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Un plan irresistible

Comedia Un estratega demócrata ayuda a un veterano retirado a postularse a la alcaldía de una pequeña y conservadora ciudad del medio oeste americano que suele votar siempre a los republicanos.
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Críticas 12
Críticas ordenadas por nota
19 de agosto de 2020
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El reality de la política

La política estadounidense es un escaparate excéntrico, acrecentado desde que Donald Trump llegase al poder. Desde ese punto de vista, se aborda Un plan irresistible, se hace una crítica mordaz al sistema político del país norteamericano. Por un lado, Jon Stewart va tejiendo un relato donde se va deshumanizando una estrategia, aparentemente, sencilla, mostrando las verdaderas caretas que predominan en este tipo de estructura social. Sin embargo, no pierde la socarronería absurda, que ejemplifica perfectamente el espectáculo y el mal uso de la comunicación. Únicamente, en ciertos momentos, hay una exageración que podría haberse limitado, para no causar un histrionismo exacerbado. Por suerte, la forma de controlarlo desde el aspecto interpretativo, suple dichos conflictos narrativos. Aun así, esta versión extrema de lo que podría ser la política, podría no gustar a todos los sectores, al sentirse ridiculizados en pantalla. Pese a ello, su giro final impacta.

Una de las razones que hace del film una idea interesante es evitar posicionarse ante un bando y otro. Por lo cual, se puede ver que hay una necesidad de reformular el concepto y no hablar de extremos. No obstante, en algunos casos, se cae en el estereotipo y lo que se espera que se retrate sobre dicho estilo de vida. Pero, se equilibra con momentos de humor muy bien hilvanados. Por otra parte, no hay una profundización acerca del pueblo donde se produce la acción y principal protagonista del largometraje. En consecuencia, para varios espectadores, puede significar una falta de sustancia en torno a su justificación, mientras que para otros es una perfecta metáfora narrativa sobre la invisibilidad de las zonas rurales, frente al egocentrismo de lo cosmopolita. Por este motivo, es fascinante que se materialice y el propio espectador se encuentre de forma activa en esa tesitura.

*La exageración como arma de la verosimilitud

Dos grandes titanes de la comedia se enfrentan, literalmente, en Un plan irresistible. En un extremo del ring está Steve Carell y en el otro Rose Byrne. Para comenzar, Carrell está pletórico, lleno de energía y movimiento. De esta forma, lleva al extremo a su personaje, provocando que sea el perfecto protagonista de amor-odio que necesita el público. Por tanto, el actor sabe manejar la naturaleza de su papel, lo que hace que se pueda disfrutar de su carisma. Es cierto que hay varios momentos en los que podría haberse metido en la escena desde un punto más comedido, pero no hubiera dado el mismo efecto en pantalla. No se puede negar que se convierte en una representación llena de comedia, donde la verdad luce en su forma de expresarse, tan forzada que acaba siendo verosímil.

Sin embargo, la mejor actuación de la película es, seguramente, Rose Byrne. La actriz vuelve a demostrar su versatilidad al dar un espectáculo de risas sin perder en ningún momento un ápice de realismo. Además, desarrolla esa excentricidad dentro de una coherencia interpretativa y sin utilizar el recurso histriónico-humorístico para relucir. Junto a ello, tiene un magnetismo y una potencia escénica, que triunfa en la pantalla. Es espléndida. Luego, Mackenzie Davis es la contraparte lumínica, al igual que Chris Cooper. No obstante, Cooper sabe equilibrar su posición para sacarle mayor partido, algo que no aprovecha Davis y acaba cayendo en el maniqueísmo puro de luces y sombras, que no termina de fluir como debiera. Por otra parte, el resto del reparto cumplen a la perfección su función, incluso destacando varios de ellos, como Blair Sans, aunque, por lo general, juegan más en pos de la acción.

*Sin pausa

Desde el principio de Un plan irresistible se puede ver que se apuesta por una visión rápida, eficaz y directa. En consecuencia, hay una consecución de planos rápidos, donde proliferan los planos medios, para dar mayor importancia a los personajes y a su propia acción. Por suerte, la cámara también se posa en varios momentos en los lugares más emblemáticos del pueblo, aunque se podría sacar mayor partido. Aun así, no se puede negar que la dirección artística ha sabido captar la idiosincrasia de los partidos políticos estadounidenses y la parafernalia que se crea en torno a ellos. No se dejan absolutamente ningún detalle, lo que hace que esa estética tan superficial, y a la par frenética, sea un éxito entre los espectadores. Solo mencionar que hay algunas jergas y simbolismos que se hacen complicados de entender para la población externa a Estados Unidos.

Pese a utilizar el imaginario estadounidense antes mencionado, no dificulta su comprensión en el resto del film. Por otra parte, el uso del audiovisual y de las piezas de la cultura popular permiten que la audiencia entre fácilmente en esa vorágine de dinamismo que se va planteando durante todo el film. Al igual que ocurre con una carrera, no siempre es apto para todos los públicos. Hay quiénes pueden sentirse ahogados ante tanto flujo de información, mientras que para otros, es una delicia poder estar en constante actividad. Por ende, hay que destacar que el montaje es estupendo, cohesionando a la perfección el film y controlando que el ritmo no se desboque. Gracias a ello, para quiénes entran en la historia será un disfrute humorístico extraordinario, con una gran crítica mordaz y para quiénes no empatizan, será un divertimento entretenido y en continuo movimiento.

Escrito por Diego Da Costa
Cinemagavia
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27 de octubre de 2020
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda, una critica y una buena, digamos, imagen de lo que es el sistema electoral del país americano, ese, que poco a poco en este país se intenta copiar. El gran show.
Sin duda, una buena película, con dosis altas de humor, en cual veremos varias similitudes actuales en este país....
Hector
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26 de agosto de 2021
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Un plan irresistible es la segunda película de Jon Stewart como director, y sin duda la que más se ajusta a su exitosa personalidad como uno de los cómicos más famosos de las últimas décadas.
Sin embargo, lo que intenta ser una despiadada crítica al sistema político estadounidense, donde tener más dinero que el contrario para la campaña normalmente marca la diferencia, al final se queda a la mitad, porque le falta más humor y, sobre todo, muchísima más mala leche. Al final, la crítica resulta floja y poco atrevida, pese a que intente venderse como todo lo contrario.
Aun así, se trata sin duda de una comedia satisfactoria que cumple con el propósito de entretener y que además saca un maravilloso partido a un reparto inmaculado. Soberbiamente dirigidos por Stewart, un experto en comedia donde los haya, Steve Carell y Rose Byrne (no nos cansaremos de decirlo: menos mal que se dio cuenta de que lo suyo es la comedia y dejó los proyectos tipo Troya u Obsesión) forman una pareja cómica con una química deliciosa (gran final el que les da Stewart, además; no se pierdan los títulos de crédito). Y qué decir a estas alturas de Mackenzie Davis, una actriz que convierte en oro todo lo que toca, sea como escudera de lujo de Charlize Theron en Tully, dura androide en la infravalorada Terminator: Destino oscuro, dulce novia temerosa de salir del armario en La estación de la felicidad, tronchante y alocada hippie en Amigos de más o la inolvidable Yorkie del capítulo "San Junipero" de Black Mirror. Aquí, una vez más, vuelve a estar fabulosa, exhibiendo esa dulzura que la caracteriza y un talento y una versatilidad apabullantes.
Recomendable, aunque podría haber sido mejor.

Lo mejor: Los actores, especialmente Carell, Byrne y Davis, y sus inmejorables intenciones.
Lo peor: Le falta más humor y mucha, muchísima más mala baba.
Sibila de Delfos
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16 de agosto de 2020
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No está mal esta película pero para comenzar hay que decir que es una "yankilandada". Este término, que por supuesto no existe en el vocabulario, suelo emplearlo yo para denominar a las cintas que narran historias que quizás tengan elementos universales, pero que estríctamente, al menos en principio, se localizan casi en exclusiva en Los Estados Unidos de Norteamérica. La idiosincrasia, así como sucesos político-económico-sociales a los que se refieren tiene un tufo inequívocamente yankee.
Centrándome en el film, debo confesar que me ha gustado, pero más por lo que esconde hasta el final que por lo que muestra durante casi todo el metraje.
No aburre nada y tiene ciertos momentos, diálogos, que me hacen reír y sobre todo, sonreír. Vamos, que tiene retranca, ironía y sorna suficientes como para que no le pierda la cara. Pero también reconozco que dista bastante de ser redonda.
Es irregular en su interés, aunque, repito, al final todo casa y la película adquiere un indudable valor "histórico", reflejando un hecho vergonzante en la política estadounidense y quizás mundial. Esto último no lo sabría asegurar.
Steve Carell está algo desfasado en su interpretación, muy histriónico en todo momento y, salvo el siempre estupendo Chris Cooper y la todo terreno Rose Byrne, el resto de intérpretes no logran lucir, quizás porque sus personajes están algo desdibujados.
Pero, vamos, se puede ver la cinta tranquilamente, es inspirada a ratos y otras es algo insípida. Pero al final te deja con un sabor de boca más que aceptable, sobre todo por el fondo de la cuestión, más que interesante.

http://filmsencajatonta.blogspot.com
Baraka1958
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19 de agosto de 2020
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mundo de la política: ¿te cansa, te aburre, te provoca náuseas? O por el contrario, eres de esas personas que viven con entusiasmo todo lo que rodea al circo político, incluidos sus entresijos y fauna que vive del mismo. En cualquiera de los casos o bandos en los que te situes, Un plan irresistible puede ser una opción bastante óptima para pasar el rato frente a la pantalla y evadirte de este extraño y angustioso verano del 2020.

La película, dirigida por el famoso cómico Jon Stewart, aprovecha los clichés que surgen de su planteamiento inicial: la llegada de un consejero político de Washington a una ciudad perdida en el medio oeste americano. La personalidad y costumbres del urbanita, chocarán con las de las buenas gentes del medio rural, cuya sencillez y hospitalidad descolocan en muchos momentos al protagonista.

Asimismo, el personaje interpretado por Steve Carell tiene su némesis, una estratega republicana -Rose Byrne- que se traslada a la pequeña ciudad de Wisconsin para plantar batalla política y personal a su contrincante. De esta forma, el filme se apoya en una guerra de sexos entre ambos personajes, lo que provoca situaciones de cierta comicidad. Algo en lo que Carell ya tiene cierta experiencia.

No siendo una gran película, e incluso pudiendo perder fuelle durante la parte central del filme, el buen trabajo de los actores, así como el final con moraleja que Jon Stewart plantea con mucha habilidad, hacen de Un plan irresistible una opción recomendable para aquellos que quieran un rato de entretenimiento sin más pretensiones. Una comedia agradable, que tal y como están las cosas, no viene nada mal.

Más datos sobre esta y otras películas en argoderse.com
Y en Facebook en la página argodersecine
Daverunner
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