de una incipiente sociedad americana de 1856 a 1876, repasando a la vez que haciendo una crítica ácida hacia el género del western tradicional.

Gobernadores incompetentes (genial el propio Brooks), fiscales corruptos, capataces sin escrúpulos, pueblo pusilánime y sin identidad propia (todos se apellidan Johnson), y un héroe anónimo (Cleavon Little) representando con hilaridad al colectivo marginado y marginal de los negros al frente de la ciudadanía pusilánime e ignorante de Rock Ridge, con la colaboración de Jim "Wako Kid"(Gene Wilder), el hombre con las manos más rápidas del oeste ...."y del mundo" (el actor fetiche de Brooks, que aún debiera hacer otra genial colaboración más con el jovencito Frankenstein, aunque inicialmente el papel estuviera reservado para Gig Young, si bien por problemas de éste con el alcohol, Brooks hubo de llamar deprisa y corriendo a su amigo Gene).

Buenos diálogos, buena puesta en escena y divertida película si bien en la forma de cápsula supositorio tan peculiar de un cineasta bastante bien dotado para la comedia.

Cine dentro del cine, crítica dentro de crítica. A gozar.
burton
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14 de diciembre de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Toda la filmografía de los hermanos Marx es una parodia de los géneros en boga en aquellos años. Mel Brooks hizo lo propio, pero en color. Con Sillas de montar calientes comienza su filmografía como parodiador oficial de convenciones cinematográficas. Luego vino Leslie Nielsen. En la actualidad las Scary movies y demás franquicias de parodias llenan las carteleras, quizá porque después de más de un siglo de películas es el momento histórico en que más llenos de convenciones están los géneros. El terror, los thrillers, películas románticas, ciencia ficción, etc. Y no hay parodia sin género.

Dicen que es la primera película que tiene el dudoso récord de contener la primera escena coral de pedos producida por una major, un gran estudio. Warner Bros quería quitar esa escatología y algunas otras escenas. Brooks tenía el corte final y sólo consintió en quitar un gag. La chica de salón, completamente a oscuras seduce al protagonista negro, bien dotado, que le dice:

-Eso que estás chupando es mi brazo.

No lo veréis en el filme. Tampoco veréis a Richard Pryor, que aunque fue coguionista y propuesto para protagonizar el film, el estudio consideró que estaba demasiado pasado por su abuso de drogas y rechazó al actor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jmpg2012
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27 de abril de 2012
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
92/20(25/04/12) Exitosa parodia del género del oeste que demuestra que el tiempo es un cruel juez que ha machacado su humor dejándolo en chabacano que no despierta más allá de una tímida sonrisa. Es un mejunje de gags ensamblados de cualquier forma, quedándonos un producto muy irregular, en el que es un quiero y no puedo, en el que es difícil salvar un buen momento, en su momento pudo ser irreverente y novedoso este surrealista humor, hoy roza el patetismo. Su argumento es un refrito de tópicas ideas del género, el ferrocarril va a pasar por Rock Ridge y el empresario Hedley Lamarr (pasado Harvey Korman) quiere hacerse con la villa, para ello convence al gobernador Lepetomane (pasado Mel Brooks) para que nombre para el pueblo a un sheriff negro, Bart (inane Cleavon Little) y que estos cabreados por racistas se vayan, pero Bart tiene la inesperada ayuda de Jim (inane gene Wilder), un pistolero borrachín, los y su ingenio harán frente a los malos malisimos que intentan sembrar el caos en Rock Ridge. Desde un punto de vista pueril se pretende hacer una crítica al racismo, a la corrupción política y a la avaricia desmedida. Es una comedia de excesos, se pasa de vueltas al no mantener coherencia alguna, todo es un esperpento donde los momentos graciosos son muy escasos, y lo peor en escenas ridículas de humor es que no produzcan risas, de eso hay bastante. Tengo la impresión que los actores se lo pasaron mejor que los espectadores. Solo recomendable a los seguidores del absurdo humor gamberro Mel Brooks. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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28 de enero de 2010
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poco antes de realizar la más popular “El Jovencito Frankenstein” (1974), la carrera del cineasta neoyorkino no llegaba al alcance de muchos. Después de haberse ensayado con el mundo del teatro (Los Productores) o la Rusia revolucionaria (El Misterio de las Doce Sillas) y que se pueden considerar de algun modo films interesantes pero muy al margen del cambio de rumbo que iba a tomar, Brooks se metió de lleno con el cine dentro de su cine.

Empleando dicha retórica (como así lo evidencian los veinte minutos finales) y parodiando un género tan relamido como es el “western”, en su plena debacle, se puso a rodar “Blazing Saddles” (con guión, coescrito por Richard Pryor) abordando, entre otros temas, la problemática del racismo. La construcción de un ferrocarril dirigida por un avaricioso fiscal Hedley Lamarr (Harvey Korman) ayudante del no menos impetuoso gobernador Lepetomane (Mel Brooks) que quiere adueñarse de los terrenos de Rock Ridge y para ello se aprovechará de un condenado a muerte de color, Bart (Cleavon Little) para que así con su condición de raza, y haciéndolo pasar por el nuevo sheriff, provoque la animadversión de sus habitantes. Pero Bart contará con la ayuda de un pistolero en decadencia, Jim (Gene Wilder) y empezará a ser una molestia para el fiscal.

Trufado de los mejores gags de la filmografía de Mel Brooks, “Sillas de Montar Calientes” goza de los más absurdos y divertidos momentos musicales como la escena en que Madeline Kahn entra en escena actuando en una cantina, en su parodia de Marlene Dietrich; Lili Von Shtupp y que su personaje intentará seducir a Bart, en un plan maquiavélicamente orquestado por Hedley Lamarr (que se pronuncia igual que la nombre de la actriz Heddy Lamarr y que su protagonista va recordando insistentemente a lo largo de la película).

No le falta el toque Brooks; momentos absurdos, trampas en el guión y desmadradas escenas como los ataques en el pueblo o la guerra de pasteles en la cafetería de los Estudios Warner. “Blazing Saddles” es el detonante de un tipo de comedia ya en estos tiempos saciada por otros tantísimos títulos posteriores así como las últimas películas de Mel Brooks cuando ya se evidenciaba su decadencia en la materia.
Natxo Borràs
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21 de julio de 2009
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Titulo Original: Blazing Saddles


Buena película de Mel Brooks que parodia bastante bien las míticas películas del oeste a veces hasta usando ejemplos de muchas de ellas. Pero en este caso estamos hablando de una comedia muy lograda para la época aunque por desgracía Gene Wilder gira en torno a la película y no la película entorno a el, es una pena pues tiene un protagonismo bastante secundario.

Esta película podría haber sido una excelente comedia por no decir mítica y no ha sido así ya que en algunas situaciones la película se hace pesada y aburrida, y eso que solo dura 88 minutos... los diálogos son entretenidos y discrepo totalmente con las opiniones que dicen que no hace gracia, a mi por ejemplo cuando sale Mel brooks me hace bastante gracia, esas carencias de decencia que se plasman en esta película hacen dejar a los 'yankis' como unos ciudadanos incultos y quizás estúpidos. También cuando ocurren las situaciones de racismo dejando a los 'yankis' otra vez como lo que son (o lo que eran), unos racistas y unos paletos incultos.


(Voto: 7,9)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ari
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